Orden cronológico
«Sin ánimo de ofender a nadie, a veces me pregunto si esto de filmar en orden cronológico no responderá a una falta de oficio. Como sigamos filmando de esta manera, al menos yo como actriz, seguiré sintiendo esa carencia»
Escribe Blanca Lewin / Actriz
Hace poco participé como conductora en un programa sobre cine que saldrá al aire posiblemente en agosto a través de la pantalla de Canal 13 Cable. Lo mío consistía en entrevistar a “la nueva generación” de directores que estrenan algún largometraje de ficción durante este año. Son hartos, por lo que algunos quedaron por agenda fuera del ciclo.
Quizás algunos no se sienten parte de una “generación”, pero curiosamente se citan entre ellos bastante, lo que quizás confirma esa tesis. Yo la llamaría, la generación del “orden cronológico”.
No todos, pero muchos, filman de esta manera. En las películas tradicionales se elabora un plan de rodaje en el que se establece el orden en que se filmarán las escenas. Generalmente las películas se filman en varias locaciones y, por un tema de ahorro de arriendos de lugares, citaciones de actores y un montón de otras variables que afectan su presupuesto, las películas se filman en un orden diferente del que el espectador finalmente ve. Pero esta generación, dadas quizás las características de sus películas -más personales, intimistas, historias que suceden en un solo espacio físico- filma en lo posible, en orden cronológico. Las razones son varias: Se dice que es más cómodo para los actores, a los que les resulta más fácil visualizar la evolución de sus personajes. También es más cómodo para los propios directores, puesto que si filmaran el final de la película en primer lugar, se sentirían “casados” con ese final, con una determinada intensidad de las emociones, con lo que sus actores podrían ejecutar allí sin haber “vivido” todo el proceso anterior.
Siempre me interesó, desde la escuela de teatro, el tema de la actuación cinematográfica. Yo pensaba que parte de la esencia de ella tenía que ver precisamente con aprender a manejar la continuidad de ésta, pese al sistema fragmentado que exigía este formato. Sin embargo, no todas las películas en que he participado, pero sí la mayoría de estas, se han filmado en orden cronológico. Es cómodo, sí, es más fácil, sí. Pero es bien poco lo que he aprendido sobre actuar en cine.
Sin ánimo de ofender a nadie, a veces me pregunto si esto de filmar en orden cronológico no responderá a una falta de oficio. Como sigamos filmando de esta manera, al menos yo como actriz, seguiré sintiendo esa carencia.
Por supuesto que las películas que han venido realizando estos directores (pienso en los primeros, como Matías Bize, Sebastián Lelio), justifican esta manera de hacer las cosas desde todo punto de vista. Es el tipo de películas que realizan el que exige este método. Y les resulta, pues varios de estos largometrajes gozan de prestigio internacional por su calidad.
La última película que vi y que fue filmada en orden cronológico, aún está en cartelera. Aquí su director, Alejandro Fernández, decidió trabajar sin actores profesionales para retratar el campo tal y cual él lo ve ahora, tal cual él lo vio mientras crecía. En este caso, filmar en el estricto orden de la historia tiene que ver con una metodología clara, que dice relación con aquello que mencionaba antes de entregarles claridad a los actores sobre la evolución de sus personajes. En esta historia, como no hay actores, sino que simple gente común que habita de verdad el campo, el director necesitaba hacerles comprender muy bien qué era lo que les estaba sucediendo a sus personajes.
“Huacho” fue estrenada en el mismísimo Festival de Cannes con excelentes críticas. Es una película que logró realizarse en su mayoría gracias a fondos extranjeros. Y aquí a nadie le interesó para estrenarla en salas comerciales. Y es una película hermosa y entrañable. Aún está en el Cine Arte Alameda, el único lugar que estuvo dispuesto a ponerla en cartelera. No se pierda este pedazo de obra, y aproveche de ver algo de lo mejor que ha dado esta generación del orden cronológico.
Inicio aceptando que la lectura de una cita textual en cualquier periódico del mundo es siempre incierta. El periodista en cuestión pudo haberla extraído de un contexto más amplio y explicativo; o el entrevistado estaba nervioso y ni quiso decir exactamente eso; o los micrófonos de indiscretos periodistas lo tensan; o un sin fin de argumentos a los que el entrevistado podrá convocar a la hora de la retractación.
