Renato Garín: Saieh dando La Hora
Mientras más medios de prensa existan, mejoran las condiciones para el ejercicio de los derechos que involucra una democracia.
Por Renato Garin González*
El cierre del diario La Hora es una mala noticia. La prensa, en Chile, es más necesaria que nunca a fin de que los ciudadanos podamos saber la verdad sobre el ejercicio del poder público y privado. La prensa es aquel “cuarto poder” que nos permite conocer los intersticios de los poderes institucionales. Por ende, mientras más medios de prensa existan, mejoran las condiciones para el ejercicio de los derechos que involucra una democracia. Estos postulados, obviamente, pueden colisionar con los derechos de propiedad que ejercen las corporaciones sobre los medios de prensa. Así, la relevancia de los medios puede chocar con la relevancia de su administración financiera. Ambos factores son ponderados por los directorios, los gerentes y, fundamentalmente, los dueños de los medios de comunicación.
En este caso, observamos a Copesa, la corporación dueña de La Hora, que decide el cierre del medio y ordena a sus trabajadores, periodistas y funcionarios, el retiro de sus enseres. Desde el punto de vista estético, esta decisión asoma como una mala comprensión de los que es un medio de comunicación. Un medio no es el tipo de empresa que se cierra “de un día para otro”. Más bien, los medios “anuncian” su cierre con un plazo razonable de anticipación. En seguida, dentro de ese plazo, los medios que “mueren” deben saber comprender la situación de los periodistas que quedan sin su puesto laboral. Y, también, se debe tener en cuenta al público fiel y el público flotante de dicho medio. Dicho en simple: los lectores tienen derecho a saber, con anticipación, el cierre del medio y, también, tienen derecho a saber las razones que llevan a esa decisión.
En el caso del diario La Hora ninguno de estos postulados se ha cumplido. Por redes sociales, nos hemos enterado, como opinión pública, de la mirada de los trabajadores sobre el cierre intempestivo. Del otro lado, de Copesa, se ha leído un fría y breve explicación de índole financiero-administrativa. Se escucha a los gerentes, Benítez y Schmidt, se escucha a los trabajadores, mas no se escucha al verdadero dueño de esta corporación, principal agente de Copesa.
El Señor Álvaro Saieh, sobre cuyo poder cultural no hay duda, guarda un discreto silencio.
Diputado FA (Distrito 14)