Aplicaciones de rastreo de contactos: la falsa dicotomía entre Privacidad y Salud
Muchas empresas tecnológicas han estado buscando diseños para aplicaciones de rastreo de contactos COVID-19 o como se les ha comenzado a llamar “Notificaciones de exposición”. ¡El principal objetivo es saber quiénes tienen riesgo de contagiarse y llamar a la acción, a realizarse test o hacer cuarentena!
Desde el inicio de la pandemia del Corona Virus y su diseminación por el mundo, los científicos, técnicos e ingenieros de todos los países han volcado su trabajo y esfuerzos en conseguir una vacuna o soluciones para detener o aminorar el contagio del Covid-19.
En este contexto muchas empresas tecnológicas están buscando diseños para aplicaciones de rastreo de contactos COVID-19 o como se les ha comenzado a llamar “Notificaciones de exposición”.
¡El principal objetivo es saber quiénes tienen riesgo de contagiarse y llamar a la acción, a realizarse test o hacer cuarentena!
La mejor definición y la más aceptada de “Rastreo de contacto” es la que entrega Wikipedia y que dice: «El rastreo de contactos es el proceso de identificación de personas que pueden haber entrado en contacto con una persona infectada («contactos») y la posterior recopilación de información adicional sobre estos contactos. Al rastrear los contactos de las personas infectadas, hacerles pruebas de infección, tratar a los infectados y rastrear sus contactos a su vez, las autoridades sanitarias buscan reducir las infecciones en la población”.
En el ámbito mundial Singapur, Taiwán e Israel ya han implementado tecnología de rastreo basada en teléfono usando los dispositivos con Bluetooth. Actualmente en el mundo existen dos caminos para el desarrollo de estas aplicaciones: el centralizado y el descentralizado. La primera alerta a una unidad central que dos personas hicieron match y el segundo avisa a las personas y a la autoridad para que tomen acciones como por ejemplo ir a testearse.
Cada uno de los diseños plantea problemas técnicos, sociales y de privacidad y derechos digitales.
Para Ricardo Baeza-Yates, Doctor en Ciencia de la Computación por la University of Waterloo en Canadá y Director de Ciencia de Datos de Northeastern University en su sede del Silicon Valley y coautor del artículo «¿Es la privacidad de los datos el precio que debemos pagar para sobrevivir a una pandemia?» preparado por el Banco Interamericano de Desarrollo, las aplicaciones de rastreo de contacto presentan 3 problemas esenciales: Impacto ciudadano, Tecnología y Gobernanza (administración de los datos).
Hace pocos días los autores Ricardo Vinuesa, Andreas Theodorou, Manuela Battaglini, Virginia Dignum (Un marco socio-tecnológico para rastreo de contactos) presentaron un marco ético donde proponen evaluar aplicaciones de rastreo de contactos en base a su idoneidad en términos de impacto en los usuarios, la tecnología empleada y los métodos de gobernanza, comparando pautas de la Junta Europea de Protección de Datos (EDPB), y que tiene 19 puntos de análisis (ver imagen).
Para Baeza-Yates el tema más importante es «Respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos».
Para Eric Rescorla CTO de Firefox -el navegador de Mozilla- y Experto en seguridad de las comunicaciones, especialmente en Transport Layer Security (TLS), el protocolo de seguridad fundamental de la web «es tentador, preguntar si un diseño es mejor que los otros, pero después de una inspección más cercana, parece que realmente hay tres modelos de uso separados que las personas tienen en mente:
- Informar a las autoridades sobre quién podría necesitar ser probado opuesto en cuarentena.
- Servir como una especie de hoja de permiso digital para acceder a varios servicios, como una especie de Pasaporte sanitario.
- Informar a las personas que podrían haberse infectado para que puedan considerar hacerse la prueba.
Experiencia chilena
En Chile la empresa Unholster ha desarrollado la aplicación «Cuidémonos» que según Antonio Díaz-Araujo, Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Chile y Socio Fundador de Unholster es una herramienta que permite gestionar dentro de las empresas el contagio exponencial del virus Covid-19.
Antonio Díaz-Araujo cuenta que «esta no es una aplicación de rastreo y que se basa en un proceso de monitoreo que consta de dos instancias. La primera es un check-in diario por parte de todos los colaboradores de la empresa y la segunda es un monitoreo de sus mallas relacionales, de esta forma se cuenta con toda la información necesaria para realmente detectar y controlar un posible contagio.
«El empleador tendrá acceso a una plataforma donde podrá monitorear todos los posibles casos de Covid-19 de la empresa. Si nosotros tuviéramos que usar una aplicación de rastreos de contactos o de Notificación de exposición, el gobierno debería por ley crear un comité de expertos que defina como usar los datos y la infraestructura y qué pasará con los datos una vez superada la pandemia, si alguien se queda con ellos y cómo se destruyen después» agrega el Ingeniero Civil Industrial.
Apple y Google se unen
El 10 de abril de 2020, Apple y Google, que representan la mayoría de los sistemas operativos móviles del mundo, anunciaron la tecnología de seguimiento de la enfermedad de Coronavirus 2019 para iOS y Android usando las señales de radio inalámbricas Bluetooth Low Energy (BLE) para el rastreo de contactos, las nuevas herramientas advertirían a las personas sobre otras con las que han estado en contacto y que están infectadas por el SARS-CoV-2. Para los expertos en tecnologías esta es la aplicación que tiene mayores opciones para ser implementada en Chile.
Para María Paz Canales, abogada, LL.M en Derecho y Tecnología, Directora Ejecutiva de Derechos Digitales lo importante es que «el funcionamiento de estas aplicaciones es posible -aunque no necesario- recolectar una gran cantidad de información. El objetivo debe estar limitado a la identificación de posibilidades de contacto entre personas que resulten en riesgos de transmisión de Coronavirus».
La abogada de Derechos Digitales destaca que «no se necesita conocer la identidad de las personas, ni su ubicación. Los protocolos desarrollados sobre la base de la tecnología Bluetooth (como el de Singapur, Australia, el desarrollado por Apple/Google, y varios propuestos en Europa) consiguen con mayor claridad esos objetivos pues no recolectan información de localización, ni la identidad de las personas que usan la App. Estas apps recolectan identificadores que se crean en forma aleatoria y se almacenan localmente en los dispositivos, y sólo se comunican (a la autoridad de salud -en sistemas centralizados- o a los demás usuarios -en los sistemas descentralizados- cuando una persona recibe un diagnóstico positivo».