Ocho son los Orozco

blancaEscribe Blanca Lewin

El viernes 27 de noviembre, El Periodista cumplió ocho años. ¿Un crío, no? Tengo la idea de que yo escribo aquí hace siete, pero no estoy segura. Me surgen algunas interrogantes relativas a los ocho años. El ejercicio consiste en que usted haga lo mismo en su casa. Es lindo y le ayudará para el Alzheimer.

¿Qué estaba haciendo yo a los ocho años? Recuerdo particularmente el día en que cumplí los ocho. Vivía en un departamento pequeño. Tendría una pequeña celebración con algunas amiguitas y me chantaron un vestido que sólo había tenido ocasión de usar en el matrimonio de un tío. Ahora que lo visualizo, creo que era realmente muy perno, me lo habían regalado, no sé si mis abuelos o unos tíos, y sinceramente me quedaba mal. Como que le habría quedado mejor a otra niña. Pero al parecer era lo único más o menos elegante que tenía.

Ese día sufrí mi primer desmayo. No vaya a pensar usted que al decir “primero” me refiero a una seguidilla de éstos, no. No me ando desmayando por la vida. Me caí de un banquito en el que me había subido para mirarme al espejo del baño. Era un espejo chico y estaba en altura. Y estaba tan chocha de cumplir ocho años que de pura alegría comencé a balancearme. Alcancé a escuchar “te vas a caer” unas tres veces hasta que ocurrió, y luego desperté en la cama. Mi papá echándome aire con algo. Y encontré que desmayarse era lo más taquilla que podría haberme pasado en el día de mi cumpleaños.

¿Y qué estaba haciendo yo hace ocho años? Miren qué curioso, cómo son las sincronías. Noviembre/diciembre 2001. Estaba a full en la PRE-producción de “Sangre Eterna”, una película de vampiros, que se filmaría ese verano. Ocho años más tarde, me encuentro en pleno periodo de PRE-producción de una teleserie de hombres lobo. ¿Nota usted también alguna similitud?

Pese a que hace ocho años la tribu urbana de góticos y amantes de estos románticos personajes y de la sangre eran su buen lote de gente, creo que la moda de hoy de los vampiros y hombres lobo no tiene comparación. Ahora no se reduce a una tribu, sino que me atrevería decir que a una generación. En realidad Jorge Olguín es totalmente anacrónico. Se equivocó de época. La moda es ahora. Debería hacer un relanzamiento, un re-estreno de Sangre Eterna, algo que le permita aprovechar el momento. No es de extrañar que ahora esté también detrás de esta teleserie de lobos entonces.

Me tocó ir al estreno de Luna Nueva hace poco y, más allá de sumarme a las críticas que he leído sobre lo mala que es como película, no deja de sorprenderme el efecto que pude constatar sobre una sala llena de adolescentes que amenazaban con desmayarse entre suspiros agónicos cada vez que aparecía el protagonista vampiro, un sujeto odiosamente autocompasivo.

También presenté hace poco en la feria del libro una novela chilena de vampiros… “Sinfonía Eterna”. Le paso el dato por si usted tiene hijas adolescentes que ya se leyeron la saga de Crepúsculo completita y se han quedado sin material de puro ignorantes y no sabían que en Chile tenemos estupenda literatura vampiresca. En esa novela, la protagonista también está a punto de desmayarse todo el tiempo.

Todas estas conexiones parecen caprichosas, pero el número ocho no deja de ser curioso. Acostado (desmayado) simboliza el infinito. O sea la inmortalidad. Otra vez los chupasangre. Ocho son los Orozco. Feliz Aniversario El Periodista. Feliz Aniversario Pancho. Esta es para ti.

2 Comentarios
  1. Juanita Machel dice

    Me entretuve mucho leyendo todo lo que escribiste Blanca…Aunque lo que mas me gusto fue lo del cumple y eso del primer desmayo :D…
    Bueno saludoss!.

    Feliz Aniversario El Periodista!.

  2. MARTIN dice

    Un relato sumamente interesante,ameno y divertido,genial lo del desmayo,ya me imagino el taquillazo,y bueno lo que es la mercadotecnia,no dudo ni tantito que la novela Chilena»sinfonia eterna»(que no he leido lamentablemente)sería un exito de taquilla si hubiese sido promocionada muchos kilometros al norte,digamos en hollywood,debo de decirte que aqui en México en los cines igual los suspiros agonicos,no pudiste describirlo mejor.
    Muchas felicidades a todos

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

El Periodista