Jaime Ensignia: América Latina y sus laberintos

El continente vivió el año pasado importantes y, a veces, sorpresivos procesos electorales. El 2019 también tendrá lo suyo.

*Jaime Ensignia, sociólogo*

2018 fue un año de importantes elecciones: Costa Rica, Paraguay, Venezuela, Colombia, México y Brasil. Las sorpresas fueron: el categórico triunfo de Andrés Manual López Obrador (AMLO), en México, tanto en la presidencial como en las legislativas -en donde tiene una mayoría considerable-, y la elección del ultraderechista, Jair Bolsonaro en Brasil en segunda vuelta, sin mayoría en el parlamento.

La elección en Colombia -pese a que venció el candidato conservador Iván Duque- la izquierda colombiana por primera vez, alcanzó una votación histórica con su representante Gustavo Petro (con más de 8 millones de votos). Costa Rica elige al socialdemócrata del Partido de Acción Ciudadana, Carlos Alvarado y Paraguay se vuelca a la derecha con Mario Abdo, representante del Partido Colorado.

Daniel Zovato, Director General de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, caracteriza este proceso electoral del siguiente modo: “Los resultados de este super ciclo electoral están reconfigurando políticamente a la región, sobre todo en América del Sur, donde vemos una tendencia a favor de gobiernos de derecha en sus versiones ultra (Bolsonaro) y liberal (Macri, Piñera y Duque), una crisis del centro izquierda y un debilitamiento del ALBA. En cambio el triunfo de AMLO (centro izquierda) y la diversidad ideológica de los gobiernos del Istmo presentan un contexto diferente en México y América Central” (ver: www.latercera.cl Maratón electoral 2018: el voto del enojo y del rechazo, Daniel Zovato, domingo 30 de diciembre 2018, pág. 25).

Jaime Ensignia

En cuanto, a la relección de Nicolás Maduro en Venezuela, la mayoría de los países de la región, los EEUU y de la Unión Europea no reconocen los resultados electorales de esas elecciones presidenciales de mayo del 2018. La profunda crisis de gobernabilidad política, y de otros graves problemas en Venezuela, que hoy, más fuerte que antes, están en el tapete internacional, nos referimos a los de tipo social, político, económico, la aguda crisis humanitaria que vive la sociedad venezolana, amerita un análisis más exhaustivo y por consiguiente, un artículo aparte.

Esta maratón electoral, tal como la tipifica Zovato, prosigue para el 2019. Siete elecciones para ALyC se realizaran durante el presente año: cuatro en los países centroamericanos, en El Salvador, presidenciales y legislativa (4 de febrero y 10 de marzo, segunda vuelta); en Panamá, presidenciales (5 de mayo); República Dominicana, presidenciales (en mayo, sin día); y en Guatemala, elecciones generales (19 de junio). En América del Sur, tres elecciones concitaran el interés de la opinión pública regional e internacional: en Bolivia, elecciones primarias de los partidos (27 de enero, ya realizadas con una escasa participación electoral) y en octubre (sin día), presidenciales; en Argentina, el 11 de agosto se realizan las elecciones internas de los partidos: las primarias abiertas, simultaneas y obligatorias (PASO) y el 27 de octubre, las presidenciales y legislativas; el mismo 27 de octubre, se realizan las presidenciales en Uruguay. Pronósticos reservados para estas tres elecciones sudamericanas y que bien podrían traer resultados inesperados. Concluyendo, “La agenda electoral 2919 será intensa. El voto del enojo y del rechazo así como la incertidumbre y la polarización continuaran presentes, y los sectores de clase media seguirán jugando un papel central en la definición de los resultados” (ídem, Daniel Zovato).

El inicio de este ciclo electoral 2019, ya lo tuvo El Salvador. La ciudadanía convocada a las urnas el domingo 3 de febrero, en donde resultó ganador Nayib Bukele, 37 años, empresario, ex alcalde de la ciudad de San Salvador (2015-2018, candidato en ese entonces por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el FMLN). El triunfador, catalogado por los medios como un candidato “outsider”, que con un lema bastante simple “Que devuelvan lo robado, que devuelvan lo robado”, alcanzó en primera vuelta, el 53% de los votos con su coalición, la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Con esa votación, al igual que en otras elecciones en la región, Bukele, termino -a lo menos por el momento- con el bipartidismo predominante por décadas en El Salvador. Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido de la derecha de este país, alcanzó el 31,7% de los votos y el FMNL, el 14,4%, una derrota estrepitosa para esta organización de la izquierda salvadoreña.

