Hablemos de Codelco
La cuprífera ha estado fuera de la agenda. No hablo de las denuncias de la Contraloría, las acusaciones que ha sido usada como botín de un sector o que está secuestrada por sus trabajadores y funcionarios. No. El tema es otro.
Por Francisco Martorell, director El Periodista
Qué queremos hacer con nuestra principal empresa, la más importante de cobre a nivel mundial y fuente de la mayoría de nuestras riquezas. Esa pregunta no se hace. Sobre Codelco no se debate. Tampoco los candidatos parecieran estar interesados en hablar de la gigante estatal. Ni siquiera se lo preguntan cuando se interrogan entre ellos.
¿Es posible que a los chilenos no les interese qué piensa el futuro presidente respecto a una empresa estratégica? Tampoco que su máximo ejecutivo fue víctima de un extraño atentado. No lo creo. Y si es así, es hora de interesarlo.
Debe importarnos Codelco, comenzar a hablar de ella, discutir la forma en que la desarrollaremos y potenciaremos. ¿Abrirla a la Bolsa, privatizarla, mantenerla tal como está, endeudarla, salvarla del manotazo de la ley reservada del cobre o internacionalizarla de la mano del Estado? Quizá dividirla. Nada puede descartarse a priori, sin debatir e investigar su conveniencia, porque sería poco serio y aún menos rentable para Chile y su futuro.
Me cuesta entender que, siendo la más grande empresa del cobre del mundo, Codelco prácticamente no gravita en el mercado mundial y no se expande a otras latitudes. ¿Será porque hay que sacar mucho cobre en Chile? Entonces, hágalo. Pero me preocupa que los candidatos, que discuten con y sin barro en la cara, preocupados de sus esposas y de acusarse de mentirosos profesionales, no tengan un minuto para referirse a la cuprífera estatal. ¿Culpa de los periodistas? La pregunta puede ser tonta, la respuesta no.
Es fundamental que una sociedad discuta y decida de manera democrática e informada de lo que se hace con sus reservas y bienes nacionales fundamentales. La llamada «ley reservada» con sus múltiples reformas hechas en secreto durante el régimen militar, qui destina parte importante de estos recursos al finaciamiento de la compra de armas y gastos de defensa es un lastre del pasado que debe ser abordado de manera clara. Como un individuo mayor de edad decide lo que quiere hacer con sus bienes y con su vida, una sociedad moderna debiera decidir de manera lúcida y abierta lo que quiere hacer con sus biene esenciales; si quier por ejemplo seguir comprando aviones de guerra y misiles o quiere destinar esos recursos a la educación, la salud y el bienestar de los ciudadanos…
Buen tema Dn. Francisco, nuestra riqueza fundamental a sido a lo largo de muchos años el sostén de nuestra economía, no solamente el salitre a sido el sueldo de Chile, desde el desarrollo industrial, la importancia de constar con reservas estratégicas para su desarrollo, a sido una preocupación en el siglo pasado por políticos, como veían que dicho recurso era explotado por compañías extranjera, especialmente las estadunidenses en el norte, como en Rancagua, pero lamentablemente por declararse aliado para la segunda mundial se tubo comprometer con el cobre para la guerra, terminada esta, Chile a través de una política de asociación fue entregando sus derechos de explotación a compañías extranjeras.
Hubieron muchos estudios de la proyección del cobre en su extracción, preparación y refinación, de la cual se implementaron centros de acopio cerca de las minas mas importante para su fundición como fue Paipote,Ventana,Chagres y Caletones, de los cuales las menas de cobre fueron convertidas en cátodos y lingotes, millones de toneladas de cobre han sido extraídas de nuestros suelos, ricos en dicho metal, el cual no solamente es cobre, sino que también viene acompañado por metales preciosos, ( oro, plata, otros),Con estos antecedentes, se hizo presente que el cobre era la riqueza mas importante para nuestro país, y debíamos cuidarla y trabajarla para el desarrollo que necesitaba Chile.
A pasado mucha agua por debajo del puente, en este caso, esta riqueza a sido estrujada al máximo por los gobiernos que han pasado hasta hoy día, han implementado políticas para que su explotación, sea compartida como fue en el gobierno de E.Frei.M, en donde se Chilenizació, en conjunto con las empresas extranjeras, para mejorar su explotación mediante convenios con ellas, mas tarde el gobierno de Allende las Nacionalizo, creándose conflicto con los USA, por tal medida, así los gobiernos siguientes implementaron nuevos convenios que minimizaron la tenencia del estado a esta riqueza fundamental para el país.
Los nuevos tiempos en que la economía mundial han dictado los nuevos modelos y sistemas, en donde nuestro país se a tenido que adecuar a los tratados internacionales en su comercio exterior, y con ello sus compromisos son ineludible antes los organismos internacionales. En cuanto al trato interno de nuestra empresas bajo el control estatal, indudablemente a sido cuestionadas por su gestión, debido a la conformación de la dirección de la empresa mas grande de Chile, por no lograr resultados esperados, lamentablemente siempre se estará sujeto al precio que se cotiza el cobre en la bolsa de Londres, como también, de los niveles de explotación en su extracción y en estos procesos esta la parte trabajadoras, la cual siempre estará en busca de la mejora de métodos para bajar los costos de producción.
En relación a las nuevas formas de explotación, en el mundo minero en busca de sacar el máximo de rendimiento, las empresas tanto estatal y privada buscaron y lograron el sistemas de trabajo mediante el trabajo mixto de trabajadores de planta y los de contrata, por empresas externas a ellas, como de la licitación de las faenas, esta forma a sido cuestionada desde sus origen por los trabajadores del cobre. Bien espero que los nuevos políticos que vienen, tengan la visión, de buscar el consenso, para que el mundo político, en que este recurso es tan importante para nuestro país, y hay que generar conciencia en todos ellos y no dejar que este recurso sea depilado en beneficio de algunos, y recordar que es el 50% de las divisas que entran a nuestro país.