Francia: de las elecciones a «las lecciones» políticas

 

De la segunda vuelta presidencial a las legislativas.

Por Jaime Ensignia*

El  7 de mayo 2017 se llevó cabo el balotage entre los dos candidatos que habían pasado a la segunda vuelta presidencial. Efectivamente, tal como lo señalaron los sondeos de opinión pública, fueron Macron y Le Pen los que quedaron en la papeleta de esta vuelta presidencial. La segunda vuelta se dio en el marco de una fuerte confrontación entre Macron y Le Pen cuyo hito más agudo fue en el único debate presidencial televisado entre ambos, en donde los candidatos no se ahorraron epítetos descalificadores. Macron es visto como una expresión moderna de lo que significó la 3ra. via de Schröder, Blair, Clinton y otros. Luego de la primera vuelta, contó con el apoyo de Fillon y Hamon. Mélenchon llamó a no votar por la lider del Frente Nacional (FN), pero no se manifestó directamente por el al candidato de La República En Marcha (LREM). Macron es considerado como un tecnócrata, un social liberal que abogó en toda la campaña electoral, que no era de izquierda, ni de derecha ni de centro. Los resultados de la elección presidencial arrojaron los siguientes resultados: Macron con un 66,10%, Le Pen con un 33,90%, una abstención del 25,44% y, una participación electoral del 74,62% Francia al igual que Chile tiene voto voluntario.Estos resultados le dieron el triunfo definitivo al candidato Macron que aventajó a su contendora en más de un 30% de los votos. Este desenlace electoral, le entregó a la comunidad internacional, a los principales  líderes de la UE un gran respiro. Nuevamente, los sondeos de opinión en el caso de la elección francesa, fueron muy acertados en sus pronósticos, tanto para la primera como para la segunda vuelta presidencial. De ahí en adelante se desató en Francia, lo que se ha denominado la Macronmanía, en donde la figura y la aprobación del presidente en la opinión pública francesa se ha elevado de una manera bastante inédita. Su encuentro con la Canciller A. Merkel con el objetivo de fortalecer la relación germano-francesa, el duro apretón de mano que tuvo con D. Trump y el cara a cara en París, con el lider ruso, W. Putin, le han otorgado al presidente Macron una estatura internacional de relieve para la política exterior francesa.

Es en este contexto, que se lleva a cabo la primera vuelta de las elecciones legislativas en este país, el domingo 11 de junio, con una alta abstención (51,2%), el joven partido de Macron, LREM, obtiene una clara mayoría alcanzando el 32,32%, Los Republicanos (partido de N. Sarkozy), obtiene el 21,5%, el FN logra el 14%, el movimiento de izquierda Francia Insumisa, el 11% y el PS bordea un 10%. La segunda vuelta legislativa, que se realizará este domingo 18 de junio, podría entregarle al presidente Macron una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y verificar la derrota histórica y bancarrota del socialismo francés en el devenir de esta V República.

Reflexiones de la experiencia francesa.

¿Cuál es la reflexión y el análisis que podemos extraer de estos resultados electorales en Francia?, los cuales, sin lugar a dudas serán trascendentales para el devenir político de la nación gala:

1-. El bipartidismo político que acompañó desde el inicio, en 1958, la V República ha fracasado en esta coyuntura político electoral. En este escenario, la pregunta que debe formularse, es si: ¿este bipartidismo ha sido derrotado estratégicamente?.

2-. Los socialistas ya habían quedado al margen de una segunda vuelta, en las elecciones del 2002 con el candidato L. Jospin. En esta oportunidad, el PS vive una profunda crisis política, una debacle que como nunca la había vivido en su historia contemporánea. Este partido de larga data en la historia política francesa, refundado el 4 de mayo de 1969 por F. Miterrand, con los actuales resultados electorales queda al borde del abismo, en una bancarrota no tan solo electoral, sino también político-social. A esto se agrega, el peligroso asedio por una otra izquierda, mucho más genuina ante los ojos del electorado, la izquierda de Mélenchon con su movimiento Francia Insumisa.

3-. Por primera vez en la historia de la V República, ninguno de los dos partidos tradicionales: Los Republicanos y el Partido Socialista Francés (PSF) fueron actores en esta contienda electoral presidencial y legislativa.

