Vinos de Hungría, mucho más que el mítico Tokaj
El Festival del Vino de Budapest acaba de celebrar su 25 aniversario presentando la oferta de 200 bodegas.
Por Enrique Sancho
La primera palabra que se escucha en Hungría al hablar de vinos es Tokaj, el mítico caldo de color amarillento y fuertemente afrutado y azucarado que es conocido en todo el mundo. Y lo siguiente que se oye es la célebre frase que el rey francés Luis XV susurró a su amante Madame de Pompadour al servirle una copa de este vino: “Cést le roi des vins et le vin des rois”, aunque la ingeniosa frase no era suya, ya que desde el reinado de su padre Luis XIV, aparecía en el menú de palacio junto al nombre del caldo húngaro. La versión latina de la frase —Vinum regum, rex vinorum— aún puede leerse hoy en día en las etiquetas de los vinos Tokaj de calidad excepcional.
Aunque hay quien duda de si se trata de historia o leyenda, y aunque la frase también se atribuya a Pedro el Grande o a Beethoven, lo cierto es que este vino tan peculiar ha merecido honores como ningún otro. Pocos vinos han tenido el honor de figurar en la letra del himno nacional de un país. Cuando el poeta Ferenc Kölcsey glosó en el himno de Hungría los valiosos dones con que Dios bendijo a la tierra de los magiares, no se olvidó del Tokaj: “El néctar, gotas de oro puro que fluyen de los lagares de Tokaj…”
Tokaj-Hegyalja es una región vinícola histórica localizada en el nordeste de Hungría, en el condado de Borsod-Abaúj-Zemplén. Tokaj es, junto a la región del Alto Duero y de la isla del Pico en Portugal, una de las tres únicas regiones vinícolas del mundo que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Una de las bodegas más acreditadas de la región es la española Vega Sicilia, que elabora, entre otros, el célebre “Oremus”.
Esta bebida mundialmente famosa debe su nombre a la pequeña ciudad de Tokaj en la Hungría septentrional, cubierta de viñedos y dedicada desde tiempo inmemorial a la elaboración de vinos con absoluta pasión y devoción. Hubo un tiempo en que se creía que la magnífica calidad del vino de esta región se debía a que en las profundidades del terreno volcánico en el que se cultivan las vides había oro. Hoy sabemos que la incomparable calidad del vino de Tokaj se debe a una compleja combinación de diversos factores, como el suelo, el clima, el tipo de uva, el proceso de elaboración y las condiciones de almacenaje.
Numerosas variedades
Oficialmente hay hasta 22 regiones vinícolas en Hungría, a lo largo y ancho del país con excepción de la zona más oriental, al este del río Tisza. Entre las más conocidas y las de mejor calidad, está Eger, al norte del país, que produce elegantes vinos tintos, y en particular las mezclas Bikavér. Tal vez la mejor variedad de Sangre de Toro, es el de la etiqueta Bikavér Superior, establecida por leyes vinícolas recientes. Debido a la latitud, los vinos de la región de Eger no tienen el cuerpo propio de los vinos tintos del sur, pero son elegantes y complejos de tal forma que los hace comparables a los de Borgoña.
Kunság, Csongrád y Hajós-Baja se encuentran en una extensa llanura del sur entre los ríos Danubio y Tisza, también conocida como la Gran Llanura. Esta área aporta alrededor de la mitad del vino que se produce en Hungría; no obstante, la mayor parte es vino peleón de mesa. La denominación que recibió la bodega Frittman de esta región como Fabricante Húngaro de Vinos del Año 2007 supuso un gran desarrollo para la zona.
