A los 99 años falleció esta noche en su casa la escritora, profesora, actriz y dramaturga, Mónica Echeverría Yáñez (Santiago, 2 de septiembre de 1920), quien estuvo casada con el ex alcalde de La Reina y rector UC, Fernando Castillo Velasco.
Hacía muy poco tiempo la escritora de «Háganme calla!, su último libro, sufrió un accidente cerebro vascular que la debilitó.
Gran pesar por muerte de Monica Echeverria , lúcida escritora, integrante de Mujeres por la Vida, bastión de resistencia femenina antidictatorial ,vivió su tiempo con rebeldía, coraje y compromiso junto a Fernando Castillo Velasco, ambos unos imprescindibles !
— Carmen Hertz Diputada (@carmen_hertz) January 4, 2020
Estudió en las Monjas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, «colegio retrógrado», según lo definiría años más tarde, y después, desafiando a su medio ingresó en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, para luego ejercer durante muchos años como profesora de castellano. Posteriormente, fue parte de la creación artística y directiva del Teatro Ictus.
A los 24 años se casó con el arquitecto Fernando Castillo Velasco, con quien tendría cuatro hijos: la documentalista Carmen, Cristián, Fernando José, Javier, fallecido en un accidente automovilístico a principios de las años setenta y Consuelo.
Durante la dictadura militar y debido a la militancia de dos de sus hijos en el MIR, ella y su esposo se fueron al Reino Unido, a la Universidad de Cambridge, para unirse a su planta docente. Regresaron en 1978.
Como narradora publicó su primer libro, Antihistoria de un luchador, en 1993, ya después de caída la dictadura, pero lo había comenzado mucho antes: ocho años se demoró en terminar esta biografía de 500 páginas sobre el sindicalista Clotario Blest. A esta obra seguirán otras, en su mayoría novelas basadas en personajes reales, como Violeta Parra o el dictador Pinochet.
A pesar de su avanzada edad, alcanzó a testimoniar su apoyo a las movilizaciones sociales que comenzaron el 18 de octubre pasado. Como tenía problemas para comunicarse, ya que no podía hablar, lo hacía con carteles como el de la foto.
Obras
Antihistoria de un luchador, biografía de Clotario Blest, LOM Ediciones, Santiago, 1993.
Agonía de una irreverente, novela histórica o biografía novelada sobre Inés Echeverría Bello, Editorial Sudamericana, Santiago, 1996.
Crónicas vedadas, Sudamericana, Santiago, 1999; en 2017 Catalonia reeditó la obra con un nuevo subtítulo: Radiografía de la élite impune en lugar de Antes del juicio final. Contiene los siguientes 6 relatos históricos (orden según la edición de 2017):
«Seis distinguidas damas y un imprudente inquisidor», «El misterioso señor Monteagudo», «Ocaso de un glorioso general», «El crimen de Chicureo (Lugar de los tordos)», «Azarosa vida de un arzobispo» y «Sobrevivir sin raíces».
Difícil envoltorio, novela testimonial, 2000.
El vuelo de la memoria, junto con Carmen Castillo, novela testimonial, LOM, Santiago, 2002.
Cara y sello de una dinastía, novela de facto sobre la familia de Agustín Edwards, 2005.
Krassnoff, arrastrado por su destino, testimonio, Catalonia, Santiago, 2008.
Yo, Violeta, biografía novelada de Violeta Parra, Plaza & Janés, Santiago, 2010.
Insaciables, con Patricia Lutz; novela sobre Augusto Pinochet, Plaza & Janés, Santiago, 2012.
¡Háganme callar!, crónica, Ceibo Ediciones, Santiago, 2016.
Películas
La colonia penal, de Raúl Ruiz, 1970.
La luna en el espejo, de Silvio Caiozzi, 1990. Como la cocinera en la televisión.
Días de campo, de Raúl Ruiz, 2004. Como la señora.
Una muerte que entristece por la enorme estatura intelectual, artística, moral y humana de esta noble mujer. Gran pareja con Fernando Castillo.
Hasta siempre Mónica, ya entraste en la historia de Chile. Te abrazo a la distancia.
¡Patria o muerte, venceremos!
¡Hasta siempre Sra. Mónica! Su memoria perdurará por siempre en la cultura nacional, por su lucha en los DD.HH., por el cambio, por la defensa feminista… por su historia. Belleza e inteligencia, armonizaron y compitieron, hasta el final de sus días. Recuerdo haber leído su último libro, ¡HÁGANME CALLAR! No puedo describir la emoción sentida. Me resulta absolutamente inefable. Una mujer de un coraje superior. Una denuncia vital, sobre todo viniendo de una mujer de acero, no obstante su avanzada edad. La seguí donde hablara y me alentó a la denuncia en mis obras. ¡Adiós Sra. mónica! Su espíritu y su obra queda con nosotros y con mi espíritu.