Exjefe de las FARC colombianas pide «perdón» por el asesinato de un excandidato presidencial
En la carta, Rodrigo Londoño (Timochenko) reconoció que la exguerrilla creía que "el atentado personal lo soluciona todo" y admitió haber contribuido "al infierno en que se convirtió" Colombia.
Rodrigo «Timochenko» Londoño, quien fuera el máximo jefe de la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pidió hoy «perdón» a la familia del excandidato presidencial conservador Álvaro Gómez Hurtado, cuyo asesinato fue reconocido por la antigua cúpula del ya extinto grupo armado el fin de semana pasado, una sorpresa que sacudió al país tras 25 años.
Londoño pidió perdón por el crimen de Gómez Hurtado -varias veces candidato presidencial y uno de los tres titulares de la Asamblea Constituyente que promulgó la Constitución de 1991- en una carta al político Álvaro Leyva, promotor permanente de la paz y quien en la víspera anunció el impulso de un «movimiento nacional por la verdad».
A seis años de la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el Estado colombiano, Londoño le pidió disculpas a Leyva por «ese silencio de lustros» y le habló directamente a la sociedad colombiana en su conjunto.
«Es el mismo perdón que le pedimos a la familia Gómez, al partido conservador, al país, a toda la gente de buena voluntad que pueda haberse sentido lesionada por nuestra conducta», agregó el ahora presidente del partido FARC, fundado en 2017 tras la desmovilización y reinserción social y política de la guerrilla, un proceso hoy debilitado por la aparición de nuevos grupos criminales y constantes ataques a excombatientes.
Pese a esta declaración de la excúpula de la guerrilla, allegados y familiares de Gómez Hurtado no creen en esta nueva versión y sostienen que detrás del crimen estaría el expresidente Ernesto Samper, que gobernó entre 1994 y 1998, fue el último titular de la Unasur y hoy es uno de los referentes del Grupo Puebla.
En la carta, Londoño reconoció que la exguerrilla creía que «el atentado personal lo soluciona todo» y admitió haber contribuido «al infierno en que se convirtió» Colombia.
«Todo eso ciega. Y no solamente a la dirección de las FARC que tomó la decisión de llevar adelante el delito, cuando el doctor Gómez Hurtado era un hombre completamente diferente al de décadas atrás, una especie de profeta que se hallaba por encima del bien y del mal, preocupado fundamentalmente por el futuro del país», se lamentó el ahora dirigente político, citado por la agencia de noticias ANSA.
En la misma línea, pidió dejar «descansar en paz» a Gómez Hurtado y no «victimizarlo una y otra vez con el fin de saciar aspiraciones».
«Somos los únicos responsables de su muerte, por favor, que dejen de buscar el ahogado aguas arriba», añadió Londoño, quien anunció el apoyo del partido FARC al «clamor por la verdad» que se propone impulsar Leyva.
«Solo así cerraremos la página horrorosa de la guerra», concluyó el dirigente político.
Además del crimen de Gómez Hurtado, cometido el 2 de noviembre de 1995 en Bogotá, la antigua cúpula guerrillera admitieron el asesinato de otras cinco personas, entre ellas dos académicos y el general retirado del ejército y exministro de Defensa Fernando Landazábal Reyes, acribillado el 12 de mayo de 1998.
Las confesiones de los exguerrilleros deben tramitarse con pruebas ante la Jurisdicción Especial de Paz, creada en el marco de la firma del acuerdo de paz y encargada de tramitar los delitos de medio siglo de guerra interna en el país.