Descubren en Guatemala la mayor construcción de la cultura Maya

El lugar parecía una gran explanada natural hasta que la tecnología Lidar (Laser Imaging Detection and Ranging) pasó sobre él. Se trata de una especie de ojo de halcón láser, aplicado en vuelos en avioneta a 650 metros de altura -que se hicieron entre 2017 y 2019- analizando el terreno con diferentes grados de inclinación, informa hoy La Vanguardia

No es una pirámide sino una explanada de casi kilómetro y medio, gigante, que desde ahora es la mayor construcción que se haya descubierto de la cultura Maya y que se ubica en Guatemala, frontera con México, en las cercanías del río Usumacinta.

Así lo cuenta hoy La Vanguardia, quien da cuenta de una publicación de Nature, donde se hace referencia a la investigación arqueológica, liderada por las universidades norteamericanas de Arizona y de North Carolina, que desvela el lugar, llamada Aguada Fénix en la que, precisamente por su tamaño, nadie había reparado. Está rodeada de una veintena de complejos ceremonial menores.

«Se calcula que fue construida durante unos doscientos años, entre el 1.000 y el 800 aC, ‘probablemente como un lugar de uso ritual comunal, seguramente era un lugar de reunión de un gran número de personas’, explica en una entrevista por correo electrónico el antropólogo de la Universidad de Arizona Takeshi Inomata, co-autor del artículo científico, junto a Patricia McAnany, de la universidad de North Carolina», señala La Vanguardia.

La meseta principal de Aguada Fénix fue levantada a través del relleno de arcilla y tierra, así como restos de cerámicas, y se calcula que alcanzó este tamaño (en concreto, 1.413 metros de largo por 399 de ancho) hacia el año 800 antes de Cristo, según revelan las dataciones mediante carbono 14 de algunos restos arqueológicos localizados sobre el terreno. Aguada Fénix tiene lo que parecen “alas cuadradas unidas a los lados este y oeste de esta meseta le da una forma general estrecha y cruciforme”, dice el estudio.

El área central domina otros cinco complejos menores, múltiples estructuras rectangulares y depósitos artificiales, y limita al este con humedales del sistema fluvial del río Usumacinta.

Además, nueve calzadas se extienden desde la meseta. Las vías norte y sur están conectadas con ella por grandes rampas. La calzada tiene una longitud de 6,3 km, con complejos menores a ambos lados. Al oeste aparece otra gran meseta de 390 por 270 metros y entre 15 y 18 de altura respecto a su alrededor; se ubica 1,7 kilómetros al oeste de la meseta principal.

Construcción faraónica

En la construcción participaron probablemente “miles de personas”, opina Inomata, pero posiblemente después de construirse la inmensa plataforma se reunían allí “únicamente para usos rituales, y luego volvían a sus lugares de residencia”.

Hacia el año 1.000 aC, la población maya combinaba en su alimentación la caza y la pesca con el cultivo de maíz a pequeña escala. “No eran completamente sedentarios y no usaban cerámica. Alrededor del 1000 A.C. o un poco antes comenzaron a utilizarla y a desarrollar asentamientos sedentarios. Creo que esto implicó un gran cambio en la forma en que la gente interactuaba entre sí. A medida que se asentaban y hacían más agricultura de maíz, tuvieron que negociar nuevos conceptos de uso o derechos de propiedad de tierras y propiedades. En este momento, el gran proyecto de colaboración de la construcción dio una nueva identidad de una comunidad. Probablemente [Aguada Fénix] era el monumento para todos. Más tarde, los grandes edificios mayas fueron principalmente para los gobernantes y las élites”, analiza el antropólogo.

Inicio de las prospecciones arqueológicas

En el lugar se han hecho por ahora unas pocas prospecciones arqueológicas, con una profundidad de hasta 7’5 metros, en las que se descubrió “un denso depósito de cerámica, huesos y conchas que cubrían que parece ser anterior a la construcción de la meseta”, explica el artículo que hoy se publica.

El equipo tiene el objetivo ahora de profundizar “en el área alrededor de la plataforma para investigar cómo vivía la gente durante este período”, detalla Inomata, para quien el lugar, hoy dedicado al pasto de la ganadería, podría ser atractivo para el turismo en el futuro, “pero puede no parecer tan impresionante como las altas pirámides para los no arqueólogos”.

Aguada Fénix guarda ciertas similitudes con el centro olmeca de San Lorenzo, de cronología similar y situado a unos 330 kilómetros de distancia. Pero en el centro maya no parece que existieran las desigualdades sociales que sí había en el imperio olmeca.

Aguada Fénix y otros complejos ceremoniales del mismo período sugieren la importancia “del trabajo comunal” en el desarrollo inicial de la civilización maya, dicen los investigadores.

“En los sitios olmecas de San Lorenzo y La Venta hay una escultura de piedra de cabeza colosal que representa a gobernantes y enormes tronos de piedra. No hay tales cosas en Aguada Fénix. Creemos que aquí no había gobernantes como esos sitios olmecas” explica Inomata.

“Aguada Fénix es más similar a otros sitios mayas posteriores en términos de cerámica, etc. Pero Aguada Fénix y la región olmeca deben haber tenido contacto directo entre sí. En lugar de tener una influencia directa de la zona olmeca, había patrones más complejos de interacción entre varias regiones. La civilización Maya probablemente se desarrolló a través de estas comunicaciones”, añade el investigador.

Tradicionalmente, los arqueólogos pensaban que la cultura maya estaba organizada en una desigualdad social, en la que las élites organizaban los grandes proyectos de construcción. “Pero Aguada Fénix muestra que las grandes construcciones se hicieron en ausencia de una élite poderosa. Aunque probablemente hubo algunos líderes que jugaron papeles centrales en la planificación y organización de tales trabajos, el factor principal fue la participación voluntaria de la gente en tales construcciones. Esto nos dice el potencial de la colaboración humana que no necesariamente requiere un gobierno centralizado”, concluye Inomata en entrevista con La Vanguardia. “No es como las pirámides posteriores que simbolizaron el poder de los gobernantes. Aguada Fénix fue posiblemente más bien el símbolo del logro comunitario”.

Fuente La Vanguardia y Nature

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El Periodista