Si Eger es la Borgoña de Hungría, entonces Villány es su Burdeos. Villány es la región vinícola más cálida y situada más al sur de Hungría, y produce los vinos mejores y con más cuerpo del país. Hay variedades de Burdeos como la Cabernet Sauvignon y la Merlot que son de vital importancia aquí, y la Cabernet Franc se ha ganado por sí misma su particular nombre. La variedad Portugieser también es fundamental, y es la segunda variedad más plantada en la región después de la Cabernet Sauvignon. Aquí está la familia Gere, que dio apellido al célebre actor Richard Gere, con Attila Gere al frente, última generación de una familia que ha dedicado su vida al rescate de los suelos húngaros para que puedan dar fruto y luego hecho arte al introducirlos en una botella.
Budapest celebra el 25 aniversario del Festival del vino
Cada mes de septiembre decenas de miles de personas visitan el castillo de Buda para celebrar el Festival del vino más grande de Hungría. Cientos de expositores presentan sus vinos de todas partes Hungría y cada año algunos vinos de otros países extranjeros son invitados al evento.
No hace falta ser un experto para disfrutar durante los cuatro días que dura el festival de los vinos blancos, rosados y tintos, de la comida local, de las catas y cursos que se ofrecen, del ambiente o de los conciertos que por la noche se organizan.
Su sistema es muy sencillo, a la entrada los visitantes reciben una copa de vino, que pueden llevar colgada del cuello y que pueden cambiar después de cada cata, y una tarjeta “Festipay” que se recarga de dinero, de tal forma que el pago por las consumiciones o tapas se realiza directamente en cada caseta simplemente poniéndola sobre un terminal, así uno se ahorra tener que estar pagando en efectivo, y si al final del día no se ha gastado todo el crédito, te devuelven lo que sobra.
Otra gran idea que tuvieron los organizadores hace dos años, fue la creación del programa «A Couple of Wine-Couples», algo que al principio solo duraba dos días y que hoy en día, se puede disfrutar durante todo el festival, las bodegas que participan en este programa ofrecen catar en su caseta dos vinos previamente elegidos por ellos por el precio de uno y de esta manera acercar el mundo de la cata a los no expertos. Los bodegueros buscan ejemplos de parejas de vinos, como que sea el mismo tipo de vino, uno madurado en barril y el otro en tanque de acero, vinos de la misma uva pero cultivados en diferentes parcelas, un vino blanco seco y otro blanco más dulce… y animan a los visitantes a comparar ambos y conocer los diferentes matices de sabores, barricas, envejecimientos…
Del mismo modo que el festival va creciendo en número de participantes y de visitantes año a año, su sección gastronómica también lo hace a la par, y cada vez se encuentran más variedades y sabores, desde la comida callejera a las especialidades más gourmet, para que todo el mundo pueda acompañar ese sorbo de vino con una buena tapa. No hay que dejar de probar una bandeja de los fantásticos quesos Húngaros.
Dónde probar los vinos húngaros en Budapest
Para todos aquellos que no hayan podido asistir este año al festival del vino pero piensen ir a Budapest próximamente, tienen muchas opciones para probar y comprar sus maravillosos vinos, como en la bodega Faust Wine Cellar (<<http://gbwine.eu/index.php/en/>>), que forma parte del laberinto que fue tallado debajo del Castillo de Buda por los habitantes para proporcionar una ruta de escape durante los asedios en la Edad Media, o en la House of Hungarian Wines, donde se pueden degustar o comprar más de 500 botellas de vino, o durante una cena en el Bock Bistro (<<http://bockbisztrobalaton.hu/hu/>>), donde la carta de vinos está elaborada por uno de los vitivinicultores más respetados de Hungría, József Bock, aunque si lo que se quiere es una cena romántica no deje de ir al St. Andrea Wine & Gourmet Bar (<<http://standreaborbar.hu/en/>>) a probar uno de sus vinos que elaboran en sus propias bodegas. También es recomendable visitar La Boutique des Vins, propiedad del productor de vinos Malatinszky, de la región de Villány y ganador de varios premios o comprar en alguna de las tiendas que el mayor distribuidor de vinos del país, Bortársaság (<<https://www.bortarsasag.hu/>> tiene repartidas por toda la ciudad.