San Martín y Villa la Angostura (Argentina): Placeres patagones
“Vuelvo al sur, como se vuelve siempre al amor”, dice el tango. Pocas dudas quedan cuando sabemos que la Patagonia, una de las regiones más visitadas de Argentina, concentra la llegada de turistas que se deleitan con paisajes y ciudades ubicadas al pie de la Cordillera y regresan una y otra vez para contemplar los innumerables lagos, volcanes y bosques. En estas líneas todo lo que necesita saber para llevar al sur, en palabras de Fernando “Pino” Solanas, como un destino del corazón.
Por Montserrat Martorell Colón
Recorrer San Martín de los Andes, perderse en sus miradores, disfrutar del Cerro Chapelco o el Museo del Che, experimentar el proceso de preparación de chocolate en una de las fábricas más tradicionales del sector; disfrutar de las exquisiteces regionales en los mejores restaurantes o dejarse llevar por las aventuras que ofrece el pueblo y su entorno, son sólo algunas de las actividades que puedes llevar a cabo en una ciudad que sorprende.
Ubicado en el sudoeste de la provincia de Neuquén y enclavada en la Cordillera de los Andes, sobre la costa Este del lago Lácar, San Martín es la localidad turística más importante de la provincia.
Fundada el 4 de febrero de 1898 por el Coronel Jorge Juan Rhode, la ciudad se encuentra a mil 575 kilómetros de Buenos Aires, distancia que no impide que el 80 por ciento de las personas que residen allí procedan de la capital argentina.
Pero, ¿qué actividades se pueden realizar en la ciudad que hace sólo unos días fue elegida por los argentinos como el Lugar Mágico 2013? Alejandro Klapp, Presidente de la Asociación de Agentes de Viajes de San Martín, señala que “mucha gente piensa que acá se viene a esquiar, pero no es sólo eso. Se pueden también realizar caminatas, andar a trineo, pasear por el casco céntrico, cabalgar o pescar. No somos producto de nieve, hay un error conceptual”, aclara.
En el verano, los deportes de aventura son los más difundidos. Se puede practicar kayak, escalada, trekking, mountain bike, rafting, canotaje y parapente.
De todas maneras, para los interesados, el valor de un día de esquí, en temporada alta, equivale a 35 mil pesos chilenos.
“A lo de Mamusia”
En San Martín 601, esquina Moreno, hay un dulce encuentro. Se trata de Mamusia, empresa familiar dedicada a la elaboración de chocolate artesanal y producción de helados. La historia, que tuvo como protagonista a Maia y José, más conocidos como Tatush y Mamusia, dos polacos testigos de la segunda guerra mundial que se conocieron en los campos de concentración nazi y lograron escapar de los mismos emigrando a Inglaterra, son los dueños de un amor que los llevó a encontrar recién en 1960 su lugar en el mundo: San Martín de los Andes.
Fue en una calle emblemática del pueblo, patrimonio arquitectónico de la ciudad, donde se instalaron y comenzaron, en 1972, el negocio que aún perdura y que tiene a sus nietos a la cabeza. Como recuerda una de ellas, Faustina Villalba en La Voz de los Andes, “mi abuela había traído desde Polonia todos los conocimientos que había aprendido de su madre. De esa manera, empezó haciendo chocolate en su casa para agasajar a los invitados que venían a visitarla, y éstos comenzaron a encargarle trufas, bombones de dulce de leche o higos bañados en chocolate”.
¿Por qué Mamusia? Precisamente porque en polaco significa “mamita” y todos los nietos decían “vamos a comprar chocolate a lo de Mamusia”.
Mamusia es el único chocolate 100% artesanal. Si bien en la actualidad hay algunas máquinas que ayudan, el proceso sigue haciéndose manualmente y apenas uno entra a la fábrica, observa cómo todos quienes trabajan derriten el chocolate en grandes ollas o decoran con absoluta elegancia los mejores secretos de la familia.
Ya lo sabes. Si quieres probar nuevos sabores, Mamusia te invita a disfrutar de las antiguas recetas, que mezcladas con los conocimientos del siglo XXI, hacen del chocolate un imperdible.
