Bélgica puso fin a 650 días sin un Gobierno de mayoría con jura del nuevo primer ministro
Bélgica puso fin hoy a 650 días sin un Gobierno federal de mayoría tras el juramento del liberal flamenco Alexander De Croo como primer ministro realizado ante el rey Felipe.(Télam)
El último Ejecutivo de mayoría se rompió en diciembre de 2018, cuando los independentistas flamencos de la N-VA se retiraron de la alianza que encabezaba el entonces premier y actual presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien renunció pero se mantuvo en el puesto hasta las elecciones de mayo del año pasado.
Esos comicios volvieron a exponer la fragmentación política del país y tras el fracaso de 11 negociadores para consensuar una formación, finalmente se llegó a un acuerdo con la creación de la llamada Coalición Vivaldi.
El nombre del compositor es una referencia a su obra Las cuatro estaciones y los cuatro grandes grupos que la alianza une: rojos del PS (Partido Socialista) y del sp.a (Partido Socialista-Diferente); azules de los liberales MR (Movimiento Reformador) y Open VLD (Liberales y Demócratas Flamencos); verde por los ecologistas Ecolo y Groen; y naranja para los demócratas cristianos flamencos de CD&V.
Será un Gobierno formado por siete agrupaciones que individualmente ninguna superó el 10% en las últimas elecciones y que deja afuera a las dos más votadas: la N-VA (independentistas flamencos) y la ultraderechista Vlaams Belang (Interés Flamenco).
El nuevo premier De Croo dirigirá un Gobierno con 15 ministros, varios secretarios de Estado y dentro del llamado Consejo de Ministros restringido, que reúne a los funcionarios con más peso del Gobierno, habrá cuatro viceprimeros ministros, precisaron los medios belgas citados por la agencia de noticias EFE.
La hasta ahora primera ministra de Bélgica, la liberal francófona Sophie Wilmes, pasará a ocupar la cartera de Relaciones Exteriores, consignó la agencia de noticias Europa Press.
El trasfondo de la situación es la compleja división política y lucha de poder que existe en Bélgica entre la región de Flandes en el norte y la francófona de Valonia en el sur, con Bruselas como zona neutral.
No hay partidos políticos nacionales, sino agrupaciones flamencas que obtienen votos en Flandes y de habla francesa que lo hacen en Valonia, lo que produce una enorme fragmentación que dificulta formar un Gobierno: entre 2010 y 2011 hubo que esperar 541 días para anunciar una coalición.
Los siete partidos de la Coalición Vivaldi juntan una mayoría de 87 de los 150 escaños del Parlamento belga, pero una minoría entre los asientos de las provincias flamencas (42 de 89 diputados totales), lo que puede ser un pequeño escollo en una coyuntura en la que crecen en votos de las agrupaciones nacionalistas de Flandes.
Pero la demanda por una mayor autonomía de la región no será el único tema que la eventual alianza deberá resolver: los demócratas cristianos flamencos chocan con sus posibles futuros socios en flexibilizar la actual ley de aborto y en ratificar el fin de la energía nuclear para 2025.
El nuevo Gobierno también deberá enfrentar la caída del PBI del 3,5% en el primer trimestre de este año y del 12,2 % en el segundo que provocó la pandemia, con un desempleo que se estima trepará al 7% a fin de 2020, según las proyecciones de la Comisión Europea.