The House That Jack Built: la eterna transgresión del dogma

Luego de siete años alejado del festival de Cannes tras haber sido declarado persona ‘non grata’ por una extraña apología al nazismo, Lars von Trier (Dancing in the Dark, 2000) el polémico director danés, vuelve por la puerta trasera de los premios –al evento fuera de la competencia- para presentar su más delicado y enigmático Thriller. The House That Jack Built, el filme relata el extraño viaje sensorial de un particular asesino en serie que padece Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Por Miguel Reyes Almarza*

Matt Dillon (Crash, 2004) encarna a Jack un ingeniero que combina, en una especie de ritual maligno, la construcción de su hogar y los asesinatos múltiples. Ternura y compasión emanan de su trabajo actoral muy lejos del esperado temor que se podría esperar de un verdugo de tal dimensión, Dillon logra interesar al espectador en la pasión interna de su perversión y su divertido drama psicológico: Brillante. Junto a él y como una especie de conciencia destaca el delicado trabajo de Bruno Ganz (Der Untergang, 2004) en el papel de Verge que es la encarnación del barquero de Hades. Prácticamente en off durante toda la película se constituye en la parte instigadora del relato central, una especie de psiquiatra del inframundo.

Lars von Trier empuja las barreras de la cinematografía sin ningún pudor, incluso negando su propio manifiesto dogmático con tal de conseguir aquel efecto de constricción –para bien o para mal- en sus telespectadores, cámara al hombro dibuja sinuosas secuencias fuera y dentro del foco, conteniendo el tiempo en su forma original y burlándose de su propia heterodoxia incluyendo como sonido exógeno al natural la canción Fame de David Bowie en los momentos menos esperados.

Y es que el danés ha sabido maridar con experticia la narración simple, una especie de melodía clásica, por momentos abúlica, junto a la exploración y la innovación en recursos fílmicos que completan la armonía de la obra fílmica en su más fina dimensión. Metáforas -y no tanto- acerca de los infiernos de Dante y el Aqueronte dominan desde la historia hasta la fotografía ejemplar que logra plasmar la intensidad y el misterio de la Barca de Dante de Delacroix.

Dos horas y treinta y cinco minutos pueden ser mucho para los menos acostumbrados al cine de Lars von Trier sumado a su letárgico tratamiento del tiempo, sin embargo, esta película perfectamente puede ser la puerta de entrada para todo su trabajo filmográfico anterior que, en la eterna transgresión de su propios principios fílmicos, logra construir una divertida y absurda historia. Estreno 6 de diciembre en nuestro país.

★★★☆☆ (3 sobre 5)

*Periodista.

1 comentario
  1. Liz dice

    Excelente review del film hasta ahora la mejor que he leído. En mi opinión le doy 4 estrellas, sólo hubo una escena que opté evitar el incidente #3 pero es el maestro Lars todas sus obras empujan nuestras emociones al límite.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

El Periodista