Erradicar el narco a la “chilena”
El narcotráfico y sus efectos es el problema social más urgente que tiene hoy chile.
Por Javier Morales, Director Ejecutivo de Fundación Junto al Barrio.
Las políticas habitacionales segregadoras, implementadas entre los 80 y 90 generaron barrios donde aumentó la concentración de pobreza, desempleo, crimen, disolución familiar, abuso de drogas y sustancias enfermedades y violencia, generando un problema que hoy no sabemos bien como abordar.
Está claro que los enfoques represivos en seguridad han sido insuficientes y que cualquier política en esa dirección no tendrá los efectos deseados si no se complementa con planes de regeneración urbana, reinserción social, educacional y laboral junto con programas que promuevan la reconstrucción del tejido social en estos barrios.
El problema, a fin de cuentas, es que estamos entregando soluciones sectoriales a problemas intersectoriales. Como todo, en nuestro país hemos abarcado los problemas sociales de la misma manera: a la chilena. Cada ministerio ha hecho su pega, Educación ha hecho su pega, vivienda ha hecho su pega, salud ha hecho su pega. De hecho, en ninguna de las dimensiones utilizadas para medir la pobreza ha empeorado la cifra. Es mas, la pobreza ha disminuido sistemáticamente de 27.4 a 18,6% entre 2009 y 2017 (CASEN 2017). Eso sí, cada uno de estos importantes avances, ha sido de esta manera, a la chilena. Cada ministerio se preocupa más de mirarse el ombligo que de mirar los problemas de manera integral.
¿Servirá esta misma fórmula para erradicar la tremenda urgencia social que son los barrios tomados por el narcotráfico? ¿Es el Ministerio del Interior el encargado de solucionar este problema? ¿Cuál debería ser el rol de los futuros gobernadores regionales en esto?
Para nosotros, el problema del narco no se puede solucionar “a la chilena”, y por eso la respuesta no es un mayor control policial de funerales, ni programas de reinserción, ni cambios en las viviendas, sino la tan preciada y pocas veces lograda buena coordinación entre todo eso.
Para lograr esto, debemos cambiar el enfoque de política social dirigida -el que tenemos hoy- a crear oportunidades y fortalecer instrumentos en términos de equidad urbana e integración social, reformar al Estado para que pueda trabajar de manera articulada e intersectorial entre los distintos ministerios, gobiernos regionales y locales, combinando una batería de estrategias y priorizando mucha más inversión de la que hoy existe en estos barrios que muestran la peor cara del Chile “ad portas del desarrollo”.
El narcotráfico y sus efectos es el problema social más urgente que hoy tiene Chile.