CNI (y Pinochet) debieron conocer (y tal vez usaron) perversión de Renato Poblete
La conducta de ciertos sacerdotes evidentemente que empañó la acción de la Iglesia a la vez de impedir mayores avances en DDHH.
Por André Jouffé, periodista
Como consecuencia de la ratificación de los abusos cometidos por el sacerdote Renato Poblete, sumados a otros recientes y algunos del pasado mediano y lejano, resulta inconcebible pasar por alto que estas aberraciones no estuvieran, en su oportunidad, en conocimiento de la CNI.
Por lo tanto es fácil imaginar la baraja de naipes a favor que tenía Pinochet en sus manos, toda vez que los cardenales, Silva Henríquez o Fresno pisaban el edificio Diego Portales y más tarde, el palacio de la Moneda para interceder por el tema de los Derechos Humanos.
Por atrocidades cometidas, hubo fotos de por medio que delataban evidencias de abusos, otra forma de atrocidad.
Ya en su instancia, Francisco Javier Cuadra solía jactarse de este elemento a su favor y que uno de los proveedores era Álvaro Corvalán y sus secuaces.
Algunos casos fueron conocidos en aquellos años. Los menos.
La reflexión recae ahora es la enorme responsabilidades de esos sacerdotes pecadores, que debido a sus “debilidades” impidieron a la jerarquía de la Iglesia un mayor poder para negociar, elementos de argumentación.
Aunque una cosa no tenga que ver con la otra, como muchos podrán rebatir, de acuerdo a las propias palabras de gente de la dictadura, apenas emanaban las palabras Derechos Humanos, en estas audiencias tan esperadas y que despertaban enormes expectativas, una bandeja de fotos caía sobre el escritorio.
Se puede llegar a pensar que la Iglesia ocultó los términos de las reuniones, para no difundir lo que estaba pasando en el seno de las congregaciones.
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Esta demás decir que pese a su constante lucha gracias a los Jarlan y Dubois, hubo elementos que debilitaban cualquier acción en un momento en que todo se negociaba, desde el tema del trato al ser humano hasta el ingreso al país de exiliados.
Por lo tanto, la conducta de ciertos sacerdotes evidentemente que empañó la acción de la Iglesia a la vez de impedir mayores avances en la cruzada en que estaba comprometida, con toda la esperanza de millones de chilenos puesta en ella.
