Isleños Rapa Nui tienen ancestría colombiana y mapuche

Los estudios del genoma de poblaciones latinoamericanas siguen siendo escasos en comparación con la detallada caracterización que existe para poblaciones de origen europeo.

En un nuevo proyecto colaborativo entre la Iniciativa ChileGenómico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad de México e investigadores de las universidades de Stanford, de Oxford y de Oslo, Noruega, los científicos determinaron que las poblaciones indígenas de América contribuyeron a la mezcla genética de las islas más remotas del Océano Pacifico mediante un evento de contacto prehistórico ocurrido hace aproximadamente 800 años entre nativos del territorio que actualmente ocupa Colombia y navegantes polinesios, antes de que poblaran la Isla de Pascua o Rapa Nui.

El estudio responde con evidencias genéticas a una pregunta que científicos de múltiples disciplinas, incluyendo arqueólogos, historiadores, antropólogos, lingüistas y genetistas, no habían logrado responder en décadas desde que la expedición Kon-Tiki del explorador Noruego Thor Heyerdahl causó controversia mundial en 1947 con la posibilidad de una dispersión transpacífica desde las Américas.

La Iniciativa ChileGenómico fue la responsable del estudio de la variación genómica en la población chilena, donde se identificaron individuos con alta ancestría aymará en el norte y mapuche en la zona central, que fue de gran importancia para contrastar los resultados de la población de Rapa Nui. Su ADN fue analizado con la técnica de microarrays, que permite investigar la variación genética presente a los largo de todos los cromosomas.

Según explica el doctor Ricardo Verdugo, académico del Programa de Genética Humana y del Departamento de Oncología Básico Clínica e integrante de ChileGenómico, el análisis conjunto de estos datos con aquellos obtenidos de habitantes de Rapa Nui y de otras islas del pacífico, así como del resto de Latinoamérica, permitió determinar que si bien actualmente los isleños tienen un 18 por ciento de ancestría amerindia, esta tiene dos distintos orígenes.

Los Rapa Nui que tienen una alta ancestría europea tienen también un componente americano similar a los mapuche, pehuenche y huilliche del sur de Chile y que se habría mezclado con ancestros polinésicos alrededor del año 1860, lo cual concuerda con la llegada de los primeros chilenos a la Isla, poco antes de su anexión a la República de Chile en 1888.

En cambio, los individuos sin ancestros europeos tienen un componente de ancestría amerindia más cercano a los nativos de Colombia y que se mezcló con el polinésico alrededor del año 1340; es decir, mucho antes del descubrimiento de América. Adicionalmente, ese mismo componente ancestral amerindio se encontró en otras islas de la polinesia más al oeste, que habrían sido pobladas antes que Rapa Nui; de hecho, las fechas más probables de contacto datan de entre 1150 y 1230.

Thor Heyerdal estaba en lo cierto

En la publicación de Nature se detalla que los datos genómicos revelaron que existió en Polinesia un contacto antiguo con nativos americanos, posiblemente en las Islas Marquesas, cuyos descendientes luego migraron y colonizaron el resto de las islas hacia el sureste, llevando consigo el componente ancestral amerindio en sus genomas hasta Rapa Nui. De hecho, fue en la isla Raroia en la Polinesia Francesa, 3.600 km al noroeste de Rapa Nui, donde llegó el explorador noruego Thor Heyerdahl con su balsa tipo Kon-Tiki desde las costas de Perú, arrastrado por las corrientes marinas, demostrando así que ese trayecto fue técnicamente posible en tiempos precolombinos. Él postuló que el punto más probable de llegada de exploradores nativos americanos fue la isla de Fatu Hiva, en las Marquesas, dado que sus pobladores relatan leyendas sobre el origen sus ancestros llegados desde el Este.

El análisis de los genomas de habitantes actuales de las islas polinésicas pudo entonces distinguir dos flujos migratorios ocurridos desde el continente americano, uno en la historia reciente desde Chile y otro ocurrido hace 800 años desde un punto más al norte, posiblemente desde la costa de Colombia o Ecuador. Sin bien esta hipótesis había sido planteada anteriormente, el análisis de los genomas de habitantes actuales del continente y las islas permitió encontrar evidencia contundente de esta antigua migración y permitió ponerle fecha.

Según explica el doctor Verdugo, “este estudio demuestra que el análisis del genoma de poblaciones actuales puede entregar valiosa información para ayudar a responder preguntas sobre el origen de las poblaciones y sobre antiguas migraciones humanas. Complementa los estudios arqueológicos, antropológicos y lingüísticos, revelando información que fue heredada de generación en generación en el ADN. Y podría ayudar a sensibilizar a la población y a las autoridades sobre la importancia de realizar estudios genético-poblacionales con un abordaje genómico en nuestro continente, así como la necesidad de contar con equipos científicos locales con capacidad de colaborar internacionalmente para generar conocimiento de punta”.

El equipo de investigadores de Chilegenómico que participó de esta publicación está compuesto por los doctores Luisa Herrera, Soledad Berríos, Mónica Acuña, Elena Llop, Lucía Cifuentes, Ricardo A. Verdugo y Mauricio Moraga.

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El Periodista