¿Iconos intelectuales o morales?

Escribe Blanca Lewin

“Lo único innegable en su nueva posición, es que Tironi se aburrió de apostar a perdedor, al igual que Navia. Están acostumbrados a figurar como hombres exitosos, y una baja en sus bonos por apoyar a un candidato malo, feo y sin gracia, sin duda que no es lo que conviene.”

Impactada estoy con las columnas publicadas esta semana por Eugenio Tironi y Patricio Navia en sus blogs de El Mercurio y La Tercera respectivamente.

No quiero hacer un resumen de ambas aquí porque me voy a echar los escasos tres mil caracteres que tengo disponibles y, porque supongo, el inquieto lector de El Periodista ya las leyó, porque de seguro le llamó la atención en estos días la noticia de que ambos supergenios concertacionistas han decidido abiertamente apoyar a Piñera.

Cuando digo “supergenios”, juro que no lo hago de forma peyorativa, es sólo una manera sintética de expresar la visión real que tengo de ellos. No es mi interés criticarlos por su decisión, no pienso ponerme al nivel de ellos porque no poseo ni un ápice de la preparación, trayectoria e inteligencia política que ellos sí tienen. En este caso soy una simple espectadora, así como cuando actúo tengo que comerme todo lo que cualquier hijo de vecino quiera opinar sobre mi desempeño actoral.

Lo que más me llama la atención, no es que “oh, de pronto nos hemos dado cuenta de que Piñera es mejor candidato que Frei”, si no la ostentación de poder que uno puede leer entre líneas.

La columna de Tironi es realmente genial, llega a confundir, habla de una derecha post UDI, y hasta los Udineses que son ultra criticados en ella se sienten a gusto de que esta cabeza superintelectual y superconcertacionista por fin se convierta en una “de las nuestras”. Por otro lado, critica por supuesto a la Concertación, la abandona derechamente (nunca la palabra “derechamente” había sido tan bien dicha), pero algunos concertacionistas con exceso de percepción, y ante la incredulidad de que Tironi se haya cambiado de bando olímpicamente, piensan “qué inteligente Tironi, que en su columna ha logrado dividir a la derecha”. Lo único innegable en ella, es que Tironi se aburrió de apostar a perdedor, al igual que Navia. Están acostumbrados a figurar como hombres exitosos, y una baja en sus bonos por apoyar a un candidato malo, feo y sin gracia, sin duda que no es lo que conviene. Apostar a ganador es lo que se lleva esta temporada, y la anterior, y la anterior también, porque esa es nuestra naturaleza chilensis.

Navia va más allá de encontrar que Piñera es mejor candidato (lo que no tiene nada de malo, Frei es tan mal candidato que Piñera llega a parecer bueno). Además dice que es el único que quiere igualdad porque –a diferencia de Frei– él sí que escucha a la gente. Me gustaría saber sinceramente qué opinan quienes trabajan en sus empresas.

¿Qué es esto de “escuchar a la gente”? Se parece demasiado al lugar común de “solucionar los problemas de la gente” al que apelaba Lavín cuando era candidato. Me llama más aún la atención en la columna de Navia la cantidad de veces que escribe, partiendo por el título, la palabra “legítimo” con distintas variantes (legitimar, legítima, etc.) con el sólo objetivo de “legitimizar” su propia nueva postura, pero desde un lugar que parece dictado por un dios. Dice que (tras haber arremetido tantas veces en contra de Piñera) decidir votar por él ahora “no es traición. Es legítimo”. Poniéndose así el parche antes de la herida frente a quienes osen tildarlo de traidor, algo que nos revela que en su corazoncito hay algo que realmente le duele en todo esto.

En fin. Desde mi modesto lugar, yo tampoco pienso traicionar a nadie. Me retiro a mi casa, a estar con mi familia que por ellos sí que puedo hacer algo que valga la pena, y ojalá que gane “el más mejol”. Y no me refiero al más winner.