Acepto en segundo lugar que la prueba INICIA no sólo deberá haber remecido la conciencia de quienes fueron sus víctimas, habrá remecido también la de sus victimarios. Sus victimarios, aquellos que los convencieron que en cuatro años de formación universitaria se podían construir las habilidades y competencias suficientes para calificar como maestros en Chile. Porque dígame usted una cosa, si en cuatro años la enseñanza media chilena y quienes hacemos clases allí debemos producir un adulto con las condiciones de conocer, saber hacer, y saber ser, ¿qué exime de semejante responsabilidad a las universidades?. Dicho de otro modo, ¿no puede hacer usted en su universidad, lo que yo hago en mi colegio, con menos medios?
Pero a pesar del supuesto inicial, lo que no se puede aceptar, es que un profesor universitario, decano de una facultad de educación, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, declare que «…al tener transparencia y obligatoriedad de la prueba, no sólo se les entregarán más herramientas a quienes contratan a nuevos profesores, sino que se podrían generar estrategias que incentiven la calidad y la autoexigencia de los planteles…»
Señor Francisco Claro, pero si esa es la misma lógica con la que se alaba el subsidio a la demanda en el mercado de la educación: «más información y libertad de movimiento, generará decisiones inteligentes de los padres que castigarán a los colegios de malos rendimientos». ¿No ha leído usted los incontables informes que dan cuenta de la banca rota teórica de esa opción ideológica?; si los leyó, ¿cómo es que aspira a ocupar la misma lógica de mercado para el sistema universitario?
Pero aún más, de contrabando pretende hacernos creer que en una salida a la coreana en donde el Estado podría contratar al 20% mejor evaluado y aumentar los sueldos en base a los resultados, «la prueba INICIA sería un buen comienzo». Tal vez usted no leyó completo el famoso informe McKenzie, pero ningún país de OCDE donde los resultados se mantienen y perduran en altos estándares tienen el sistema de mercado que nosotros sostenemos con argumentos como los suyos.
Pero aún más, asumiendo las injusticias de mis declaraciones en torno a las posibles tergiversaciones que la prensa hizo de sus declaraciones, que incluyen el recorte y la descontextualización de las mismas, se hecha de menos la mirada autocrítica; alguien que diga, nos equivocamos, vendimos algo que no reconocemos; no hicimos suficientes esfuerzos. Se echa de menos la mirada autocrítica sobre el sistema infame que nadie controla y que sigue vendiendo ilusiones.
Finalmente una palabra sobre sus ex alumnos, los suyos y los del sistema completo: no es a ellos a quienes debieramos estar apuntando sino a las universidades chilenas que los formaron. Hacia ellos, futuros maestros de chilenos, el deseo que la educación continua y su espíritu los envuelva.
Hola Blanca,
muy buena tu nota. Me parece acertado tu punto de vista como actríz, ya que como aprenderás, si «siempre trabajan cronológicamente…».
Mira sin ir más lejos y esperanzado a que leas esta nota, a fín de que me escribas un correo electrónico y para el segundo fín que quiero mencionarte que tengo un guión bien interesánte y que quiero realizar mi opera prima este año 2011 como director y como multipropósito-man(sin dejar de ser yo mismo!!), y quisiera que me ilumines con toda tu fuerza de mujer y actríz.
Blanca, mi email de contacto es antonborjak@hotmail.com (no me llamo ni anton ni menos apellído borjak, este es un correo que tengo para usarlo en ocasiones de confabulación y para no dar públicamente mi verdadero correo, luego te daría mi correo encantado).
Blanca, escríbeme un email y te envío encantado el Treatment y la sinopsis de la película, la cual trata un aspecto del conflicto Mapuche, demás está decirte que me gustaría mucho contar contigo como actríz, hay un papel que podría estar hecho para ti.
Me pareces una persona muy interesánte y cualquier desición que tengas la entenderé de cualquier forma. Lo único que me quedaría entonces sería invitarte a la avant premier.
Muchos saludos desde una nevada ciudad de Frankfurt
EP.