Hacer todo lo posible

victoria-urangaEscribe Victoria Uranga

“Tampoco queremos ver. Eduardo Galeano decía que ‘estamos entrenados para la ceguera y siempre es complicado redescubrir la mirada’” 

Las fiestas navideñas y el año nuevo, son fechas arbitrarias definidas por ciertas conveniencias y poderes de turno. Sin embargo, son también una gran excusa para evaluar lo recorrido, renovar los sueños y volver a formular los mapas para nuestros próximos trayectos. Por eso comí lentejas, me puse calzones amarillos y abracé al hombre que amo justo a media noche. Por eso ahora también empiezo a pensar en los festejos del Bicentenario, esos que pese al ruido, parecen aún demasiado ajenos como para ser una fiesta de todo Chile.

En lo genérico mi primer brindis es siempre por mayor felicidad, como resultado y como camino. El segundo y empinando el codo hacia una apuesta más política sigue siendo por un mundo más justo para tod@s. No necesitábamos de los diarios del primer día del 2010, para saber que los desafíos por equidad, quedaron otro año más como tarea pendiente. Al finalizar el 2009, la FAO evidenciaba que más de mil millones de personas sufren de hambre, la cifra más elevada desde los años setenta. Pero los tristes números para el bronce pueden llenar esta columna. Sólo otro ejemplo, cada minuto en el mundo una mujer muere a consecuencia de complicaciones derivadas del embarazo, situación perfectamente mejorable, pero que se explica con el hecho que el 70 por ciento de las personas en situación de pobreza del mundo son mujeres.

Los logros pendientes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, sirven para constatar que la pobreza es una de las peores violaciones a los derechos básicos. Así también lo afirma Irene Khan de Amnistía Internacional, en su libro “La verdad desoída: pobreza y derechos humanos” http://www.theunheardtruth.com ¿Cuál es esa verdad que no se oye? Esa que dice que se sale de la pobreza otorgando poder a las personas y respetando sus derechos. Esa es la verdad, pero pocos la quieren escuchar porque implica cambios mucho más profundos que sólo entregar bonos de vez en cuando.

Tampoco queremos ver. Eduardo Galeano decía que “estamos entrenados para la ceguera y siempre es complicado redescubrir la mirada”. Por eso, hacer lo mismo que hasta ahora no sirve, tenemos que hacer mucho más y de mejor manera. Tenemos que hacer todo lo posible. La participación de las personas y de las comunidades en los proyectos de desarrollo, no es un extra que se agrega como añadidura para cumplir con ciertos estándares. Sino que debe responder a una visión y trabajo de co-construcción, valorización y respeto mutuo entre quienes están pensando las políticas país, entre quienes cumplen sus roles ciudadanos, entre quienes fiscalizan los distintos procesos, en suma, entre todos y todas los que formamos Chile.

Aunque los espacios para ejercer los derechos humanos son diversos, los medios de comunicación tienen un rol clave. No sólo deben garantizar el cumplimiento de los derechos sino que también deben ayudar a promocionarlos ya que estos contribuyen a la construcción de opinión pública, visibilizan (o sacan del debate) temas y actores sociales y porque son, nos gusten o no sus contenidos, un espacio de común unión. Contrastar datos, opinar, denunciar, solicitar antecedentes, ser parte de debates, contribuir con información, son sólo algunas de las múltiples acciones posibles que reflejan la necesaria interacción que desde la ciudadanía podemos tener con los medios. Este rol más activo y responsable también aumentará nuestra exigencia para con ellos. Un círculo virtuoso que podría tener como resultado mejores medios de comunicación que nos permita ejercer la libertad de elegir.

2 Comentarios
  1. Paula Rojas dice

    Parece que nos fue mal con hacer todo lo posible en la segunda vuelta, pero tenemos que hacer hasta lo imposible para todo lo que venga. Comparto varias de tus apuestas…

    Paula

  2. Andres Jose Vial dice

    Siempre se debe hacer, hasta lo imposible

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El Periodista