Noches de ensueño
Pasar una o mil noches, esa es la máxima. No por nada, millones de usuarios del prestigioso sitio TripAdvisor, eligieron en mayo pasado a la ciudad cordillerana como una de las 10 más bellas de Argentina. Además, por primera vez en la historia, fue seleccionada como uno de los destinos más populares de América del Sur. Si eso te tentó, espera a saber el resto.
Emplazado en una de las mejores ubicaciones de la ciudad, a 20 kilómetros del aeropuerto de San Martín, Hotel Patagonia Plaza ofrece numerosos servicios que brindan calidez a la experiencia del visitante a través de su piscina climatizada, chimenea de salón o el deleite de sus platos locales e internacionales. Ubicado en Avenida San Martín y Rivadavia, a sólo 25 kilómetros de Chapelco, cuenta con 90 confortables y amplias habitaciones de distintas categorías diseñados para que dispongas a tu elección, gusto o necesidad. Éstas, decoradas en tonos cálidos de color pastel con muebles de madera y ventanas grandes, serán sólo la entrada a un fin de semana de relajo que podrás coronar con un masaje realizado por los profesionales más doctos de la zona.
Si quieres visitar el mejor restaurante gourmet de San Martín, Torino es el indicado. Emplazado en Elordi 893, sorprende a los comensales con una amplia carta que comprende desde carnes y pescados, pasando por sushi, pizzas al grill, fondue de quesos y deliciosos postres.
La diversión, además de la buena mesa, está garantizada. Los viernes y sábado el bar se abre, los DJs deleitan a los invitados con su música y los cocktails son los protagonistas conjugando sabores y colores que sólo podrás conocer en la Patagonia Argentina.
Nicolás Urquiza, dueño de Torino, sostiene en Revista Aire que “el objetivo es dar de comer a la gente y a los amigos como se debe. Queremos que vivan un momento especial. Para nosotros cada persona que viene a Torino entra a nuestra casa, a nuestra mesa y no hay nada más importante”.
En General Villegas 965, mientras tanto, encontrarás todos los sabores que hicieron famosa a la Patagonia por su gastronomía y productos regionales. No sólo cuentan con una gran variedad de cervezas artesanales, caseras y especiales, sino con una selecta bodega con los mejores vinos argentinos. ¿Los imperdibles a la hora de pensar en un buen plato? Truchas, carnes y pastas caseras te harán volver una y otra vez.
Si las tablas son lo tuyo, la Gran Premium con ciervo a la cazadora no te defraudará y vivirás la experiencia de probar exquisitos bocados de jabalí ahumado, aceitunas verdes y negras, arrolladitos de queso con ciervo y tomates secos, entre otros deleites.
El lugar del “Che”
Dos jóvenes, Ernesto “Che Guevara” y Alberto Granado, deciden hacer una pausa en la esquina de Sarmiento y Rudecindo Roca, en pleno centro de San Martín. No era una idea apresurada. Los mismos trabajadores del Parque Nacional Lanín les habían ofrecido una mano en el que fuera su primer viaje por tierra latinoamericana y les permitieron quedarse a dormir en el lugar donde se guardaba pasto para los animales que utilizaban los guardaparques: la “Pastera”. Era enero de 1952.
Hoy, décadas más tarde, el museo abre sus puertas para dar a conocer los secretos de esos días. De esta forma, el turista no sólo podrá ser testigo de un completo sector de librería que ofrece joyas de colección: materiales, publicaciones, fotos y libros editados por el Centro de Estudios Che Guevara de La Habana, sino que podrá adentrarse en la sala principal, los paneles dinámicos e informativos que recrean la vida del líder revolucionario con una biografía ágil, acompañada por imágenes inéditas.
Los paneles temáticos que completan la muestra nos acercan la visión del Che sobre los trabajadores, la juventud, su concepción del hombre nuevo y la familia con fragmentos que nos sumergen de una vez y para siempre en su apasionante vida.
El recorrido, que también cuenta con un homenaje a los desaparecidos durante la dictadura militar, termina en el entrepiso de la sala donde se puede observar una ambientación con fardos de pasto, espacio original donde durmieron Guevara y Granado.
Como señalan sus encargados, La Pastera no es un museo más. Es un refugio para la historia, el análisis y la reflexión sobre uno de los personajes más emblemáticos de la historia.