4-. Importantes sectores de la sociedad francesa han puesto en el debate el carácter del actual proceso comunitario de la Unión Europea (UE) criticándolo severamente, del mismo modo, se tiene una opinión desfavorable del proceso globalizador en curso.

5-. Más allá de la derrota que ha sufrido el FN tanto en la segunda vuelta presidencial como en la elección legislativa, lo que queda en la retina de la opinión pública, es que hay giro político y social -que hay que tomar en cuenta- hacia la derecha ultranacionalista al interior de la sociedad francesa. Hay que analizar finamente el electorado que votó Le Pen que alcanza el  34,% y los más de 10 millones de votantes en el balotage y el 14% en las legislativas recientes. Esta votación será escrutada como uno de los avances emblemáticos para el futuro del populismo ultranacionalista europeo.

6-. Un aspecto no menor en el debate futuro cercano, es que estos comicios electorales pondrán de relieve la necesidad de tener una otra mirada del proceso comunitario en la UE, como también del tipo de globalización en el cual se está inserto. De no haber un cambio político cualitativo en este sentido, los euroescépticos, los antiglobalización, los nacionalistas de todo tipo de estirpe, ganaran un enorme terreno político en el futuro de la Francia actual. He ahí, el gran desafío que tiene el presidente Macron, cuyo éxito central será no permitir que en el 2022 acceda a la primera magistratura el FN, sea con M. Le Pen u otro lider ultranacionalista.

¿Qué lecciones se pueden extraer de esta elección francesa para nuestra realidad política en Chile?

En primer lugar, poner atención a los fenómenos del populismo ultranacionalista, el racismo, las políticas xenófobas, cuestiones que no se manifiestan tan abiertamente en América Latina, ni tampoco en Chile. Si debemos reconocer, que existen manifestaciones en esta dirección, sobre todo en el tratamiento del tema migratorio en nuestro continente y, que actualmente, tienen como país de acogida, entre otros, a Chile.

Segundo, aún en el caso interno no observamos manifestaciones orgánicas de populismo político, sea de derecha, de centro o de izquierda, como el fenómeno francés con el Frente Nacional.

En tercer lugar, al igual que en la experiencia electoral francesa, los temas de desafección política, malestar social, rebelión contra las élites, nepotismo y corrupción en la política y en los gremios empresariales, son temas que se manifiestan con creciente fuerza en la realidad chilena y hacen que una gran mayoría de ciudadan@s como protesta, no concurran a sufragar en las elecciones. Esta situación, afecta por igual a los partidos políticos de la izquierda, el centro y de la derecha.

Cuarto, si bien es cierto, que en el caso chileno no se vislumbra a simple vista una debacle de los partidos de orientación socialista o socialdemócrata como el Partidos Socialista, el Partido por la Democracia o el Partido Radical Social Demócrata, situación que se expresó con toda su crudeza, en el hundimiento del socialismo francés en las recientes elecciones. Los partidos chilenos de la izquierda de la Nueva Mayoría –como así también el PSF- no han sabido leer finamente los trascendentales cambios que hay a nivel internacional, acerca de :¿qué tipo de globalización tenemos y cómo estamos insertos como país en ella?. A nivel nacional, no se han dado respuestas satisfactorias a las transformaciones en lo laboral, medio ambiental, a los cambios culturales y de derechos de género y diversidad sexual, etc.., por nombrar algunos. En estos ámbitos como en muchos otros, los partidos políticos de izquierda o socialdemócratas están al debe.

Quinto, esto ha permitido, la aparición de nuevas fuerzas políticas de izquierda y progresistas que han llegado a competirle a los partidos políticos tradicionales el liderázgo en la política. En el caso chileno, pasan de partidos de rechazo o, partidos de protesta a partidos programáticos y de propuesta electoral, es el ejemplo del Partido Progresista (PRO) y del reciente constituido Frente Amplio (FA).

Finalmente, una importante prueba de estas similitudes que hemos expuestos se verán en los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de noviembre en Chile.

*Jaime Ensignia, sociólogo, Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín. Fue director sociopolítico de la Fundación Friedrich Ebert en Chile (1994-2014). Director del Área Internacional de la Fundación Chile 21. Colaborador del Barómetro de Política y Equidad.

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