Publican Las inseparables, una novela póstuma de la escritora y pensadora Simone de Beauvoir

Se trata de una historia catártica para la autora, tal vez demasiado reveladora para publicarla en vida, cuya recuperación -junto con algunas fotografías y cartas que sirven de testimonio- constituye un acontecimiento literario. (Télam)

La escritora y pensadora feminista Simone de Beauvoir escribió en 1954 «Las inseparables», una novela que luego decidió no publicar por consejo de su célebre compañero Jean-Paul Sartre bajo el argumento de que era un texto extremadamente íntimo, pero que finalmente acaba de ser traducida al español y llegará a las librerías nacionales en diciembre.

Se trata de una historia catártica para la autora, tal vez demasiado reveladora para publicarla en vida, cuya recuperación -junto con algunas fotografías y cartas que sirven de testimonio- constituye un acontecimiento literario.

En el texto, que el sello Lumen ya distribuyó en España, la ensayista y filósofa francesa cuenta, a través de la ficción, su amistad apasionada con Élisabeth Lacoin, denominada como Zaza, desde que con nueve años se sentaron juntas en la escuela, aunque en la novela aparecen mencionadas como Sylvie y Andrée.

El libro fue recuperado por la hija adoptiva de la escritora y autora del epílogo, Sylvie Le Bon de Beauvoir, quien decidió darlo a conocer. Así, como el texto guardado durante todos estos años no tenía ni título, se optó por «Las inseparables», una referencia al término utilizado muchas veces en la novela para describir la profunda amistad entre de Beauvoir y Lacoin.

En «Las inseparables», las protagonistas tienen 9 años. Sylvie es la mejor alumna y Andrée, que ha estudiado en forma autodidacta tras un grave accidente, busca recuperar el terreno perdido y se sienta a su lado. El libro abarca unos doce años decisivos para Sylvie/Simone, quien dirá que la muerte de su amiga fue el precio pagado por su propia libertad, una trágica muerte que perseguirá a la escritora durante toda su vida.

El texto ofrece el retrato de dos mujeres jóvenes de diferentes orígenes: Lacoin con una severa educación católica y delineada por las aspiraciones de su familia, mientras que la novelista, de familia humilde, pero de una inteligencia brillante, es libre para estudiar

En la novela, las dos amigas aprenderán a librarse de las convenciones y las expectativas asfixiantes de su entorno, ignorantes del precio trágico de la libertad, explica la editorial, que incluye en el libro un cuadernillo de fotografías originales y las cartas que dan testimonio de la amistad entre Simone y Zaza.

Sin embargo, aunque la narración parte de una relación real, la escritora se decantó por una historia entreverada de ficción, tal como lo demuestra la dedicatoria: «Si tengo esta noche los ojos llenos de lágrimas, ¿es porque ha muerto usted o porque yo estoy viva? Debería dedicarle esta historia, pero sé que no está ya en ninguna parte, y si me dirijo a usted aquí es como un artificio literario. Por lo demás, esta no es de verdad su historia, sino solo una historia inspirada en nosotras. Usted no era Andrée y yo no soy esa Sylvie que habla en nombre mío».

Juntas aprenderán a librarse de las convenciones y las expectativas asfixiantes de su entorno, ignorantes del trágico precio que tienen la libertad y la ambición intelectual y existencial.

En el epílogo, Sylvie Le Bon de Beauvoir explica cómo fue «la primera aventura del corazón» que sintió Simone, la que fue después un icono del feminismo para muchas mujeres: «lo que siente por Zaza es pasión».

La joven murió un mes antes de cumplir los 22 años, una catástrofe que perseguirá a De Beauvoir y que, señala la autora del epílogo, intentará combatir con el «sortilegio de la literatura».

Según Le Bon de Beauvoir, Zaza murió «porque intentó ser ella misma y porque la convencieron de que esta pretensión era algo malo», porque era excepcional y «no pudo adaptarse», que es «una palabra funesta que significa encajonarse en el molde prefabricado».

La autora de «El segundo sexo» y «La mujer rota» se sintió culpable por sobrevivir a su amiga y esta novela corta, dice su hija adoptiva, cumple la misión que la escritora francesa atribuía a las palabras: la de luchar contra el tiempo, contra el olvido y la muerte.

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El Periodista