Pobreza y caridad
Chile no saldrá de la pobreza endémica que lo condena a la espeluznante diferencia entre regiones, provincias y personas a través de la caridad personal o gubernamental sino a través de la toma de conciencia.
Escribe Marta Blanco
Tomo el tema de la pobreza porque es el más imprescindible de enfrentar hoy día en Chile.
Amar la pobreza no es lo mismo que preocuparse por una sociedad con el más alto porcentaje mundial de diferencia entre el sueldo mínimo y los grandes salarios o ganancias de industriales, negociantes y financistas.
La caridad tiene el defecto de ganarse el cielo haciendo favores personales a gente necesitada, no hay allí preocupación por los pobres anónimos ni por la sociedad fuera del circuito social, sino por los conocidos y, de paso, ganarse un pedacito de eterno cielo.
La única manera que ha descubierto el hombre para luchar contra los males de toda clase: la guerra, la usura, las pestes, la pobreza, las enfermedades, los abusos con los débiles, es la reflexión y la exposición de algún problema generalizado mirado desde el punto de vista intelectual. Desde el pacto social de Rousseau hasta Florence Nightingale, nadie que hizo la caridad individual anuló la pobreza ni la hizo ser vista por aquellos que la desconocían. Como fracaso social, no se salva a un esclavo liberando al propio, o ayudando a tu lavandera; no se salva a ese esclavo dándole libertad a la hora de tu muerte (después que te sirvió fielmente); se deben tomar medidas que van desde el Pacto Social de Rousseau a la Revolución Francesa, con sus injusticias incluidas, hasta la Guerra de Secesión de 1864 en Estados Unidos, con su sangrienta retahíla de muertos y heridos. La comunidad humana está poco dispuesta a perder lo que tiene.
Chile no saldrá de la pobreza endémica que lo condena a la espeluznante diferencia entre regiones, provincias y personas a través de la caridad personal o gubernamental sino a través de la toma de conciencia. Una familia, un grupo, una religión, se arman en un medio, en una cultura, en un sistema de valores. Yo no me la juego por decir lo que no pienso ni menos a Dios, que está más cerca nuestro que los curas.
Veo la insoportable ingratitud que reflejan los hospitales públicos, las miserables condiciones de vida de la clase obrera, la injusticia del salario mínimo que no alcanza ni para una sola persona, menos en la mala educación de los niños, que pareciera tener como objetivo ampliar la masa de trabajadores baratos. La universidad gratuita generará ingenieros taxistas, médicos vendedores de zapatos y micreros al por mayor, porque no se han medido las cuotas de capacidad que tiene el país para resistir tal cantidad de profesionales que no tendrán donde trabajar.
No dudar es peligroso. Todo lo que ha avanzado la humanidad se debe a Herodoto, a Copérnico, a Galileo a Einstein y a Parra, que quebró una vez más, desde Chile, la poesía insulsa o copiona. Parra es original, en absoluto solemne, y es el más serio de todos los intelectuales de Chile.
Creo que la duda es favorable al pensamiento, a la ilustración, a la reflexión. Los dogmas políticos, teológicos, sexuales, frigorizan la sociedad. La estancan. Hay una dinámica social que ha de correr a la par con los avances tecnológicos y financieros, literarios y de lenguaje. La rigidez dogmática y la utopía del eurodólar no calificado según el PIB de cada país, tienen a Europa liquidada, sin salida en 20 años. Gran Bretaña da ejemplo de prudencia cuando rechaza formar parte de esa utopía que terminó siendo un tremendo lío de abusos, robos, malversaciones y Jauja.
Lamentaré siempre haber nacido en un medio que solo reconoce como posible cambio la tradición. O sea, bizantinismo puro. En la tradición no hay cambio. Lindo oximorón.
La pobreza es nuestro problema fundamental.
Uno de los motivos de que los partidos políticos estén en completa disolución y rebeldía entre ellos es que no hay un argumento, como dijo Longueira. Argumento no es cuento. Es articular una acción desde el pensamiento por el otro, no por los resultados inmediatos, políticos y personales.
Una sociedad ¿será justa y equitativa si no puede conversar? A mí me parece que no. Así es que escribo. Es probable que caiga en pozo seco. Qué diablos. Algunos se relamen como el gato con botas escribiendo novelas psicológicas sobre el yo. Confieso que el YO me tiene hasta el perno. Segismundo, o sea Freud, es decimonónico clásico. Déjenlo ahí, ¡por favor!
Yo abogo por el nosotros, por un futuro no infinito de progreso sino de desarrollo sustentable. Y cuando no hay cómo hacerlo, los impuestos a los más ricos se hacen imprescindibles. Así como dan limosna en las iglesias, que paguen para que el país distribuya sus ganancias sin que unos gocen de holgura y otros de amargura.
Chile nació pobre, vivió pobre, vio desaparecer Chañarcillo, el salitre y el oro. Hagamos ahora el esfuerzo de ser austeros, justos y sobrios.
Equitativos es la palabra.
En nuestras poblaciones es muy frecuente observar como se desarrollan completadas, platos único, bingos y otros inventos para costear tratamientos para gente enferma. Se publicitan como muestras de solidaridad y generosidad «característica del pueblo chileno». Por otra parte los políticos se conforman con mover la colita para la teletón pero no para financiar un sistema de salud acorde a nuestras posibilidades, que con trabajo, tesón y valentía es solucionable. Ahí es donde se nota nuestra principal carencia= la educación. Porque hoy ya andan los vehículos municipales acarreando gente a paseos, ofreciendo canastitas con arroz o un dulce para amarrar a nuestros ignorantes ciudadanos que consideran que con esos gestos, es suficiente para votar por un fulano que lo único que ansía es una dieta parlamentaria o una alcaldía….pero de educación y salud…Puff. Que siga igual no más.
Que gusto leer a personas con la inteligencia, la claridad y la lucidez de Marta Blanco ,
Congratulaciones distinguida dama Marta Blanco.
A dicho usted una gran verdad.dificilmente lograremos salir de la pobreza.
«Si no vives para servir.no sirves para vivir».
Mi slogan favorito,desgraciadamente,el desarrollo y avance de la ciencia,especialmente en la tecnologìa,màs bien nos ha aislado ante de unirnos màs.
Pero tambièn junto a ello se nos viene la depravaciòn del ser humano.
Los chilenos nos alimentamos de mentiras, circos y faràndula.
Nunca en mis años, habia visto tanta mentira y lo peor de todo, me da pena de ver a mi pueblo,vivir tan conforme,vivir sin darse cuenta de como ha sido explotado por siglos trabajando para tantos zanganos y corruptos politicos, que viven dàndose la gran vida y enriqueciendose a costa del hambre y la miseria por la que pasamos quienes vivimos de una limosna tan miserable que no nos alcanza, ni para hacer cantar un ciego.
Mientras las grandes compañias transnacionales se llevan,el cobre, el oro, el litio,la plata y sin pagar un centavo a Estado chileno.
Con lo que nos roban podriamos vivir en un paraìso, pero
nos conformamos con ver morir Chile vendièndolo al mejor postor.
¡Y pensar mi distinguida compatriota Marta Blanco, que
todo lo que Dios nos ha dado, es considerado como material extratègico!