Temas de fondo
Escribe Francisco Chahuán
Diputado
Mientras la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, alababa la red de protección social implementada en Chile, los candidatos presidenciales se preparaban para el que sería el primer debate televisado ad portas las elecciones de diciembre, transmitido por TVN.
La mención a los elogios en cuestión no es casual. Los avances en esa materia tienen que ver con el sello que se ha logrado imprimir a la administración actual pero, a la vez, dejan entrever una serie de otros desafíos que hay que asumir con la misma premura y debieran configurar las propuestas de los candidatos, tanto a la Moneda, como al Congreso.
Si por un lado está el envejecimiento progresivo de nuestra población y la responsabilidad que ello implica en términos legales y sociales, por otro está tema de la pobreza. Si bien el crecimiento económico del país registrado hasta hace algunos años ha ayudado a reducirla (de 39% de la población en 1990, a menos del 14% en el 2006) hay que decir que la única canasta que no se ha reajustado desde 1988 es la que mide la pobreza y la indigencia. Hoy día se es pobre en Chile si el ingreso per cápita de un hogar es inferior a los 46 mil pesos y se es indigente si ese monto per cápita es menor a 23 mil pesos. Si se hiciera el esfuerzo para reajustarla, hoy quedaría en evidencia que el 30% de los chilenos está en situación de pobreza.
Esto demuestra que los eufemismos impiden ver la realidad y, lo que es peor, solucionar nuestros problemas. Para hacerlo hay que sincerar las cifras y ser capaces de generar políticas en forma proactiva y largoplacistas.
En ese contexto, junto a los diputados Álvaro Escobar, Marco Enríquez-Ominami y Esteban Valenzuela, presentamos hace dos años una propuesta para crear la Comisión Especial para el Futuro y Desarrollo Sustentable en la Cámara Baja. Lo hicimos emulando una experiencia que se dio en Finlandia en 1992, donde una crisis transversal motivó la creación de un comité extraordinario para buscar soluciones. De éste surgió un diálogo político entre el gobierno y el parlamento con respecto a temas centrales de la nación. Y fue tanto así, que en 1999 se concedió a la instancia un status permanente, abordando temas que van desde la información y las comunicaciones en la enseñanza; el aprendizaje y la Administración del conocimiento; Políticas para una Vida Independiente en la tercera edad y Fuentes de energía renovables para el 2030, entre otros.
Los expertos aseguran que no por nada ese país europeo hoy posee el mayor número de servidores de internet por habitante o esté a la vanguardia de la telefonía celular. Es fundamental que, como lo hicieron ellos, elaboremos agendas de largo plazo para aprovechar oportunidades de desarrollo y ser capaces de anticiparnos a las amenazas y desafíos venideros.
Es hora de abordar los asuntos estratégicos para Chile y eso requiere promover la innovación en el más amplio sentido del término, dejando en un segundo plano la política mediatizada imperante. Son estos temas, los de fondo, los que nos permitirán lograr un desarrollo armónico, ofrecer igualdad de oportunidades y terminar con la pobreza. Por lo mismo, son los que deben copar la agenda de las candidaturas.