El sombrero azul

joel-m“Como verdaderos vigías de los faros del fin del mundo, los visionarios oteaban el horizonte, más allá de las olas, los temporales y las urgencias inmediatas”

Escribe Joel Muñoz / Presidente de Industria Creativa Chile A.G.

Los pocos soñadores que quedaban permanecían unidos clandestinamente a través de hilos invisibles.

En medio de la oscuridad del poder de los sombreros negros, se mandaban recados, compartían ideas, todo en clave, secretas para no despertar sospechas.

Los soñadores, antes que todo, eran visionarios, tenían un poder oculto, el de ver más allá de las narices y de la pared de enfrente. Usaban todos un sombrero azul. Poseer este don Incluía no creerse todos los cuentos de cómo son o deberían ser las cosas. También la facultad de capturar lo esencial, aquello que es invisible a los ojos.

Intercambiaban imágenes, metáforas, focos, encuadres, definiciones, redefiniciones, ojos, intuiciones, hipótesis, preguntas, rabias, rebeldías, inconformismos, juicios tajantes, dudas, miedos, aserciones, declaraciones, poemas, cuentos, pinturas, lámparas, en fin, tantas cosas, que deambulaban en inocentes bolsitas de papas fritas, en bolsillos falsos, frascos de jarabe para la tos, en rincones y en los más triviales envoltorios que ni la más avanzada inteligencia podría sospechar.

Así construían visiones de la realidad y del futuro. Como verdaderos vigías de los faros del fin del mundo, los visionarios oteaban el horizonte, más allá de las olas, los temporales y las urgencias inmediatas. Miraban las estrellas, adivinaban trayectorias del universo, volvían su mirada al pasado, sacaban lecciones, comparaban mapas y rutas, aplicaban instrumentos sofisticados para observar y analizar, como la ampliación del estado de conciencia, las preguntas provocadoras, las analogías directas y simbólicas, las intuiciones, y los estudios de las culturas milenarias sobre cosmovisiones y modos de entender el mundo.

El conocimiento disponible en la web y en las encuestas de opinión era sólo un dato de la coyuntura. La visión de cada soñador se iba compartiendo con otros para construir una visión de todos. Conviviendo en la divergencia y las diferencias.

Los visionarios ven el todo y las partes, lo particular y lo general, lo macro y lo micro, les parece significativo todo lo que contenga esencias transformadoras. Un hecho aislado importa tanto como la historia universal completa, una célula como el universo, un metro como diez millones de años luz. La curiosidad no los mata, los hace vivir.

Detonan así el campo de la creación y la construcción de futuro.

Un puñado de soñadores tienen un nuevo mundo en mente, tal vez haya uno cerca tuyo, aprende a distinguirlo. A ellos pareciera no importarles el presente, también dan la sensación de andar por la nubes y con dificultades con las operaciones cotidianas. Puede ser cierto, pero lo importante es que están siendo perceptores y constructores anticipados de lo que vendrá. Ellos son los líderes de la sociedad venidera, que probablemente nada tienen que ver con los liderazgos tradicionales de partidos, organizaciones, empresas y estructuras decadentes. Tal vez tú eres uno de estos nuevos líderes visionarios. Entra a la red invisible de los sombreros azules.

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El Periodista