Por Marcelo Segura
A estudió en el Saint George como su padre, hermanos y tíos. Luego Leyes en la Universidad de Chile, donde llegó a ser presidente del centro de estudiantes. B fue alumna del Villa María Academy, donde su tía era de la congregación y autoridad en el colegio. En la PUC, logró ser la mejor egresada de ingeniería. A es hijo de exiliados que tuvieron que huir a México. B es hija de funcionarios de la Dictadura. A y B se conocieron en la presentación de un estudio de desigualdad en Chile, donde A le encendió un Kent a B. Al año estaban casados. Tienen posiciones políticas irreconciliables, pero en materia gastronómica su cercanía es milimétrica (visitan cada restaurante vietnamita). A se ha esmerado años en el concepto de la segregación y B en el de mérito. Escriben eternas columnas contradiciéndose los domingos en la prensa. Lo que parecía imposible, fue logrado por un cigarro y el sabor a Vietnam.
A es PS y B de la UDI. Su hija C acaba de militar en Evópoli.
C es estudiante de ciencias políticas en la UDP y está en su etapa de tesis analizando el origen escolar de las y los parlamentarios desde 1990 a partir de un estudio del PNUD. Durante su investigación conoció a D, abogado de la UAI y joven diputado frenteamplista de padre conservador y madre demócrata-cristiana.
C y D se enamoraron y acaban de pasar un fin de semana en New York.
Allí, D le contó su sueño: llegar a la presidencia para terminar con la desigualdad y los privilegios de algunos. C, emocionada le besó con las luces de la gran manzana neoyorquina como telón de fondo. En ese viaje C quedó embarazada. Nueve meses más tarde nació E, que estudiará en el colegio de su abuelo, el Saint George.
E militará en un movimiento denominado “todes“ y conocerá a K (egresado del Colegio Alemán de Santiago) nieto de un candidato presidencial conocido como el Bolsonaro chileno. K será un alto ejecutivo de AFP. El 2040 se casarán. Sus vacaciones serán en Sicilia, pues, aún en el 2040, será interesante mirar caminar a un mafioso por los adoquines del sur italiano.
Y usted que lee esto ¿qué letra del abecedario es?
PS. El 2017, el PNUD presentó el libro Desiguales que muestra los 50 apellidos con mayor porcentaje de profesionales de prestigio y evidencia que más del 70% de ministros, cerca del 60% de los senadores y más del 40% de los diputados del período 1990-2016 asistieron a colegios de elite, carreras y universidades de elite, o ambas.
En el gobierno anterior, Chile dio pasos importantes para cortar esta cadena de privilegios. Esfuerzo que, si no es sostenido ni profundizado, puede eternizar esta historia en las siguientes generaciones donde los líderes políticos, gerentes de grandes empresas y altas autoridades seguirán proviniendo de los mismos colegios, universidades y familias.
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