Smartphone, mi villano favorito

Por Alejandro Sanhueza Olave, Académico, Escuela de Ingeniería, UCEN

Muchos de nosotros hemos escuchado la frase ‘¿Me prestas el celular?’, o peor, nos hemos cuestionado si prestarlo o no. A esta altura y en los tiempos actuales puede ser un caso habitual, en especial cuando las ideas de entretención son escasas. Pero muchas nos hemos cuestionado si hace mal prestar este aparato a los niños y niñas.

Existen muchas interrogantes y temores que debemos reconocer en el uso de las tecnologías y en particular de los Smartphone en los menores, por ejemplo, a partir de estudios médicos que indican la posibilidad de provocar alteraciones del sueño, enfermedades mentales, déficit atencional, obesidad, entre otros diagnósticos. Estos estudios nos hacen sentir que ese aparatito que nos acompaña en nuestras vidas se ha convertido en un ‘villano encubierto’.

Pero ¿qué pasaría si seguimos investigando a este ‘villano’ y encontramos la posibilidad de convertirlo en un aliado?, según varios estudios que nos indican el peligro, también nos muestran su punto débil, el cual se llama ‘control’. Si logramos responsablemente aprovechar las capacidades y fortalezas de este ‘villano’, podemos lograr una serie de beneficios en la entretención de los niños, principalmente basados en el aprendizaje. Por ejemplo, qué pensaríamos si un niño de 6 años nos explica por qué un cocodrilo come piedras o notamos que juega a ordenar sus dinosaurios por tipo de alimento o que nos diga que el velocirraptor de ‘Jurassic Park’ está mal diseñado porque a su tamaño supera el real. Podría ser una sorpresa, pero hace tiempo que es una realidad producto de la irrupción de las tecnologías.

No es malo reconocer que este ‘villano’, que nos acompaña en casa día a día, pueda ayudarnos a través de sus aplicaciones a enseñarle inglés o las tablas de multiplicar a un niño, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias basadas principalmente en el control y supervisión, para transformar a este villano en un superhéroe o un amigo.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

El Periodista