1º de mayo: Fin a las AFPS, reforma tributaria y nueva institucionalidad laboral son los ejes del discurso de la CUT
Bárbara Figueroa, principal oradora del acto en el día de los trabajadores, delineó las aspiraciones de la organización y dijo que están por el fin de las AFPs, una nueva institucionalidad laboral y una gran reforma tributaria. La policía cifró en 30 mil los asistentes y los organizadores en 150 mil. Se produjeron graves incidentes entre carabineros y encapuchados. Ello motivó a la presidenta de la CUT a exigir al gobierno el “fin de la represión”.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, sostuvo en el multitudinario acto en Santiago la necesidad de que Chile avance hacia un nuevo sistema de pensiones, una mejor legislación laboral y una gran reforma tributaria.
Rechazó también el modelo de Estado focalizado en los más pobres porque, a su juicio, así “nunca podrá superar la desigualdad”. “Se agotó la política de bonos y subsidios, es el tiempo de devolver el poder a los sindicatos para luchar por sus derechos”, dijo Figueroa.
En un masivo acto, al que la policía asignó una cifra de 30 mil manifestantes y la central obrera 150 mil, la presidenta de la entidad comenzó su discurso con un homenaje a Juan pablo Jiménez, uno de los sindicatos de Asexma, muerto en extrañas circunstancias en su lugar de trabajo. “Nuestras primeras palabras son para él, su familia y la urgencia de justicia plena ante un hecho de tal gravedad, injustamente incomprendido en sus inicios y que hasta el día de hoy clama por verdad”, señaló Figueroa.
La dirigenta, primera mujer que lidera la CUT, fue enfática en sostener que las políticas asistencialistas dejaban en la indefensión “a la inmensa mayoría de los chilenos que, por tener trabajo o ingresos, son entregados a las leyes del mercado, donde los intereses de los empresarios y su afán de lucro solo garantizan acceso a los derechos fundamentales a costa del endeudamiento”. “¿Qué persona que acredite ingresos hoy puede acceder a beneficios estatales, si por tener ingresos la ficha de protección social nos impone el rótulo de clase media o un puntaje superior a los 10.000?”, preguntó a la masiva concurrencia de trabajadores y estudiantes.
Figueroa, quien se refirió a que había llegado el tiempo de los trabajadores y destacó la amplia movilización social que existía en el país, cuestionó duramente al gobierno y especialmente sus cifras, tanto de empleo como estadísticas.
“Las acciones desde el Gobierno así lo demuestran: incapacidad de diálogo, violación de convenios internacionales, presión sobre el parlamento y represión a los conflictos y movilizaciones, y hoy, en su cara más dramática, adulteración de datos y estadísticas con tal de mostrarle al mundo una falsa realidad país que pone en tela de juicio todo lo hecho o dicho por este Gobierno”.
“¡No está garantizado que los cambios transiten en la dirección que anhelamos! ¡El futuro de la nación está en disputa, entre quienes quieren perpetuar las ganancias para unos pocos a costa de la explotación de las grandes mayorías y la venta de derechos y quienes estamos por un Chile más justo y democrático, con educación pública gratuita y de calidad, con un sistema de salud que garantice a todos el derecho a ésta, con respeto al medio ambiente y políticas de desarrollo sustentable, con un sistema de pensiones de carácter solidario y donde los trabajadores y trabajadoras seamos reconocidos en nuestro valor y dignidad!”, dijo.
Y agregó: “Nuestro país vive sobre una profunda y vergonzosa desigualdad. Ha quedado claro que es insostenible mantener y profundizar un modelo de desarrollo que da cuenta de altos índices de crecimiento económico, pero con nula expresión en la inmensa mayoría de los chilenos. Mientras desde el Gobierno se vanaglorian con un crecimiento del 5% y descaradamente hablan de pleno empleo, los trabajadores y trabajadoras chilenos vivimos en una precariedad mayor”.
Reclamó entonces, urgentemente “una Nueva institucionalidad laboral, que abarque tanto al mundo público como privado y que, además de nuevas leyes y nuevo código del trabajo, establezca un nuevo trato con los trabajadores y trabajadoras”.
Ella, según Figueroa, debía contemplar que “instrumentos como la Dirección del Trabajo sean herramientas del Estado para defender al más débil en la relación laboral de los abusos y arbitrariedades de los empleadores y no solo como una instancia de mediación frente a los conflictos, donde finalmente se termina favoreciendo a los empleadores”.
Agregó que debía contemplar un nuevo modelo de negociación colectiva que garantice a todos los trabajadores el derecho a negociar; que reconozca la negociación interempresas, sectorial o ramal y que favorezca la creación de un sindicato por empresa; que valide al sindicato como único instrumento negociador y que garantice que los beneficios ganados por éste solo serán efectivos para quienes sean parte de la organización sindical, donde el piso de negociación sea lo obtenido en el último proceso y no partir cada vez de cero; que devuelva el derecho a huelga, hoy imputable solo en los marcos de la negociación colectiva; que obligue a las empresas o empleadores a asumir como una tarea conjunta la capacitación y formación continua de los trabajadores, que resguarde la seguridad laboral evitando así las altas tasas de accidentes del trabajo que hoy se esconden productos de los mayores costos que significan para el empleador. Que haga cumplir la ley de igualdad salarial existente y tenga como atención preferente el cuidado infantil y la protección a la maternidad.
“El primer paso en la construcción de una Nueva Institucionalidad Laboral debe ser el reconocimiento y cumplimiento de los convenios internacionales ratificados por Chile, lo que implica adaptar la normativa chilena para su aplicación y ratificar aquellos convenios que han sido suscritos por Chile pero que han quedado relegados por el ejecutivo como el convenio 189 que regula las condiciones para las trabajadoras de casa particular”, expresó.
Respecto al sistema de pensiones, donde usó el cántico, “no más afps”, Figueroa señaló que éste debía ser “de carácter público, con aporte compartido entre trabajador y empleador, con garantía estatal, sin lucro y con una lógica de reparto solidario y no de capitalización individual. Un sistema nacional que recaude, invierta y pague pensiones y donde declarar la cotización y no pagarla sea motivo de cárcel y no solo de multa. En definitiva, no queremos más sistema de AFP para los trabajadores y trabajadoras Chilenas”.
Pidió, asimismo, “una gran y profunda reforma tributaria” que permita que lo que garantizará una nueva Constitución construida en democracia, pueda ser financiado con la mayor tributación a quienes más ganan”.
Figueroa dijo que la “agitación social” no garantiza un camino de triunfo para las demandas sociales, por ello como CUT asumían las propuestas emanadas desde los actores sociales, pero también “nos imponemos el desafío de recuperar nuestro rol histórico y ser actores protagónicos de los nuevos tiempos que enfrentamos, por eso nos disponemos a incidir en el escenario nacional y asumimos estas tres grandes banderas para el período: Reforma Tributaria, Nuevo sistema de pensiones y una Nueva Institucionalidad Laboral”.