Autoridad cuestionada
No es ningún misterio que en San Bernardo asistimos a una severa crisis de autoridad, lo que en gran medida explica el caos social y urbano y el alto índice de delincuencia y criminalidad en la comuna.
Escribe Sergio Navarro A., Pte. asociación de víctimas de la delincuencia de San Bernardo
Resulta doloroso para los viejos san-bernardinos, darse cuenta de que la tranquila y bucólica ciudad que con esfuerzo y trabajo contribuyeron a crear, sea la misma urbe de hoy, absolutamente desregulada, que crece sin orden ni concierto, sin una concepción de ciudad, sin una identidad definida y azotada por el flagelo de la delincuencia que la hace aparecer diariamente en los medios de comunicación, por los robos, asaltos, violencia y muerte.
Una ciudad donde el ciudadano común, sencillo, trabajador, honesto, ha debido confinarse tras rejas y candados para evitar ser absorbido por la violencia y la delincuencia que dominan sin contrapeso sus barrios y las principales calles de la ciudad, ante la abulia de ciertas autoridades que, en lugar de hacer su trabajo, prefieren esconder la basura bajo la alfombra. ¿Cuánto tiempo debemos esperar y cuánta sangre más debe correr para que la autoridad decida abordar una solución real e integral para enfrentar el problema?
La autoridad es en rigor una Facultad Moral que requiere de integridad para su ejercicio, no es fácil entonces, poseer esa facultad, y ejercerla es todavía más complejo.
La pregunta es entonces: ¿Quién se atreve a ejercer esa facultad, sabiendo que deberá adoptar medidas impopulares, poniendo en riesgo las posibilidades de una eventual reelección? ¿Hasta cuándo el afán de conseguir votos para mantenerse en el poder, puede más que el desarrollo y bienestar de la comunidad a la que juraron servir?
El actual gobierno, a través de la Subsecretaría de Prevención del Delito, en un informe entregado el año pasado, hace una serie de recomendaciones a fin de disminuir la delincuencia al menos en el centro de San Bernardo: Excesivo comercio en la vía pública, obstaculizadores visuales en las calles, extensión del comercio establecido hacia las veredas, estacionamientos sobre veredas que actúan como obstaculizadores, etc. Aspectos cuyo abordaje corresponde al gobierno comunal.
No es ningún misterio que en San Bernardo asistimos a una severa crisis de autoridad, lo que en gran medida explica el caos social y urbano y el alto índice de delincuencia y criminalidad en la comuna.
Esta crisis es grave en cuanto impide la realización efectiva del bien común y afecta directa e inmediatamente la cotidianeidad de la vida de toda la comunidad. Son las autoridades las encargadas de diseñar políticas e implementar planes y programas para combatir las causas y efectos de la delincuencia, sin embargo, vemos que en el ámbito de la prevención, no han sido capaces de crear las condiciones que posibiliten la integración social, económica y cultural de los habitantes de la comuna, apuntando a una comunidad más equitativa y con mayor igualdad; tampoco han sido capaces en el ámbito del combate a la delincuencia, de garantizar el derecho de las personas a vivir en un clima de seguridad y tranquilidad.
La comunidad se cansa de esperar, se forman asociaciones de víctimas, se toman avenidas exigiendo protección, se hace arrestos ciudadanos, se pide medidas de seguridad por toda la comuna. ¿Dónde está el gobierno comunal? ¿Cuánto tiempo debemos esperar? La comunidad de San Bernardo exige protección ahora, no mañana, porque si la autoridad sigue perdiendo el tiempo, la ciudadanía puede perder la paciencia.