Cataluña vuelve a prohibir reuniones sociales de más de 10 personas para frenar la suba de casos
El Gobierno de Cataluña, una de las regiones más golpeadas por los rebrotes de coronavirus en España, anunció hoy la prohibición de las reuniones sociales de más de 10 personas, en un nuevo paso para contener la segunda ola infecciones que sigue avanzando en todo el país. (Télam)
El Gobierno de Cataluña, una de las regiones más golpeadas por los rebrotes de coronavirus en España, anunció hoy la prohibición de las reuniones sociales de más de 10 personas, en un nuevo paso para contener la segunda ola infecciones que sigue avanzando en todo el país.
“Las cifras están creciendo de manera persistente”, aseguró el presidente catalán, el secesionista Quim Torra, al informar sobre las nuevas restricciones que entrarán en vigor en la norteña región, donde en las últimas 24 horas se produjo un importante incremento de contagios con 1.788 casos más que el día anterior.
“Tenemos que pedir un nuevo esfuerzo para que, sí o sí, nos pongamos todos a trabajar y se puedan reabrir las escuelas”, subrayó Torra, en medio de una gran incertidumbre de la población respecto a si los niños podrán empezar las clases como esta previsto, dentro de tres semanas.
«No estamos en una situación de estabilidad, estamos creciendo. Tenemos que enviar a la sociedad catalana una señal de advertencia porque no podemos permitirnos este crecimiento», manifestó Torra.
El líder catalán insistió en que «el 70% de los contagios se producen por reuniones sociales», de ahí la decisión de su Gobierno de volver a prohibir las reuniones de más de 10 personas en toda Cataluña, tanto en el ámbito público como el privado.
En algunos países se habla de burbuja de interacción social, es decir, que se recomienda mantener relaciones dentro de un núcleo habitual. También se recomienda no realizar desplazamientos innecesarios.
La Comunidad de Madrid, que ahora mismo ya supera a Cataluña y Aragón en el incremento de contagios, con un tercio del total, no prohíbe pero pide a los ciudadanos que eviten las interacciones sociales innecesarias.
Por su parte, Cataluña mantiene el cierre del ocio nocturno, las limitaciones de horarios a la hostelería -hasta la 1 am- y las prohibición de consumo de alcohol y tabaco en lugares púbicos.
Todo esto con el objetivo frenar la expansión y aplanar la curva de contagios de Covid-19 en un plazo de tres semanas para evitar un cambio de planes respeto el regreso de los niños a las escuelas y de los trabajadores a sus puestos de trabajo, lo que puede suponer incrementar la actual crisis económica y social provocada por la pandemia.
En ese sentido, el presidente catalán remarcó que se busca dar el máximo de seguridad y anticipó algunos puntos del plan para el ámbito educativo que mañana presentará su gobierno, en el que se incluye la realización de 500.000 pruebas PCR en las escuelas entre el 15 de septiembre y el 15 de noviembre para tener mayor información sobre la incidencia del virus.
Además, Torra explicó que el ratio de alumnos en las aulas será de un máximo de 20 niños, y que el uso de mascarillas en los colegios -y en todas partes- será obligatorio para los mayores de 12 años. No obstante, en las zonas de mayor riesgo, la obligatoriedad se exigirá a los mayores de 6 años.
El riesgo de rebrote -un índice elaborado a partir de diferentes variables- fue aumentando en Cataluña en las últimas semanas y se sitúa actualmente en 180,13 puntos, siendo 200 el umbral de riesgo muy alto.
Sin embargo, el sistema sanitario «aguanta en este momento», dijo Torra.
Cataluña fue pionera en el uso obligatorio de mascarillas en las calles y en la estrategia de testeos masivos en zonas donde la expansión del virus se incrementaba sin un foco concreto o en barrios con mayor exposición al virus debido a la actividad de los residentes, vinculados a los servicios.
Pese a que algunos expertos cuestionaron esta estrategia, que sirvió para detectar casos asintomáticos, el Gobierno regional de Madrid también la adoptó, aunque en muchos barrios precarios no hubo respuesta de la ciudadanía a los test voluntarios debido al riesgo a tener que realizar cuarentena, que en muchos casos pondría en juego puestos de trabajo.