Retiro de APV libre de gravámenes sería regresivo y favorecería a personas de altos ingresos

Según el académico de la Universidad Alberto Hurtado y especialista en fondo de pensiones, Fernando López, el proyecto de resolución que acaba de despachar la cámara de Diputados y que pretende que se exima del pago de impuestos y recargos tributarios a quienes retiren total o parcialmente sus ahorros previsionales voluntarios (APV), es regresivo y favorece a las personas de más altos de ingresos del país.

La iniciativa, aprobada con 111 votos a favor y 8 en contra, tendría al menos 3 inconvenientes, según López. “Primero, desactiva los incentivos tributarios del pilar de ahorro voluntario que tienen como propósito mejorar las pensiones futuras. Segundo, la medida es altamente regresiva, beneficiando en mayor grado a personas de altos ingresos que ya han recibido generosos beneficios tributarios por su APV. Tercero, bajo supuestos muy conservadores, el proyecto conlleva exenciones fiscales que superarían los US$1.200 millones si se aplicara sin restricciones de elegibilidad. Cabe señalar que estas últimas no se traducen en un desembolso para el fisco, sino que al monto de impuesto que sería perdonado con la vigencia de la medida”, afirma López.

El proyecto fue presentado por el diputado RN Gonzalo Fuenzalida y contó con el auspicio de varios parlamentarios de Chile Vamos, como Mario Desbordes, Jorge Durán, Francisco Eguiguren, Andrés Longton, Paulina Núñez, Erika Olivera, Ximena Ossandón, Hugo Rey y Marcela Sabat. Votaron a favor, entre otros, Camila Vallejo, Guillermo Teillier, Claudia Mix, Fidel Espinoza, Daniel Núñez y Cristina Girardir. Por la negativa estuvieron Giorgio Jackson, Tomás Hirsh y otros 6 parlamentarios. (ver lista completa).

También fue cuestionado que muchos parlamentarios, con APV declarada y que serían beneficiados con una ley de esta naturaleza, no se abstuvieron a la hora de votar el proyecto de resolución. En el caso de Guillermo Teillier, por ejemplo, su ahorro previsional voluntario supera los 158 millones de pesos.

Hoy, quienes deseen retirar sus platas de las APV deben pagar los impuestos correspondientes y un cargo adicional de entre un 3% y 7% sobre la tasa del impuesto global complementario. De prosperar una ley, no.

Algo más sobre el APV

El APV es el principal instrumento del pilar de ahorro voluntario del sistema de pensiones chileno y su propósito, explica el académico UAH, es aumentar el ahorro previsional y, por esta vía, mejorar las pensiones o adelantar la edad de jubilación.

De ahí que, para incentivarlo, se crearon una serie de beneficios tributarios, que ayudan a las personas de más ingresos.

De acuerdo a López, la mayoría de las personas beneficiadas son las que tuvieron una renta promedio superior a los 4 millones de pesos y que, considerando que los impuestos sirven para ir en ayuda de los más desfavorecidos, podrían igual retirar sus fondos, pagando los impuestos correspondientes.

López, al simular estos beneficios, señala que una persona con una renta bruta promedio de $4.000.000 habría recibido una bonificación de $2.215.845, la cual representa un 15% del monto que efectivamente sale del bolsillo de quien efectúa el APV ($16.985.964-$2.215.845). Agrega que la bonificación fiscal aumenta a $4.901.093 para quienes reciben una renta bruta promedio de $6.000.000 mensuales, siendo equivalente a un 40% del monto que efectivamente sale del bolsillo de la persona que efectúa el APV ($16.985.964-$4.901.093). La bonificación máxima asciende a $5.945.087 y la reciben personas con una renta bruta promedio superior a los $8.000.000 mensuales. En este caso, el beneficio tributario representa un 53,8% del monto que efectivamente sale del bolsillo de la persona que efectúa el APV ($16.985.964-$5.945.087).

“Según datos a 2018 , solo 0,8% de los 10,2 millones de contribuyentes declaró rentas superiores a los $6.000.000 mensuales, correspondientes al último tramo impositivo”, dice López.

De aprobarse una ley que permita el retiro anticipado de fondos y sin costo para el que lo realice, además de erosionar los incentivos, sería muy atractivo para los ahorrantes “porque permite evitar el pago de impuestos futuros y disponer inmediatamente del beneficio tributario”. “De hecho, entre varios usos, estos retiros podrían reinvertirse bajo la modalidad de APV y volver a recibir los generosos beneficios fiscales del Régimen B. Como esto es independiente de las circunstancias y eventuales necesidades de liquidez de quienes efectúen dicho retiro, lo más probable es que observemos un retiro masivo de APV, especialmente, concentrado en quienes tengan altos niveles de ahorro y accedan con mayor facilidad a la información sobre esta medida. En el caso del Régimen A, el incentivo es menor que en el Régimen B porque el pago de impuestos para los pensionados solo afecta la bonificación fiscal y la rentabilidad del APV que materializa su impacto en el largo plazo”, señala López.

Respecto al monto que alcanzaría esta exención, alrededor de US$1.200 millones según López, sería un cálculo conservador porque considera que “quien efectúa el retiro no hubiese percibido rentas tributables de otras fuentes (sueldos, honorarios, ganancias de capital, etc.) y su saldo de APV está en el límite inferior correspondiente a su tramo”.

“En términos agregados, el monto de la exención tributaria asociada a la medida propuesta superaría los US$1.215 millones si todas las personas con más de $10.000.000 hubiesen retirado su APV. De esta cifra, US$933 (76,8%) se explican por las 28.469 personas que tienen más de $100 millones en su APV y US$1.112 (91,6%) por personas que tienen más de $50 millones en su APV”, asegura López.

Y finaliza: “Para enfrentar la crisis del COVID-19, es importante pensar en estrategias que vayan en beneficio de las personas y familias más desprotegidas. En este contexto, quienes necesiten recursos de su APV pueden retirarlos libremente, pagando los impuestos que establece la normativa vigente”.