Los peligros para la democracia en la región

La encuesta Latino barómetro entregada a fines del año 2018, por su directora, Marta Lagos, llamaba la atención sobre la desesperanza de las sociedades latinoamericanas con sus sistemas democráticos. El Mercurio publicó un artículo de The Economist, en donde se analiza esta encuesta, señalando que la democracia en el continente está en problemas: la proporción de personas que están insatisfechas con el modo en que la democracia funciona creció del 51% en 2009 al 71% en el 2018. Aquellas personas que están satisfechas bajo del 44% al 24%, el nivel más bajo desde que esta encuesta entró en vigor. Se acentúa que, si esta desilusión se intensifica, las futuras elecciones podrían resultar en mandatarios que pongan a prueba las normas democráticas en la región (Bolsonaro en Brasil, Maduro en Venezuela, Hernández en Honduras). Las preocupaciones económicas están en el primer lugar de las inquietudes en la mayoría de países, luego la corrupción es otro gran mal denunciado por los ciudadanos: “La mitad de los latinoamericanos cree que todos o casi todos los presidentes y legisladores están involucrados en corrupción”. En los hechos, el informe detalla que 18 ex presidentes y vice presidentes han estado implicados en escándalos de corrupción. Otro aspecto que se constata, es que cada vez más votantes se desligan de la política. La gente pobre está más alejada (de la política) que los ricos y la clase media y, los jóvenes son más escépticos que la gente mayor, lo que es mal agüero para la democracia. Pese a todos estas señales preocupantes para la política, más de la mitad de los encuestados dice que la democracia es mejor que cualquier otro sistema, aunque en esto ha habido una baja de 13 puntos porcentuales durante los últimos 8 años (ver: www.emol.com Encuesta Latino barómetro: Los latinoamericanos están desesperanzados frente a la democracia, sábado 10 de noviembre de 2018, pág. A 8).

Otro aspecto de interés y de profunda atención, para nuestros sistemas políticos y el devenir de los procesos democráticos en el continente, fue la publicación del Índice de Democracia 2018 elaborado por el semanario inglés, The Economist, en donde se sitúa tan solo a dos países de América Latina y el Caribe, Costa Rica y el Uruguay, como democracias plenas. Este índice se basa, según la información, en cinco aspectos relevantes: 1) proceso electoral y pluralismo; 2) libertades civiles; 3) funcionamiento del gobierno; 4) participación política; y, 5) cultura política. El informe destaca que ALyC sigue siendo la región más democrática del mundo en desarrollo, pero ha sufrido otro año de deterioro democrático (ver: www.latercera.cl Uruguay y Costa Rica: únicos en la región con democracia plena, viernes 11 de enero de 2019, pág. 26). Chile es considerado como democracia defectuosa, al igual que países como Argentina, Brasil, Perú, Ecuador y México. Como regímenes híbridos aparecen El Salvador, Bolivia, Honduras y Guatemala. Como regímenes autoritarios: Nicaragua, Venezuela y Cuba. En síntesis: solo 20 países en el mundo son catalogados como democracias plenas; 55 países como democracias defectuosas; 39 como regímenes híbridos; y, 53 países del mundo como países de regímenes autoritarios.

Los enigmas políticos en la región

Ya lo señalábamos, anteriormente acerca de las sorpresas que trajeron los resultados electorales de países importantes como México y Brasil. Estas elecciones llevaron a la presidencia a candidatos que se presentaron ante el electorado como los outsider, pese que tanto Bolsonaro como López Obrador llevan décadas en la política tradicional. Sin embargo, estas candidaturas aprovecharon una ola de descontento societal frente a los escándalos de corrupción es sus respectivos países, prometiendo cambios profundos con el objetivo de asegurar sus victorias en las urnas. Una vez elegidos y ejerciendo el poder ejecutivo de sus naciones comienzan a abordar temas complejos y endémicos, como es el caso de la seguridad ciudadana, la lucha contra el narco tráfico y la delincuencia –tanto Brasil y México- tienen altas tasas de homicidios, asesinatos de políticos y periodistas, como el caso mexicano, y tendrán que ver como combatirán el tema de la lucha contra la corrupción, Paradojalmente, en el caso del presidente Bolsonaro, su hijo parlamentario está siendo investigado por actos ilícitos y de corrupción política. Nada, en relación a los temas mencionados, a los cuales tendríamos que añadir entre otros como el estancamiento económico de estos países, serán fácil de enfrentar satisfactoriamente por estos gobernantes (Ver más: www.emol.com Christopher Sabatini: Un año de elecciones, controversias y populismo, y más por venir en 2019, domingo, 23 de diciembre 2018, pág. A 6).

Finalmente, será interesante observar, como estos mandatarios, que se sitúan en las antípodas del quehacer político lidiaran con estos desafíos políticos, económicos y sociales.

*Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín. Fue director sociopolítico de la Fundación Friedrich Ebert en Chile (1994-2014). Director del Área Internacional de la Fundación Chile 21 (2014- ). Colaborador del Barómetro de Política y Equidad.

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