¿Realmente estamos preparados para una ciudad inteligente?
Si nos dedicamos a estudiar un poco el concepto nos damos cuenta de que es una nueva forma de ver el desarrollo de las ciudades, en donde el foco está en la sustentabilidad y la mejora en la calidad de vida de sus habitantes, es decir un nuevo paradigma.
Por Sebastián Baeza Donoso
Académico
Ucentral Región de Coquimbo
En este último tiempo se ha visto, en la mayoría de los medios de prensa, una noticia que da vuelta por todo el mundo y que se concreta ya en muchas comunas de nuestro país, incluida La Serena y Coquimbo, la incorporación en los planes de desarrollo comunal del concepto de “Ciudad Inteligente” o “Smart City”.
Si nos dedicamos a estudiar un poco el concepto nos damos cuenta de que es una nueva forma de ver el desarrollo de las ciudades, en donde el foco está en la sustentabilidad y la mejora en la calidad de vida de sus habitantes, es decir un nuevo paradigma. Como toda ciudad inteligente requiere de implementar tecnologías de la información y de las comunicaciones, que conecten a todos los actores que intervienen y que generen información que permita tomar buenas decisiones que faciliten la vida y que permitan hacer un uso eficaz y eficiente de los recursos, tanto del gobierno como de las empresas y ciudadanos.
Cada vez que escucho de este nuevo paradigma me hago la misma pregunta ¿estamos preparados para esto? Y creo que siempre llego a la misma conclusión, no estamos preparados. Pero a la vez creo que esta nueva forma de pensar las ciudades es claramente muy beneficioso y necesario. Me alegra que estemos tomando conciencia que estamos en un nuevo mundo en el que ya no podemos seguir funcionando como lo hacemos y que es necesario pensar en la sustentabilidad del planeta.
Creo que como docentes que estamos formando a nuestros futuros profesionales, tenemos la obligación de preparar a los jóvenes pensando en este nuevo paradigma y que son ellos quienes se harán cargo de construir estas ciudades inteligentes, que por ahora son un motivante desafío, pero que para nuestros jóvenes serán una realidad.