El día en que el Estado de Chile salvó de la quiebra segura a los diarios El Mercurio y La Tercera
La Tercera Tampoco
La situación de Copesa, que edita los diarios La Tercera, La Cuarta y La Hora de la Tarde, y el semanario Qué Pasa, era, a la fecha de los hechos en comento, todavía más apremiante que la de El Mercurio, si bien a diferencia de éste, la operación de salvataje emprendida por el Banco del Estado, culminó con un cambio en la propiedad.
A agosto de 1987, Copesa y Malán, una empresa de inversiones propietaria del 80% accionario de Copesa, debían a los bancos acreedores 1 millón 860 mil UF, alrededor de 14 mil millones de pesos al día de hoy, de las cuales 922 mil UF debía al Banco del Estado. Al igual que en el caso de El Mercurio, en vez de ejecutar al deudor, los bancos suscribieron un convenio de reprogramación, extendiéndole el plazo de pago a 13 años, con un 7% de interés anual, créditos que se pagarían con los flujos provenientes del giro de Copesa. No conforme con ello, el Banco del Estado le extendió un nuevo crédito de 125 mil UF a Copesa en octubre de 1987. Adicionalmente a las deudas del convenio, Malan adeudaba al Banco del Estado 1 millón 223 mil UF, que el Banco capitalizó adquiriendo el 70% de la propiedad de Malan.
A estas alturas, el 22 de agosto de 1989, aparece en escena Inversiones La Fuente, que ofrece comprar las 700 mil acciones de Malan en poder del Banco del Estado, «con la condición esencial que se materialicen las negociaciones en curso tendientes a reducir la deuda asumida por Copesa, a un monto compatible con la capacidad de pago de la empresa».
Inversiones La Fuente era una sociedad de inversión creada específicamente para el efecto, representada paritariamente por los entonces dueños de Copesa, las familias Picó Cañas y Picó Domínguez, y el abogado Darío Calderón, quien a su turno representaba a la sociedad ASKA Ltda, de los inversionistas de origen árabe y propietarios del Banco Osorno y La Unión, Alvaro Saieh, Carlos Abumohor y Alberto Cassis.
Para hacer corto el cuento, y en virtud de la brillante gestión del directorio presidido por Bardón, estos inversionistas, vinculados ideológicamente a la UDI, se hicieron de la propiedad de Copesa por la módica suma de 336 mil 756 UF, es decir, un tercio de la deuda original de Malan-Copesa, equivalentes a 5 mil millones 654 mil 806 pesos al día de hoy, o si se prefiere, a 7 millones 756 mil dólares, de la cual cancelaron 10% al contado, y el saldo…con un nuevo crédito del Banco del Estado, operación materializada en dos escrituras en la Notaría de Iván Torrealba, con fechas 26 de octubre de 1989 y 7 de febrero de 1990.
Para cumplir con la «condición esencial» de reducir el pasivo de Copesa a un monto compatible con su capacidad de pago, el Comité Ejecutivo del Banco del Estado recurrió a otras dos operaciones. un abono de deuda de 1 millón 295 mil dólares por canjes publicitarios, según contrato del 14 de noviembre de 1989, y las permutas de créditos con los bancos Sudamericano, Osorno y La Unión y del Pacífico, que originaron el proceso 133.428-6.
En virtud de las escrituras públicas 27 y 29 de diciembre de 1989; 19 de enero; 19, 20, 21 y 22 de febrero y 8 de marzo de 1990, el Banco del Estado cedió todas las acreencias que tenía contra las empresas Copesa (287. 279 UF) y Malan (978.460 UF), a los bancos Sudamericano (87% de las deudas) y del Pacífico (13%).
En el proceso aparece acreditado que el autor intelectual de esta compleja trama de operaciones fue Juan Villarzú, actual Vicepresidente Ejecutivo de Codelco, y resalta una notoria contradicción. En su declaración judicial, Alvaro Bardón afirma que la fórmula de permutas de créditos, o «swaps» como se les conoce en el mercado, fue propuesta por los El Mercurio y Copesa. No obstante, en la suya, Villarzú manifestó que «la intención original de Darío Calderón y sus representados fue comprar directamente los créditos al Banco del Estado, pagando en efectivo, pero esto no se materializó por cuanto el banco, por razones de normativa interna, prefirió que la operación se realizara por la vía de la permuta de créditos».
Después de tremendo culebrón, lo del arroz sí es un chiste. Gracias por compartir los detalles de esta info.
Ahora los de la concerta no tendrán voz por el error que ellos mismos cometieron al entregar más del 75% del avisaje estatal a El Mercurio y la tercera. ahora se necesitara mas que nunca medios que digan las cosas como son,……
Es sabido que la ambición rompe el saco. Me imagino que para las autoridades de ese entonces no era lo mismo aparecer en las páginas socilales de El Mercurio, que el las de La Epoca. Se quiso apostar a gandor, y el resultado se ve ahora. Todos los medios en manos de un sector Político, y un grupo económico.