Mujeres y TICs para el cambio

Victoria Uranga Harboe

Directora Cátedra Unesco-UDP “Medios de Comunicación y Participación Ciudadana”

En la declaración de Génova WSIS (2003) se reconoció el potencial de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) para promover la equidad en los temas de género y empoderamiento de las mujeres, al mismo tiempo, se constataron las dificultades para conseguirlo.

Parte del potencial que tienen las TIC para las mujeres radica en las nuevas posibilidades de transformación social. Parafraseando a Amartya Sen (1985) la sociedad de la información permite nuevas formas de “ser y de hacer”, lo que podría traducirse en nuevos paradigmas de libertad. Mujeres que se organizan en torno a demandas de género sin importar distancias geográficas, nuevos espacios de expresión colectivas e individuales que visibilizan otros relatos y que de paso van construyendo nuevos significados de la participación ciudadana y nuevas dinámicas de interlocución en los espacios públicos. En www.contenidoslocales.cl hay algunos muy buenos comienzos.

Para que esta oportunidad se concrete, el desafío es mucho más que pensar en acceso o sólo en la dimensión laboral. El acceso y la conectividad sólo tienen sentido si el propósito es llegar a la apropiación, o sea, que la tecnología se vuelva relevante para los intereses de niñas y mujeres.

Lograr estas apropiaciones implica avanzar de un estado en que no son usuarias o son usuarias “pasivas”, a otro, en que son co-creadoras de contenidos y tecnología. De lo laboral, lo clave es no olvidar que es sólo una dimensión más dentro de la rica gama de lo socio-cultural y de los usos sociales posibles.

Evidentemente los pasos a seguir no son fáciles, ni se producen automáticamente. Entre otras cosas porque la tecnología no “está ahí lista para ser usada” ni para generar cambios hacia condiciones más justas. La gran mayoría de los software y hardware como están desarrollados, sirven principalmente al mundo de los negocios, a los países desarrollados y a los que hablan inglés. Por lo tanto, pensar en usos para mujeres y niñas en situación de pobreza de América Latina y otros lugares del mundo, requiere de un esfuerzo intencionado y permanente.

Es preciso que además de conexión de calidad y sustentable, exista un período de acompañamiento, de empoderamiento, de capacitación, de “incubación” como han llamado algunos como Anita Gurumurthy de IT for change en la India. En otras palabras, políticas públicas en TIC que se hagan cargo de este propósito social.

Entre el 2 y 4 de septiembre se realizó el encuentro anual del GAID (Global Alliance for ICT and Development) en Monterrey, México. Este organismo perteneciente a las Naciones Unidas tiene como parte de sus objetivos reunir a representantes de los gobiernos, sociedad civil y al sector privado para promover diálogo político y alianzas para el uso de TIC en el cumplimiento de los acuerdos internacional de metas de desarrollo, incluyendo los Objetivos del Milenio (MDGs).

Tuve la suerte de participar de la reunión anual del GAID gracias a una invitación del Centro Latinoamericano de Género y TICs del cual soy parte del consejo asesor y que dirige la argentina Gloria Bonder. Dentro de muchos otros intereses que estuvieron presentes, el género no faltó en las mesas de trabajo. Ideas como la transversalidad de su abordaje, la necesidad de relevar prácticas significativas que permitan construir una base común y la necesidad de situar los temas de género y TIC en un marco de ciudadanía, participación y proyectos de desarrollo que se construyen considerando los intereses de locales, fueron algunas de las constantes en la discusión.

La apuesta es que el 2010 el género sea uno de los temas centrales del GAID, que sean más los hombres que trabajen en y desde la perspectiva de género (tema relacional) y que los proyectos de TIC sigan avanzando pero para promover cambios hacia sociedades de la información más justas y equitativas para todos y todas.