La caricatura de Erdogan y el derecho a la libertad de expresión
El debate por las caricaturas del profeta Mahoma y del presidente de Turquía, Recept Tayyip Erdogan, publicadas por el semanario satírico francés Charlie Hebdo, muestra las dificultades que aún persisten entre Occidente y el islam por el derecho a la libertad de expresión.
La polémica estalló luego de que el presidente galo, Emmanuel Macron, dijera que Francia «no renunciará a las caricaturas» durante un homenaje al profesor de Historia Samuel Paty, asesinado el 16 de octubre en los suburbios de París, por haber mostrado a sus alumnos unos dibujos del profeta Mahoma durante una clase sobre la libertad de expresión.
Macron también planteó la idea de «liberar al islam en Francia de la influencia extranjera y fortalecer el control sobre la financiación de las mezquitas».
Las declaraciones del jefe de Estado francés provocaron una ola de protestas en todo el mundo musulmán, incluido Irán, Pakistán y Turquía, y el presidente Erdogan acusó el martes a la revista Charlie Hebdo de «racismo cultural».
Dos días después, el 29 de octubre, Francia aumentó el nivel de «alerta terrorista» luego de que un yihadista tunecino, procedente de Italia, matara con un cuchillo a tres personas en una iglesia de Niza, en el sur de Francia.
El incidente fue condenado «incondicionalmente» por el Gobierno de Erdogan, que llamó a las autoridades francesas a evitar las retóricas que inciten contra el islam, tras rechazar cualquier vinculación de ese país con manifestaciones violentas.
Para el exembajador argentino en Francia, Carlos Pérez Llana (2000-2002), lo ocurrido merece dos reflexiones: «Turquía maneja, a través de la Dirección de Culto gran parte del islamismo francés, ya que financia a más del 50% de los imanes y, asimismo, es dueña de los terrenos donde están instalados los colegios islámicos y las mezquitas».
«Esa posición cambiará en el futuro si Macron avanza como dijo y debe hacerlo. Si no crecerá el lepenismo (de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, presidente de Agrupación Nacional, ex Frente Nacional). Erdogan busca liderar el sunnismo islámico, compitiendo con Arabia Saudita», señaló a Télam Pérez Llana, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.
El blanco de la polémica es otra vez la revista Charlie Hebdo, cuya sede en París fue atacada a tiros por un grupo fundamentalista islámico, el 7 de enero de 2015, matando a 12 personas, incluido su director Stéphane Charbonnier.
A principios de septiembre, un total de 14 acusados empezaron a ser juzgados en París por el ataque contra dicha publicación francesa, tres de ellos involucrados directamente en los crímenes.
«No solamente hay una falta absoluta de respeto hacia el islam, sino que se apuesta a la ofensa y a la provocación con fines inconfesables», dijo a Télam Ricardo Elía, secretario de Cultura del Centro islámico de la República Argentina.
Elía recordó que «primero eran las caricaturas contra el profeta Mahoma; ahora contra Erdogan pero también ridiculizando la indumentaria de las mujeres» islámicas, y recordó que Francia tiene la población musulmana más grande de Europa con seis millones de personas y el islam es la segunda religión del país.
«Es como si alguien se burlara de Jesús y de las monjas gratuitamente. Es obvio que hay una libertad política disfrazada de libertad de expresión», afirmó.
Para el secretario del Centro Islámico, el presidente «Macron vuelve a arruinar la relación con el mundo musulmán, ya que está utilizando todo esto para su futura campaña presidencial».
Macron, cuya cara fue caricaturizada recientemente como un «diablo» por un diario ultraconservador iraní, dijo que Francia «no renunciará a sus principios y valores».
«En un país como Francia, donde hay libertad de expresión y de prensa, mientras no sea apología del delito o fomente la violencia, las caricaturas están permitidas. Y el debate que generan también está permitido», dijo a Télam Andrea Oelsner, directora de las licenciaturas de Relaciones Internacionales y Ciencia Política y Gobierno de la Universidad de San Andrés.
La analista recordó que Charlie Hebdo «publica dibujos satíricos del profeta Mahoma y del presidente turco Erdogan, pero también del Papa Francisco, de Angela Merkel y de Emmanuel Macron».
«En países con menos libertad de prensa y expresión, las caricaturas satíricas y el humor son herramientas contra el poder de regímenes autoritarios y dictatoriales, y muchas veces quienes las usan, pagan costos altísimos», advirtió.
Oelsner explicó que «no solo la publicación de caricaturas y chistes está prohibida, sino que incluso el debate en torno a publicaciones de este tipo está silenciado por los gobiernos. Creo que es importante resaltarlo».