¿Qué debo comer si tengo COVID-19?

La alimentación por sí sola no es una cura del coronavirus, sin embargo, puede ser una aliada para aliviar síntomas asociados a esta enfermedad. Los alimentos precocinados y la comida rápida deben descartarse , ya que no contribuyen a generar bienestar.

Actualmente, no existe un tratamiento nutricional específico para el Covid-19. Es más, en ningún caso la alimentación por sí misma evita o cura la infección por coronavirus, o por cualquier otro virus. No obstante, es cierto que algunos nutrientes como el cobre, folatos, hierro, selenio, zinc y vitaminas A, B12, B6, C y D, encontrados en los alimentos, contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario.

“Si una persona está infectada por coronavirus se indica una alimentación dirigida a paliar los síntomas generados por la fiebre y los problemas respiratorios, asegurando principalmente una adecuada hidratación”, comenta Dominique Diaz, nutricionista clínica y académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián (USS).

La Academia Española de Nutrición y Dietética, comenta la experta, publicó una serie de recomendaciones para pacientes con Covid-19 con sintomatología leve y derivación domiciliaria. “Es importante tener en cuenta estas pautas nutricionales, porque serán una aliada para el sistema de defensas propias del organismo”, manifiesta Diaz.

¿Qué aconseja esta pauta?

Mantener una buena hidratación. La ingesta de líquidos debe ser sobre 1,5 lts al día, especialmente en síntomas de fiebre o tos. “Acá hay que poner énfasis en los adultos mayores, el grupo más vulnerable y que tiene mayor riesgo de deshidratación. Otras opciones de hidratación para ellos podrían ser las infusiones o el uso de gelatinas neutras o saborizadas sin azúcar”.

Consumir 5 porciones entre frutas y verduras al día, principalmente frescas y de distintos colores, ya que estas aportan gran cantidad de nutrientes, vitaminas, minerales, fibra dietética y agua. “En el caso de existir sintomatología como molestias en la garganta, fiebre o falta de apetito, se pueden realizar preparaciones en forma de puré o cremas, peladas y picadas o bien ralladas”.

Productos integrales y legumbres. Este grupo de alimentos es la base de la alimentación y forman parte del patrón alimentario saludable. “Se recomienda elegir, principalmente, cereales integrales procedentes de grano entero (pan, pastas y arroz integral) y legumbres, sin mezclarlas con cecinas y tratando de incorporar verduras.

Lácteos. Se recomiendan porque son una fuente importante de calcio, además “un importante estudio asoció su consumo con un menor riesgo de mortalidad y enfermedad cardiovascular. Se deben evitar los saborizados, con frutas, u otros, ya que contienen una importante cantidad de azúcar añadida”.

Consumir de forma moderada alimentos de origen animal. “Se deben seleccionar, preferentemente, carnes magras, por ejemplo de aves (pollo, pavo, etc), evitando el consumo de embutidos, fiambres y carnes grasas. Se recomienda evitar la fritura y utilizar técnicas culinarias bajas en grasa como son a la plancha, salteado, guisado o asado.

Elegir el consumo de frutos secos, semillas y aceite de oliva. Estos tienen efectos beneficiosos sobre los lípidos de la sangre, siempre y cuando su consumo sea natural, no fritos y sin sal ni azúcares añadidos. Además, “son ricos en potasio, magnesio, ácido fólico, fibra y ricos en arginina, precursor de óxido nítrico, que es un vaso dilatador que puede restringir la agregación y adhesión de plaquetas”. El aceite de oliva, en cambio, es rico en polifenoles y ácido oleico “que puede ayudar a reducir el estado inflamatorio y es recomendado para la salud cardiovascular”.

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El Periodista