Christian Slater: El Ejército y la grandeza de Chile
Son los herederos, pero no los responsables, de los aciertos y desaciertos de quienes en el pasado condujeron los destinos del Ejercito de Chile.
Por Christian Slater, coronel (R) de Ejército
Este 19 de septiembre cuando al son de la marcha “Viejos Estandartes” veamos desfilar al Ejército de Chile, será un buen momento para recordar la grandeza de nuestra patria. Una muestra de la sociedad que al mismo compás —de general a soldado— cumplen con lo que la ciudadanía les exige: ser un Ejército glorioso y jamás vencido.
Un Ejército que siempre ha estado a la altura de la sentencia del General Bernardo O´Higgins cuando, por decreto del 16 de marzo de 1817, fundó la Academia Militar y expresó: “En esta Academia Militar está basado el porvenir del Ejército y sobre este Ejército, la grandeza de Chile”.
Son los herederos, pero no los responsables, de los aciertos y desaciertos de quienes en el pasado condujeron los destinos del Ejercito de Chile. Hoy, sus preocupaciones están puestas en el futuro, en su preparación profesional y en el entrenamiento diario, junto a una escuadra, sección, compañía, batallón o regimiento. No tienen tiempo para distraerse con las preocupaciones que son de otros y menos los encargados de buscar las soluciones.
Son soldados que solo quieren buenos comandantes. Instructores que los preparen adecuadamente para la guerra, como la única forma de darle a Chile lo que más aman y protegen; la paz. Una condición y estabilidad que ha durado más de 140 años y que, si algún día se pierde, a los culpables no habrá que buscarlos dentro de las filas del Ejército. Nunca ha sido así. Los culpables siempre son aquellos que —muchas veces— han demostrado su incapacidad para resolver y solucionar los conflictos internos y externos de nuestra nación, recurriendo al uso de otros medios: la fuerza. Esa que está subordinada al poder político.
