El rol de los abuelos
En un país en el que la esperanza de vida se proyecta cada vez más, los abuelos cumplen un rol esencial en la crianza de sus nietos. Descubre qué tipo de “tata” tienes (o eres) y cómo se relaciona con los más pequeños.
De acuerdo con el Informe Salud en las Américas del 2017 de la OPS, en Chile la esperanza de vida al nacer es de 80 años para los hombres y 85 años para las mujeres, el que nos convierte en el país con mayor esperanza de vida en Latino América.
En este el contexto, la posibilidad de tener un abuelo presente, que acompañe en el proceso de crianza de nuestros hijos es cada día mayor.
En ese sentido, Susana Arancibia, docente de la carrera de Trabajo Social y del Magíster en Familia, Infancia y Adolescencia de la Universidad del Pacífico, señala: “La presencia de los abuelos hoy se constituye en parte de lo cotidiano para la mayoría de los niños, principalmente por la persistencia de una mejor calidad de vida en edades más avanzadas, permitiendo la coexistencia de al menos tres generaciones: abuelos, padres y nietos. Y en algunos casos, llegando al encuentro de bisabuelos con sus respectivos bisnietos”.
Atrás quedó la imagen de los “tatas” pasivos y lejanos, sentados en sus mecedoras, leyendo, tejiendo, o durmiendo siesta. Con el paso de los años, estos han ido adaptándose a las necesidades que impone la vida moderna, por lo tanto, son personas autónomas, independientes y llenas de vitalidad, características que les permiten interactuar de forma más activa con su descendencia.
Para forjar lazos firmes entre abuelos y nietos, es necesario incluir a los primeros dentro del programa de actividades de los más pequeños, ya sea un paseo de fin de semana o compartir una dinámica de juego, lo esencial es generar un contacto emocional y físico entre ambos. Existen casos en los que lo anterior se torna más complejo, debido a la lejanía entre padres y abuelos, “cuando la familia vive distante, se dificulta el contacto y la relación cotidiana, pero además si hay distancia emocional, por ejemplo, entre hijo y padre, es poco factible pensar en una vinculación cercana y/o estable con los nietos”, aclara Susana Arancibia. En tales circunstancias, superar la crisis y transmitir los valores que otorgan el cimiento familiar son aspectos centrales en la valoración y respeto de los abuelos.
¿Qué tipo de abuelo tienes (o eres)?
1. Abuelo formal, propio de aquellos que tienen gran presencia sobre sus nietos. Los cuidan y representan la autoridad en ausencia de sus padres, sin embargo, se mantienen en el rol sin sustituir a los padres.
2. Abuelo buscador de diversión, disfruta a sus nietos y asocia el pasar tiempo juntos a actividades de ocio que incluyen: celebraciones, paseos y salidas a plazas, entre muchas otras. Sin embargo, no ejerce control o autoridad respecto de los menores.
3. Abuelo como reservorio de la sabiduría familiar, entendido como depositario de la matriz histórica y valórica de la familia. Este tipo de persona goza relatando sus historias y vivencias.
4. Abuelo distante, estilo que las últimas décadas se ha visto acentuado, producto de la movilidad geográfica familiar, pero también fruto del nuevo estilo de vida. En la actualidad son muchos los “tatas” que construyen sus propios proyectos, tornándose en ocasiones personas muy vitales, dispuestas a optimizar sus tiempos, dejando así poca cabida para cultivar el vínculo con los nietos.