Fábricas de Sueños

joelEscribe Joel Muñoz

Mientras el mercado y sus fábricas producen bienes y servicios para satisfacer las demandas de consumo, emerge una nueva industria: la de la creatividad y la innovación, para responder a las necesidades de la sociedad del futuro. Se trata de dar origen a ideas y realizaciones originales como producto de asociar dos o más ideas conocidas para generar una nueva.

La innovación, por su parte, significa agregar valor a un bien o un servicio existente, sin necesidad de cumplir con el requisito de la originalidad, puede ser la aplicación o adaptación de una idea o tecnología.

En cualquiera de los dos casos, el desafío es “volver extraño lo conocido, o volver conocido lo extraño”.

Entre los sectores de la Industria Creativa, se consideran: editorial, audiovisual, cine y video, televisión, fotografía, sector fonográfico, artes visuales, artes escénicas, diseño, artesanía, producción gráfica, diseño textil, moda, arquitectura, patrimonio, software industrial, música, radio, libros, revistas y periódicos, publicidad (“Mapeo de las Industrias Creativas” desarrollado en Colombia por el British Council y el estudio “Industrias Culturales en América Latina y el Caribe: desafíos y oportunidades”). La misma está destinada a convertirse en una importante fuente de ingresos para el país. “Se considera que mundialmente, es el quinto sector económico más grande en términos de volumen de ventas. Su aporte al PIB es de 7 por ciento y, en países de la OECD, ocupa entre el 3 y el 5 por ciento de la mano de obra. En el caso de Chile, su aporte al PIB se calcula hasta el momento de un 1,8% y ocupa alrededor del 2,7% de la mano de obra”. (Fuente: Consejo Nacional de la Cultura y las Artes).

El potencial de crecimiento de la industria creativa en Chile es enorme. Pero se requiere superar barreras y obstáculos que impiden este desarrollo. Las primeras son de orden cultural: perceptuales, actitudinales y emocionales. Nuestra cultura forma personas con actitudes, juicios y prejuicios, destinados a despreciar y destruir la producción de ideas y sueños. Fomenta el camino lógico, las vías tradicionales para el abordaje de problemas y la búsqueda de soluciones. No existe entrenamiento ni formación para personas creativas, la investigación y desarrollo de la creatividad es muy escasa.

Las barreras de segundo orden son aquellos obstáculos funcionales que pone el sistema para desincentivar, desmoronar y depredar las ideas. Me refiero a impedimentos financieros, administrativos y operativos, que someten al mundo de la creatividad a lógicas, procedimientos y cálculos que corresponden a lo establecido, a lo que ya se conoce. Este sistema no comprende que la génesis de las ideas y su espacio de sobrevivencia dependen de evaluaciones de un nuevo tipo, con un nuevo estilo de indicadores y pautas.

Esta nueva industria no sólo es prometedora de más ingresos y aumento de índices de crecimiento. Estoy seguro que su mayor contribución está en el campo de la identidad de una sociedad. Porque la creatividad y la innovación contribuyen a desarrollar valores funcionales y simbólicos.

Por otra parte, es una industria que actúa sobre el futuro. Es, en esencia, construcción de lo que vendrá. Porque toda creación es una anticipación, gracias a la capacidad de los creadores de percibir antes que la mayoría lo que hay más adelante o lo que se requiere para hacer sostenible la vida.

La industria creativa puede convertirse en referente de liderazgo de una sociedad nueva. Porque está conformada por personas sin temor al futuro y sin temor al ridículo. Personas libres, emprendedoras, que disfrutan con el uso de la imaginación y con el proceso de construcción de un sueño. Capaces de imaginar el mañana, con base en la historia, la cultura y la experiencia pasada, pero mirando hacia adelante. Afirmo que este tipo de personas pueden ser los nuevos líderes y referentes de los jóvenes y niños de Chile, como modelos de personas autorealizadas y autorealizantes (Abraham Maslow, La Personalidad Creadora).

En resumen, hoy me interesa más poner el acento en esta construcción de futuro y seguir invirtiendo tiempo y energías en el desarrollo de proyectos concretos relacionados con la industria creativa y la formación de personas en este campo, que seguir observando esta coyuntura tan pobre de ideas originales y de innovación. Esta es una invitación abierta a los creativos e innovadores a fundar muchas fábricas de sueños…

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El Periodista