Farewell Concertación
Escribe Eugenio González A.
No es el poema de Neruda ni una siutiquería intelectual sino que se utiliza para despedidas definitivas como para la que debemos estar preparados en el actual momento político que vive el País.
En la celebración del 5 de octubre afloró una vez más la polarización que vive Chile. Esta vez, sin embargo, no incluyó a la derecha sino que provino sólo de los sectores que han gobernado al país los últimos 20 años y que hoy se dividen en varias concertaciones.
La Derecha guarda silencio, ya que sólo espera ver pasar el cadáver del enemigo.
Luego de la invitación que hace el ex Presidente Lagos para que volvamos a soñar, pero ahora por un nuevo periodo de 20 años, la reflexión inmediata es si al ex mandatario la influencia de sus amigos mexicanos de Tribasa o el empresario Carlos Slim, uno de los hombres más adinerados del planeta, no le permite ver la realidad o quiere PRIorizar la Política Chilena.
Vale la pena recordar que el PRI en México gobernó por más de 70 años y el resultado hoy lo conoce toda la humanidad: el país de mayor delincuencia y corrupción con estructuras narcotraficantes de América Latina.
Difícil resulta pensar que el ex Presidente esté pensando en ese destino para Chile. Suficientes escándalos hemos vivido como para buscar paradigmas impresentables en nuestra sociedad: 20 años sin cambios políticos y culturales de un sólo sector institucionalizará a los operadores políticos, consolidando además la corrupción. El mismo argumento que él dio a fines de los años 80 en un programa de TV, apuntando al dictador, es válido hoy para el conglomerado que gobierna: “tanta ambición por el poder sólo puede derivar en ingobernabilidad”. Por esa razón, mantener la esencia de la Democracia en el cambio siempre es sano; tener otra mirada que no sea la propia, más aún cuando la trayectoria de los últimos 4 lustros nos deja un sabor amargo de la transversalidad política, donde se critica a la derecha y a los empresarios cuando se ha gobernado con ellos.
La Derecha hoy es la propietaria de Chile, desde la Troica dorada del año 90 -Boeninger, Correa, Ballerino- son dueños de los Bancos, las Universidades, los Medios de Comunicación, los Recursos Naturales, especialmente las aguas; tienen la Presidencia del Tribunal Constitucional y controlan más del 80 por ciento de los recursos de bienes y servicios que genera el país; mantienen la vergüenza de la herencia de recursos estratégicos como el Litio y el Salitre en manos de Ponce Lerou, quien usa y abusa en el Norte de Chile de ellos, bajo la protección y las relaciones publicas de altos dirigentes de la Concertación. Son éstos los que lloraron la partida de Lagos de La Moneda y esperan con los brazos abiertos 4 años más del mismo conglomerado político que le ha dado la mayor garantía para la protección de sus intereses.
A la derecha solo le falta administrar el palacio presidencial pero, si para consolidar una posición privilegiada en el Congreso -que es donde mejor pueden defender sus intereses-, se ven obligados a renunciar a la casa de gobierno, ello no les provocará trauma alguno y abandonarán a Piñera, como se ha visto en estos días donde luego del falso misil que recibiera en el debate televisivo nadie ha podido ver y escuchar a la UDI que sólo se ha concentrado en su trabajo electoral parlamentario. No se ha visto, como sí ocurrió en el 2003, un salvataje como el que Longueira le hizo a Lagos en medio del MOP-Gate.
A pesar de todo, está institucionalizado en la ciudadanía el concepto del cambio y por ironías del destino se ha querido ver en Piñera al representante típico de la Derecha por parte del oficialismo, cuando fue precisamente éste y su familia un colaborador en el retorno a la Democracia. Salvo su hermano José, obvio, quien fue el autor del mayor abuso social que recuerde el siglo XX en la aplicación de una legislación laboral que sólo era posible implementar bajo un esquema autoritario.
Poca gente sabe que en 1977-78 Piñera fue profesor en el programa de magister del Instituto de Estudios Internacionales, ayudante de Sergio Molina, quien hizo el más profundo estudio desde la CEPAL sobre la pobreza en América latina determinando que el origen de este flagelo era, entre otras razones, la consolidación de las dictaduras en el continente. El actual candidato fue siempre un profesor pedante, arrogante, pero también brillante y, al final del día, no se le puede negar su vocación democrática como tampoco que le ha tocado la circunstancia de encarnar un proceso de cambio de la mano de quienes jamás han creído en la Democracia ni en el respeto a los Derechos Humanos.
Si la Concertación no corrige a tiempo errores como la privatización de las aguas, trenes fantasma (el único tren al Sur que existe es la canción de los Prisioneros ), Transantiago, transparencia en el negocio de las armas, desarrollo económico y social real en la III y IX región, nepotismo, menos cajas pagadoras del aparato del Estado para los operadores políticos y toda la inequidad, especialmente Salud y Educación, que vemos a diario, será mejor que nos olvidemos de la invitación de Lagos para los próximos 20 años.
De lo contrario, el creador de la humanidad, el gran arquitecto o tal vez Dios, nos pille confesados.
CITA
“Veinte años más sin cambios políticos y culturales de un sólo sector, como planteó Lagos el 5 de octubre, institucionalizará a los operadores políticos, consolidando además la corrupción”