La Casa de Eugenia
Ubicada en pleno corazón de San Martín –Coronel Díaz 1186–, a los pies de la Cordillera y a sólo metros de la orilla del Lacar, La Casa de Eugenia invita a hacer una pausa al lado de la chimenea.
Como parte del patrimonio cultural de la ciudad y construida en la década de 1920, fue sede de la Administración de Parques Nacionales para luego transformarse en una de las primeras hosterías que, con el tiempo, derivaría en un sueño familiar que llevó a Eugenia Roca a comprar la entonces Residencia Villa Bibi. Era 1997.
A pesar de que su fundadora actualmente vive en Estados Unidos junto con su familia, su hermano Agustín encaró el ambicioso proyecto y continúa hoy, desde 2005, alimentando la tradición de la conocida casa.
Actualmente la hostería cuenta con nueve habitaciones –todas pintadas de diferentes colores– y una sala de té, dos salones de estar y lectura, una piscina climatizada con jacuzzi y un precioso parque privado de frutales donde se producen los dulces caseros para el desayuno de todos los días.
No sólo disfrutarás de una exquisita tarde con medialunas, budines, tarta de coco, muffins, distintos tipos de mermeladas, brownies, o huevos revueltos, sino que tendrás la opción de hospedarte en ella. Incluso aquellos que deseen cerrar la casona sólo para su familia, el lugar brinda hace cuatro años la opción “Full House” que, con una atención personalizada, permite que 18 o 20 personas compartan la intimidad del lugar.
Si te gustan esas antiguas casas de té que podrían existir sólo en un cuento, nada mejor que visitar La Casa de Eugenia que mezcla el sabor del pasado con el encanto del siglo XXI.
Cabalgatas en San Martín
Reencontrarse con los caminos de San Martín a caballo es una de las mejores maneras de conocer este refugio de la naturaleza. Así, con la ayuda de los guías, los viajeros podrán andar por los bosques y atravesar fascinantes paisajes poblados de cascadas, miradores y cerros.
Para realizar esta experiencia no es necesario saber montar. Una breve charla de capacitación es la dosis justa para galopar y disfrutar de un mágico día. La travesía la elige el turista. El primero, de dos horas, recorre a través de senderos mil 200 metros de bosque, pasando por el arroyo Las Piedritas y las lomas del Correntoso, hasta llegar al mirador del Cerro Belvedere y descansar mirando el paisaje con vista al lago.
“Subir a la cima con el aire fresco en la cara, bien abrigada, cabalgando alto con la nieve y disfrutando del paisaje pintado de blanco, fue una de las mejores experiencias que tuve en mi vida y que sin dudas volvería a hacer. Llegar y disfrutar de un chocolate caliente dentro del bosque es algo único que me llenó de alegría”, expresó María Fernanda, de Córdoba capital, quien cada año visita junto a su familia la localidad.
En el recorrido es posible encantarse con el mirador Trabunco, los colores del pueblo o el misterio de los cerros Chapelco y Colorado.
Luego de visitar San Martín, un destino ineludible es llegar hasta Villa la Angostura. Ya el trayecto, por el tramo de la Ruta Nacional 40 que une ambas localidades, muestra una belleza indescriptible desde donde se avistan siete maravillosos lagos. Posee una longitud de aproximadamente 107 kilómetros donde pueden apreciarse extensos bosques, cerros nevados y lagos. Aún más: el turista puede deleitarse con dos parque nacionales que atraviesan el camino: Lanín y Nahuel Huapi.
Los encantos de la isla tigre
Rodeada por bosques nativos, Villa la Angostura, más conocida como Jardín de la Patagonia, limita con el lago Nahuel Huapi y los cerros Bayo, Inacayal y Belvedere.
Ubicada en el departamento Los Lagos, al sur de la provincia de Neuquén, conforma junto con San Carlos de Bariloche y San Martín de los Andes, un corredor turístico de gran popularidad que invita a los viajeros a quedarse.
Si de lugares mágicos se trata, nada mejor que hospedarse en el Hotel Sol Arrayán. Con una inmejorable vista al lago y la cordillera, en pleno corazón de la Patagonia argentina, se encuentra a un kilómetro del centro de Villa La Angostura. Envuelta por árboles centenarios, entre los que se destacan ejemplares de arrayanes únicos en el mundo, es posible ir descendiendo por los jardines hacia la exclusiva playa sobre el lago. Allí no sólo podrás disfrutar del spa y los platos típicos de la zona, sino que descubrirás la diversidad de la cocina patagónica e internacional a la que se incorporan productos locales e ingredientes frescos conjugando una perfecta combinación.
