Mohammed VI, Rey de Marruecos: Mirada hacia los desafíos del futuro

El rector de la Universidad de Talca y ex ministro de Agricultura de Michelle Bachelet se refiere en esta columna a los adelantos producidos en los 20 años de reinado del monarca marroquí.

Por Álvaro Rojas Marín, rector Universidad de Talca

Su Majestad el Rey de Marruecos Mohammed VI cumplió dos décadas desde que fuera entronizado, sucediendo a su padre, el Rey Hasán II.

La Monarquía Constitucional y de Derecho Divino fue proclamada el año 1961, cinco años después de la independencia de Marruecos, terminando con el protectorado francés y español.

     Álvaro Rojas

Junto a Túnez, Argelia, libia y Mauritania conforman el denominado Magreb, aquella región del norte de África localizada al Poniente, en oposición al Levante Mediterráneo (Siria Israel, Líbano, Palestina, Jordania).

Perteneciente a la dinastía de los Alauí, con una tradición de casi cuatro siglos el Rey Mohammed VI, de 56 años de edad, gobierna un país que ha hecho un esfuerzo notable de modernización, de pluralismo político y que ha impulsado un nuevo código de dar mayor poder e independencia a las mujeres (Mudawana).

Muy cercano al mundo occidental estudió ciencias sociales y derecho, para posteriormente doctorarse en la Universidad de Niza Sophia Antipolis con la tesis la “Cooperación entre la Comunidad Económica Europea y los Unión Árabe del Magreb”, anteriormente había realizado una pasantía en Bruselas bajo la supervisión del entonces presidente de la Comisión Europea, el socialista francés, Jacques Delors.

Preocupado por la necesidad de lograr una mayor equidad en el crecimiento económico del país, en su recientemente discurso de aniversario señaló: “Querido pueblo, hemos conseguido dar un paso cualitativo en el ámbito de las infraestructuras, tanto en lo que se refiere a las autopistas, al tren de alta velocidad, a grandes puertos, energías renovables y la rehabilitación de las ciudades y del espacio urbano. Por otra parte, se nos reconocen importantes avances en el afianzamiento de los derechos y libertades y la consolidación del sano ejercicio democrático. No obstante, somos conscientes de que la infraestructura y las reformas institucionales, por muy importantes que sean, no bastan por sí solas. Así pues, en aras de la transparencia y objetividad, podemos decir que este balance positivo se ve afectado por el hecho de que los efectos de tal progreso y realizaciones, desgraciadamente, no han abarcado suficientemente a todos los sectores de la sociedad marroquí”.

Interesante es constatar la evolución social, cultural y política de este “puerto de entrada europea a África o bien puerta de entrada de África a Europa”, por cuanto junto a los grandes temas del crecimiento y desarrollo existe una particular preocupación gubernamental en torno al Desarrollo Territorial (regionalización), la Constitución Política, el Código de la Familia y la generación de “Instancias de Equidad y Reconciliación. La que se extiende también al modelo de desarrollo, para lo cual el monarca ha decidido crear una comisión especial, que debe tener la capacidad de sincronizar la sensibilidad de la sociedad, sus expectativas y los grandes intereses de la nación.

Marruecos, un país al que debemos seguir con una mayor atención, toda vez que las relaciones diplomáticas, políticas y económicas son cada día más estrechas, motivadas por una activo proceso de modernización y apertura impulsado por el Rey Mohammed VI.

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