Parlamentarios y drogas

No se trata de criminalizar ni de satanizar a quienes consumen drogas o son drogadictos. Sin embargo, he planteado que la dependencia de drogas y estupefacientes debe ser causal de cesación de cargo parlamentario justamente porque dicha dependencia genera la vulnerabilidad que no pueden tener los miembros de los poderes del Estado.

Escribe Francisco Chahuán, senador.

Más allá del debate generado por la declaración de un senador respecto de su consumo ocasional de marihuana y de la discusión en torno a la despenalización o no del uso de esta droga en particular –que debe hacerse en el Congreso– he reactivado un proyecto de ley que exige a los parlamentarios someterse a exámenes de detección de este tipo de sustancias por al menos dos razones.

En primer lugar, porque no es aceptable que dichas pruebas sean obligación para los funcionarios de la administración pública, jueces y ministros del Poder Judicial y quienes aspiran a integrar las plantas de la Cámara de Diputados y el Senado, pero no lo sean para los propios parlamentarios. O sea, a fin de cuentas  lo que se busca es igualar nuestra condición a la de otros que sí deben someterse a tests.

En segundo lugar, porque si tales exámenes son requeridos en esos ámbitos es porque se busca evitar la entrada e instalación de la droga en espacios especialmente delicados, donde quienes toman decisiones relevantes no pueden volverse objeto de manipulaciones de ninguna naturaleza.

Y de este segundo punto surge una aclaración: no se trata de criminalizar ni de satanizar a quienes consumen drogas o son drogadictos. Sin embargo, he planteado que la dependencia de drogas y estupefacientes debe ser causal de cesación de cargo parlamentario justamente porque dicha dependencia genera la vulnerabilidad que no pueden tener los miembros de los poderes del Estado.

Personalmente me opongo al uso de cualquier tipo de droga, porque creo que son dañinas. No obstante, sin duda el Congreso es el lugar para debatir pros y contras sobre aquello. Lo cierto es que he sido un firme partidario de regular todo lo posible las llamadas “drogas legales”, a saber, el alcohol y el tabaco, a sabiendas de sus perjuicios para la salud de las personas y el erario nacional.

Diversos estudios coinciden en que la marihuana es el primer peldaño del ascenso hacia drogas duras y es por eso que no se deben dar facilidades para su uso. La entrada de la droga en las instituciones es un germen corrosivo, que tal vez podemos detectar e incluso detener en un comienzo, cuando todavía no lo abraza todo. Lo lamentable es que, una vez que lo hace, es muy, difícil, demasiado complicado detener su avance.

2 Comentarios
  1. jose dice

    drogadiccion no es lo mismo que adiccion. vulnerabilidad, la puede tener un ludopata, un adicto al dinero, un miembro de un partido politico, etc etc etc

    un diputado si es electo tiene el derecho de estar en el congreso, ahora hay que homegenizar, estandarizar, etc.

    ademas a algunos se les nota y a otros no, a unos los pueden acusar sin fundamento, a otros no, en fin mas reglas mas trampas.

    cabro chico este parlamentario, sin nombrar las anteojeras de su cartuchismo.

    Saludos… perdonalos no saben lo que hacen.

  2. Soledad dice

    Estimado, yo no volvería a votar jamás por un parlamentario que consume drogas, aunque consuma dos veces al mes, como dicen algunos por ahí…El tejado no debe ser de vidrio y si lo tienen, fregaron. Somos más los que no necesitamos de las drogas para tomar decisiones y disfrutar la vida que los que sí consumen corriendo el riesgo de ser extórsionados o manipulados, como es el caso de ellos.

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