Pastelería Cory: para darse un gusto imperial
Desde hace más 3 de décadas que los hermanos Ungar, recogiendo lo mejor de la tradición austríaca y familiar, producen en Chile una serie de delicias culinarias que hoy se pueden encontrar tanto en su local de avenida Cristóbal Colón como en 10 malls capitalinos.
Cuenta la historia que en agosto de 1849, tras la batalla de Novara, el teniente coronel austríaco Josef von Ungar no sólo recibió su carta de nobleza sino que, además, se convenció de la importancia de la paz y los valores humanistas, legando a su descendencia el gusto por los oficios y profesiones desvinculadas de las armas.
Su esfuerzo dio sus frutos y casi medio siglo después, Jacques y Max Ungar fundaron en Bad Vöslau, elegante balneario ubicado a solo 35 kilómetros de Viena, las Pastelerías y Delikatessen “Hermanos Ungar” (Brüder Ungar). Al poco tiempo ya tenían un local en la capital imperial y sus productos motivaron al emperador Francisco José I a concederles el título de “Proveedores Imperiales y Reales de la Corte de Viena”.
Esa dulce tradición la continúan hoy en Chile los actuales hermanos Ungar, Johnny y Andrés, en las Pastelería CORY, cuya casa matriz s está en Las Condes (Av. Cristobal Colón 5069) y que cuenta con locales en diversos malls de la capital (Apumanque, Plaza Oeste, Plaza Sur, Panorámico, Alto las Condes, Plaza Vespucio, Paseo Quilín y Plaza Egaña). Todos los productos pueden adquirirse online y ser retirados en cualquier sucursal de la cadena.
El cerebro creador de los productos es Andrés, maestro pastelero titulado en la noble y antigua pastelerías Demel de Viena (lugar favorito de la emperatriz Sisi), quien se preocupa de la calidad de los ingredientes y que el producto final respete la fina y centenaria tradición familiar. El hermano mayor, Johnny, en su calidad de ingeniero, es el que se ocupa del área comercial de la empresa. Ambos trabajan, junto a un excelente equipo de profesionales, bajo el lema familiar Viribus Unitis (con esfuerzo común).
Cory cuenta con una nutrida carta de productos, entre ellos una línea especialmente orientada a diabéticos, en la que destacan delicias como tortas, pasteles, kuchenes y galletas, además de exquisitos platos calientes y sándwiches gourmet. El objetivo: “Brindar una experiencia única, llena de sabores, texturas novedosas y diferentes, compartiendo con nuestros clientes calidad, excelencia y tradición, siendo una marca referente en pastelerías”.
La calidad de la materia prima con la que trabaja Cory es la que hace la diferencia en cada una de sus preparaciones, con lo que sus productos diet no tienen nada que envidiarles a los que sí contienen azúcar.
Así una tradición familiar, proveniente de lo mejor de Austria, se mantiene en Chile. Tal como lo hubiera querido Josef von Ungar: deleitando paladares.