Pía González Suau: ¿Censura todavía?

Si al señor Kast no le parece, es muy simple, no lo lea, o mejor, escriba otro, donde primen su manera de mencionar los hechos. Son las simples reglas de la libertad de expresión, del mercado y su variedad de propuestas. Las personas juzgarán y adquirirán lo que quieran.

Escritora*

Nuestras colegas, June García y Josefa Araos, escritoras del libro infantil Las Lecciones Maravimágicas de Lulú, una exitosa serie para niños y niñas, a partir de los nueve años, publicaron en uno de ellos, Las cosas por su nombre en el cuál, Lulú, nos cuenta una parte de nuestra historia nacional.

El libro ha recorrido un camino de ventas afortunado y por lo mismo, llegó al supermercado Jumbo, conocido por captar libros atractivos y de trayectoria.

La polémica surge cuando José Antonio Kast, ex diputado UDI, alza la voz del escándalo porque el libro dice “En el año 1973, el jefe de las Fuerzas Armadas, Augusto Pinochet, encabezó el golpe militar que terminó con el gobierno de Salvador Allende, presidente elegido democráticamente. Pinochet se tomó el poder a la fuerza y promocionó diversos cambios que beneficiaron a un pequeño grupo de personas, y afectaron a miles de chilenos”.

Es la historia, les guste a unos y a otros no. Eso es parte de otro problema. Llamar las cosas de manera directa, sin rodeos, es imperativo para cualquier escritxr que se refiera al pasado.

Si al señor Kast no le parece, es muy simple, no lo lea, o mejor, escriba otro, donde primen su manera de mencionar los hechos. Son las simples reglas de la libertad de expresión, del mercado y su variedad de propuestas. Las personas juzgarán y adquirirán lo que quieran.

El lugar de venta, en este caso, el Jumbo, tampoco tiene que compartir todos los puntos de vista de los libros que vende. Su trabajo es ser intermediario. Es como decir que el Jumbo estimula la comida poco saludable porque vende productos con tres sellos o que fomenta el alcoholismo porque en su estantería ofrece una variada gama de vinos, licores, cervezas, etc.

El señor Kast dice que la infancia estaría siendo concientizada por una nefasta influencia. De ser así, no se entiende como la gente no corre a sacar sus hijos e hijas de los colegios católicos (en los cuales es probable que él mismo los eduque) después de tan perverso y degenerado comportamiento de abuso sexual de parte de sus autoridades eclesiásticas.

Usted tiene el derecho de tenerlos donde le parezca y no hace ninguna campaña al respecto. De igual manera, podemos educar a nuestros hijxs como pensemos es lo mejor o lo adecuado o lo democrático.
Deje tranquilo a los chilenos y chilenas, que pueden y saben elegir. No siga tratándolos como estúpidxs.

Eso, se llama libertad.

*Integrante de AUCH!  Autoras Chilenas

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El Periodista