Marruecos: balance de los 20 años de reinado de Mohammed VI

Mañana se realizará en Santiago la llamada Fiesta del Trono, festejo nacional marroquí que, en esta oportunidad, celebra las dos décadas del Rey Mohammed VI en su cargo.

A dos décadas de haber asumido el trono en Marruecos, un país situado en el occidente del norte de África y que significa simplemente “Occidente” (donde cae el sol), es necesario un balance de lo actuado por Mohammed VI, quien heredó el trono de su padre, Hassan II, en 1999 cuando solo tenía 35 años.

UN POCO DE HISTORIA

Desde la edad media hasta los tiempos modernos, este país que tiene casi 36 millones de habitantes y una superficie de 712 mil kilómetros cuadrados, debió resistir la presión de las potencias coloniales europeas, deseosas de mantenerlo bajo su hegemonía por la privilegiada ubicación geográfica.

Tanto España como Francia, a medida que avanzaba la industrialización de Europa, fijaron sus ojos en Marruecos. Ya en 1904, luego de varios conflictos entre ellos, lograron establecer zonas de influencia en el país, hasta que se formalizó en 1906, durante la conferencia de Algeciras, la posesión gala y se le confió junto a España la política de Marruecos. Años más tarde, gracias la tratado de Fez, ambos países se volvieron a dividir Marruecos: los territorios del norte (en torno a las ciudades de Ceuta y Melilla) y del sur (fronterizos con el Sáhara Español) se convirtieron en el protectorado español de Marruecos. Francia y España controlaban la Hacienda, el ejército y la política exterior de Marruecos en sus respectivos protectorados.

Marruecos era un Estado autónomo, bajo la soberanía del Sultán, pero protegido.

Este protectorado fue denunciado por los marroquíes después de la segunda guerra en 1944, donde se les pidió a las dos potencias “protectoras” salir del país. Tras innumerables tribulaciones y el retorno del exilio del Rey Mohammed V, libertador del Marruecos moderno, los europeos abandonaron el país en 1956 y así los marroquíes recuperaron su plena independencia.

DOS DÉCADAS DE MOHAMMED VI

Tras el reinado de Mohammed V, gobernó Marruecos Hassan II durante 38 años, hasta que en 1999 fue sucedido por su hijo, Mohammed VI, quien celebra el 30 de julio dos décadas en el Trono, momento ideal para destacar los aspectos positivos que han marcado su reinado, inmerso en la transición política marroquí que se inició al final del reinado de su padre.

1. Continuidad
• El 30 de julio, fue entronizado del Nuevo Rey, quien pronunció el primer «discurso del trono» ante los marroquíes, en la televisión estatal, prometiendo «aliviar la carga de la pobreza» que afectaba a la gran mayoría de la población del Reino.

2. Ruptura
• Las primeras decisiones tomadas por el Rey Mohammed VI fueron «asombrosas» para los marroquíes. El joven Rey autorizó el regreso del famoso opositor marroquí, Abraham Serfati, desde el exilio al país. El poderoso ministro del interior, Idris Basri, que fue temido en la época de su padre, símbolo de los «años de plomo»(1960-1990), años de represión y de los arrestos secretos, de la tortura de disidentes y golpistas, fue destituido. También lanzó la Instancia de Equidad y Reconciliación-I.E.R, la cual resolvió el problema de las violaciones de DDHH y pidió una compensación para los detenidos políticos y las áreas marginadas.

3. Rehabilitación de la mujer.
• En 2004, Marruecos adoptó un nuevo código de familia, luego de un acalorado conflicto entre islamistas y defensores de la modernización, reforzando el papel de las mujeres en la familia, otorgándoles nuevos derechos, restringiendo la poligamia y facilitando el divorcio. Sin embargo, las expectativas de las mujeres marroquíes siguen aún insatisfechas y se mantiene su lucha para conseguir más derechos y alcanzar la equidad de género.

4 – grandes proyectos
• En 2007, se inauguró el puerto de Tánger Mediterráneo (norte), el más grande de África en términos de volumen de contenedores. Se amplificó en un segundo tramo en junio, lo que le convierte en el más grande de toda la cuenca mediterránea. El puerto, ubicado a tiro de piedra del Estrecho de Gibraltar, está conectado a 186 puertos en 77 países.

Conoce aquí más sobre el puerto Tanger Med

• El Rey Mohammed VI lanzó igualmente una serie de grandes proyectos para rehabilitar las infraestructuras. La planta de energía solar Noor en Ouarzazate (Sur) se inauguró en 2016 y es una de las estaciones más grandes del mundo. A fines de 2018, se lanzó una línea de tren de alta velocidad TGV que une Tánger (norte) con la capital económica del Reino de Casablanca (sur-oeste).

5 – La primavera marroquí
• El 20 de febrero de 2011, las primeras manifestaciones públicas tuvieron lugar en Marruecos en medio de la llamada «Primavera Árabe», encabezada por los jóvenes del «Movimiento 20 de Febrero», que exigía reformas políticas y económicas radicales y «el derrocamiento de la corrupción y la tiranía».
• En julio de 2011, se adoptó una nueva constitución para expandir los poderes del primer ministro y el parlamento, al tiempo que se mantienen poderes para que el rey tome decisiones estratégicas importantes.
• El 25 de noviembre, el Partido de Justicia y Desarrollo Islámico (PJD), que desde su fundación en 1997 estaba en la oposición, ganó las elecciones y su secretario general, Abdelillah Benkirane, asumió el cargo de Presidente de Gobierno.

6. Hacia África
• Marruecos regresó a la Organización de la Unión Africana (UA) en 2017, después de 30 años de ausencia debido a la cuestión del Sahara, lo que marca una reorientación hacia el continente.
• El tema del Sahara es una prioridad en la diplomacia marroquí. Rabat propuso en 2007 otorgar autonomía a las provincias del sur bajo su soberanía, mientras que debido a este conflicto la tensión ha caracterizado las relaciones diplomáticas entre Rabat y Argelia, durante las últimas cuatro décadas.

8. Lucha contra las desigualdades sociales.
• Los beneficios del desarrollo realizados durante estos 20 años no han favorecido a todo el mundo. Hay un descontento, porque no se ha llegado a proveer empleo para los jóvenes. Todavía hay regiones desheredadas.
• Los marroquíes pueden estar orgullosos del camino realizado, pero el Rey no es insensible a las imperfecciones, a las deficiencias y a las disfunciones que todavía quedan por corregir. Para continuar avanzando es crucial la cohesión social.

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