Otra pausa obligada es la hostería El Establo. Situada en Los Maquis 66, a dos cuadras del centro de convenciones donde se lleva a cabo toda la bohemia patagónica, es el lugar ideal para parejas jóvenes y adultas.
En sus más de dos mil metros cuadrados de parque exclusivo con una cálida sala de estar a base de leña y un secreto jardín de invierno con vista al Cerro Bayo, ha sido el refugio de artistas como el cantante español Ismael Serrano.
Sus 15 habitaciones, todas bautizadas con nombres de personajes importantes de la Villa –Ema, Fidel Enrique, Tomás, Margarita, Otto, Angélica u Hortensia-, sorprenden a los turistas que, como cuenta su dueña María Stewart, “corresponden a muchos brasileños que vienen a esquiar o a chilenos del sur”, aclara, mientras muestra los cuadros de pintura que adornan el lugar. “Los hizo mi hermana”, sonríe.
A 12 kilómetros de Villa La Angostura, en la Península de Quetrihué, existe un paisaje único en el mundo, El Bosque de Arrayanes. Abierto entre las 9.00 y 18.00 horas, no sólo es conocido por su pureza y porte de ejemplares de hasta 400 años, sino que con una altura de 25 metros, posee una incomparable e irresistible corteza color canela.
De esta manera, una máxima es aprovechar uno de los dos confortables catamaranes que parten del Puerto de Villa La Angostura, desde sus dos bahías, La Mansa y La Brava, recorriendo el lago Nahuel Huapi en una travesía de una hora.
Una de las posibilidades es el Catamarán Futaleufú que permite al forastero adentrarse en el desconocido mundo de la naturaleza. Allí el visitante puede recorrer a través de un sendero acompañado de un guía y reconocer las diferentes etapas de crecimiento del Arrayán, como su convivencia con otras especies vegetales y animales, además de interesantes anécdotas e historias sobre la zona.
Al finalizar el recorrido, los turistas tienen la opción de conocer la Casa de Té, una pintoresca construcción de 1933.
Placer de los dioses
El aporte de los inmigrantes alemanes y suizos no pasa desapercibido. Gracias al clima, que invita a la buena mesa, es posible disfrutar de unos inolvidables pedazos de kuchen, apfelstrudel, chocolates de alta calidad o mermeladas de frutos silvestres.
Imperdibles son los platos de truchas, ciervos y jabalíes ahumados acompañados de salsas a base de hongos que también son muy populares en la zona.
En la noche, para cenar, una obligación es dirigirse hasta Puerto Manzano. Conocido por los lugareños como uno de los más exclusivos de la zona y a sólo 70 kilómetros de Bariloche, disfrutarás uno de los mejores corderos del mundo.
La geografía del lugar, además, brinda la posibilidad de llevar a cabo una gran variedad de actividades y deportes. A pesar que durante el invierno los más practicados son el esquí, snowboard y andinismo, el verano permite que los viajeros disfruten de los lagos y ríos para nadar y pescar, así como hacer caminatas y andar en bicicleta o caballo.
Para quienes no saben, la pesca deportiva ocupa un lugar muy importante y es reconocida internacionalmente. Se pueden obtener piezas de percas, truchas y salmónidos, y son famosas las desembocaduras de los ríos Correntoso, Bonito, Estacada, Ragintuco, Huemul, Limay, Machete y Ruca Malen.
Si de deportes se trata, en el Centro Recreativo La Piedra, sobre el faldeo del Cerro Bayo, se pueden realizar actividades de aventuras por senderos dentro del bosque que incluyen, por ejemplo, salidas de 15 kilómetros en cuatriciclo, rapel, escalada o tirolesa.
El Canopy no queda fuera y existen recorridos de más de un kilómetro, pasando por seis metros de cable de acero a 50 metros de altura. Los más pequeños de la casa también pueden divertirse con sus innumerables puentes colgantes, casas en el árbol, túnel, mini tirolesa, péndulo, laberinto, cama elástica y palestra.
En fin, actividades para todos, en medio de un paisaje inigualable en belleza.