Diez muertos en Bogotá durante protestas contra un caso de violencia policial
Diez personas murieron, cientos más sufrieron heridas de bala y decenas de puestos policiales fueron destrozados en Bogotá y sus alrededores, durante protestas contra la violencia policial de la que fue víctima un hombre que falleció tras recibir en el suelo múltiples descargas con un arma eléctrica.
En medio de un clima de creciente tensión, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López descartó imponer un toque de queda para esta noche, aunque pidió que la ciudadanía trate de quedarse en su casa, en medio de nuevas convocatorias de protestas, según el diario El Tiempo.
López informó que siete de las 10 víctimas fallecieron dentro de Bogotá -«en su inmensa mayoría jóvenes»-, mientras que los otros tres murieron en el vecino municipio de Soacha, según la agencia de noticias AFP.
Las manifestaciones y los disturbios estallaron a la madrugada, tras una agresión policial a Javier Ordóñez, un hombre de 46 años que murió al recibir las descargas propinadas por dos policías en circunstancias que las autoridades están investigando y que indignaron a la población cuando un video se viralizó rápidamente.
El presidente Iván Duque ofreció sus condolencias y solidaridad a la familia de Ordóñez y prometió una investigación interna para determinar quiénes fueron los responsables de la represión policial en las protestas, reseñó el diario bogotano El Espectador.
El presidente dijo que la fuerza pública, al ser la que monopoliza el uso de la fuerza, tiene que conducirse por estándares muy altos y debe estar abierta al escrutinio de la ciudadanía.
«Cuando se presentan hechos que desdicen ese estándar alto tenemos cero tolerancia. Por supuesto, estos hechos deben individualizarse para que la investigación se conduzca con éxito y haya sanciones que sean entendidas por la ciudadanía», comentó.
A su vez, la alcaldesa de Bogotá, opositora del gobierno nacional, denunció que la policía usó indiscriminadamente la fuerza y las armas de fuego, justamente cuando lo que se le reclamaba era la brutalidad en el ejercicio de su tarea.
«Hay evidencia sólida del uso indiscriminado de armas de fuego por parte de miembros de la policía (…) ¿Qué clase de entrenamiento reciben para tener esa respuesta absolutamente desproporcionada ante una protesta?, dijo.
«A quienes mataron anoche son jóvenes de nuestra ciudad, incluso menores de edad», manifestó la alcaldesa sobre las víctimas fatales, de entre 17 y 27 años.
Además, hasta el momento se reportaron 175 personas heridas, de las cuales 66 se deben a disparos de armas de fuego, 12 por armas blancas y 97 por otro tipo de elemento.
En la capital se desataron fuertes choques que quedaron registrados en celulares, al igual que una cadena de ataques a puestos de mando conocidos como Centros de Atención Inmediata.
«La policía empezó a disparar como loca, él salió corriendo, iba por una cuadra, se encontró con dos policías que estaban escondidos y le dispararon», declaró a la agencia de noticias AFP Blanca Clavijo, madre de Walter Chaparro, uno de los heridos de gravedad que dejó el suceso.
En las grabaciones compartidas por testigos en redes sociales se ve a gente despavorida huyendo entre estruendos y disparos. «¡Le dieron!, ¡le dieron!» se escucha decir a un hombre mientras otro ensangrentado, tendido en el suelo, es arrastrado por manifestantes.
La agresión que desató las violentas protestas ocurrió en la madrugada de ayer en el noroeste de Bogotá,y se viralizó en un video tomado desde un celular.
La secuencia de unos dos minutos muestra a los efectivos cuando reducen a Javier Ordóñez, un abogado de 46 años y padre de dos hijos. Ya en el suelo, le propinan al menos cinco descargas de varios segundos con un arma eléctrica.
«Ya, por favor, no más», se escucha suplicar a Ordóñez en repetidas ocasiones.
Luego de recibir las descargas, Ordóñez fue conducido a un puesto policial y de ahí a una clínica, donde murió.
El caso evocó al del afroestadounidense George Floyd, quien en mayo murió asfixiado en Minneapolis a manos un policía blanco que desoyó sus suplicas mientras lo inmovilizaba en una detención.
Tras su deceso se desataron fuertes protestas en Estados Unidos que todavía se mantienen.