La demanda de los otros jóvenes católicos al Papa
Son un grupo numeroso de jóvenes de entre 18 y 30 años que se reconocen dentro de la Iglesia Católica, aunque con diferencias. El uso del condón, la libre sexualidad, y la no-discriminación, algunas de las necesidades que los jóvenes de la Red Latinoamericana de Católicas por el derecho a Decidir le reclaman a Francisco.
Por INFOnews
Jóvenes nucleados en la Red Latinoamericana de Católicas por el derecho a Decidir –que incluye a jóvenes de Argentina., Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y México entre otros países- redactaron una carta al Papa Francisco en el marco de su visita a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud.
El grupo de jóvenes celebra la visita del Santo Padre a Latinoamérica y reconocen que la llegada de Francisco al Vaticano ha generado “reformas, cambios y renuncias que vislumbran transformaciones”. “Somos parte de la juventud a la que le habla el Papa, por eso queremos visibilizar nuestros temas y preocupaciones, porque las jerarquías no nos están viendo ni escuchando”, explicó Eugenia Olmos, integrante del grupo de jóvenes católicas.
En este contexto, la Red Latinoamericana de jóvenes Católicas por el Derecho a Decidir, aprovecharon las visita papal para expresar algunas preocupaciones, propuestas de cambio y renuncias “que consideramos necesarias para la construcción de un iglesia verdaderamente incluyente, respetuosa y garante de la justicia social, el amor y el evangelio de Jesús”.
En este sentido, las juventudes católicas piden una Iglesia que deje de condenar la libre sexualidad y la reproducción, al tiempo que solicitan que se respete la capacidad y autonomía de las juventudes latinoamericanas “para tomar decisiones morales, plenas y seguras sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestra reproducción”.
En este sentido, los jóvenes católicas por el derecho a decidir piden que se actualice la postura radical que la Iglesia ha mantenido respecto al uso del condón, “ya que nos genera daños irreparables, nos hace vulnerables a la transmisión de infecciones sexuales, incluyendo el VIH-SIDA, nos quita la posibilidad de seguir construyendo nuestro plan de vida y nos expone a embarazos no deseados que resultan muchas veces en abortos clandestinos inseguros”. (ver spot que hicieron para el Papa)
Este grupo de jóvenes latinoamericanos exige además que se “respete a las mujeres y los hombres jóvenes que han optado por vivir su sexualidad o por decidir interrumpir un embarazo”.
En referencia a las legislaciones generadas en varios países de Latinoamérica, como las que habilitan el matrimonio igualitario, los jóvenes católicos piden que se “respete la autonomía y soberanía de los Estados a la hora de legislar y tomar decisiones que se vean derivadas en toda la ciudadanía”.
Respecto al sentido propio de la religión, solicitan que se “recupere la propuesta ética del cristianismo católico que tiene como principio la no-discriminación de todo ser humano, ya que las mujeres y los hombres somos iguales en esta comunidad”.
Por último, desean que la Iglesia como institución de la que forman parte, aunque no sin críticas, “retome las raíces cristianas, le apueste a la justicia social, al diálogo, a la dignidad humana, a la solidaridad y al respeto por la diversidad”.
Francisco, ha llegado carta.
Un sector de jóvenes católicos latinoamericanos cuya postura merece ser considerada por la Iglesia, en momentos en que enfrenta cambios de gran trascendencia.
Un grupo de dulces jóvenes gentíles y católicos (según ellos)le piden al Papa que use las páginas de la Biblia como papel confort. Pero que jóvenes tan dicharacheros y divertidos. Me hacen tanto reir.
Con razón el pobre Papa pide a cada rato que oren por él. Tiene al enemigo en casa.
AUCH!,
Comentario anterior CENSURADO, Sr. Martorel??? XD
No existe un cristianismo «ad-hoc». Cualquiera que se diga Tal debe basarse necesariamente en la Palabra Revelada, y ésta es clara respecto de todos los temas (no es la «iglesia» la que acepta o no éstas u otras cosas).
Otra cosa ya no es cristianismo. Tampoco es obligación serlo. Entonces: ¿porqué alguien que no tiene el don de la fe exige que un cristiano – en este caso la Iglesia Católica – le avale sus conductas?
No me interesa lo que opinen estos jóvenes; sí es conveniente para ellos que usen condón y no terminen con SIDA o embarazo no deseado. Tampoco me interesa lo que opine el Papa al respecto. Ni los que creen poseer la Palabra Revelada.
Humano, demasiado humano.
¿Qué hacer?