Premier libanés propone elecciones anticipadas
El primer ministro libanés, Hassan Diab, propuso hoy elecciones legislativas anticipadas, luego de una intensa jornada de protestas antigubernamentales en Beirut, en las que manifestantes intentaron tomar al menos cuatro ministerios, ante la creciente indignación contra la clase política tras la catastrófica explosión que esta semana devastó parte de la capital.
Mientras miles de personas exigían la «caída del régimen» en la céntrica plaza de los Mártires, epicentro de las protestas en Beirut, el premier anunciaba en un discurso televisado que propondría la convocotaria de comicios anticipados como salida a la crisis «estructural» en el país.
«Asumimos nuestras responsabilidades y sabíamos que el país estaba en un estado de colapso político, financiero y administrativo», admitió Diab, citado por el diario L’Orient-Le Jour.
«Sin embargo, solo podremos salir de la crisis estructural en Líbano organizando elecciones legislativas anticipadas para producir una nueva clase política», agregó.
El líder del Gobierno, que formó su gabinete en enero pasado tras la renuncia en octubre de Saad Hariri por la presión de una ola de protestas antigubernamentales, dijo que enviaría la propuesta el lunes al Consejo de ministros y que estaba dispuesto a permanecer dos meses en el poder hasta lograr un acuerdo de las fuerzas políticas al respecto; algo que aún no está claro.
Aún es temprano para saber si el anuncio logrará calmar la bronca de los libaneses, hastiados por una crisis económica inédita que desembocó en octubre pasado en un movimiento de protesta contra el sistema político, considerado como corrupto e incompetente, pero que perdió fuerza con la pandemia del coronavirus.
La explosión del pasado martes, que dejó al menos 158 muertos, más de 6.000 heridos y cientos de miles de personas sin hogar, reavivó la indignación popular, que se vio reflejada hoy en las calles de la capital y hasta tuvo el respaldo de la Embajada de EEUU, que por Twitter justificó los reclamos y le recomendó a lo líderes libaneses un «cambio de rumbo» para atender las demandas y poner fin a la corrupción.
Bajo el lema «El día del juicio», miles de personas -algunas con tapabocas- gritaban al unisono «venganza hasta la caída del régimen» agitando banderas y pancartas en la plaza de los Mártires, donde también instalaron guillotinas de madera, reportó el diario Le Monde.
«No podemos más. Estamos atrapados, no podemos dejar el país, no podemos sacar nuestra plata del banco, el pueblo se está muriendo de hambre, hay más de dos millones de desempleados y por la negligencia y la corrupción Beirut fue completamente destruida», lamentó una mujer.
Entre los manifestantes, el exgeneral Sami Rammah llamaba a un levantamiento y a la persecuisón de «todos los corruptos», mientras que ciudadanos descolgaban y pisaban retratos del presidente Michel Aoun.
Durante la convocatoria hubo enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos, y algunos manifestantes, que respondieron lanzando piedras.
Según denunciaron algunos periodistas en el terreno, la policía reprimió con balas reales.
Manifestantes dirigidos por militares jubilados lograron ocupar la Cancillería, a la que proclamaron «cuartel general de la Revolución», según difundieron medios locales, pero fueron desalojados tres horas más tarde por el Ejército.
La elección de esa cartera como «sede revolucionaria» se debe a que, un día antes de la trágica explosión, el canciller Nassif Hitti presentó su renuncia denunciando la falta de voluntad para implementar reformas en el Gobierno.
También intentaron tomar -e incendiaron- la sede de la Asociación de bancos, símbolo de la ira popular tras el corralito impuesto por la crisis económica.
Además, algunos manifestantes tomaron los Ministerios de Economía, Medio Ambiente y Energía -otro emblema de la mala gestión de los servicios públicos por los constantes cortes de luz-, aunque las fuerzas de seguridad recuperaron su control, según el canal de noticias MTV.
Con la caída de la noche, refuerzos militares patrullaban las calles del centro de la ciudad y la despejaban de manifestantes.
Según el último reporte publicado por la Cruz Roja libanesa en Twitter, 175 personas fueron atendidas por heridas en la protesta, mientras que 63 fueron trasladadas a hospitales.
Un policía murió «al ayudar a personas atrapadas en el hotel Le Gray» tras ser «agredido por un grupo de manifestantes que propiciaron su caída y su muerte», tuiteó la policía libanesa .
La explosión en el puerto de Beirut profundizó aún más la crisis económica y social que atraviesa el país.
Si bien aún se desconocen las causas del incidente, la principal hipótesis planteada hasta ahora es que un incendio en un depósito se extendió hasta otro almacén donde desde hace años se acumulaban sin medidas de seguridad más de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, que habían sido confiscadas y esperaban una resolución de la justicia y el poder político, ambos alertados del problema.
La Fiscalía detuvo ayer al director de Aduanas y al presidente del puerto de Beirut, quienes se suman a otros 16 arrestados.
En el terreno político, tres diputados del partido opositor cristiano Kataeb -cuyo secretario general murió en la explosión- y una diputada independiente renunciaron hoy a sus bancas, en repudio al Gobierno, al que responsabilizan por el «desastre».