Bullying ¿Metáfora de nuestra sociedad?
Tatiana Benavides
Directora World Vision Chile
Suena fuerte ahora la palabra bullying. Más que acoso, que hostigamiento, persecución o maltrato. Como “sale” parece tener más fuerza que “liquidación”. Bullying es inglés, está en la Internet, en Youtube, está “in”, puede llevar a un extraño tipo de fama. Es la fama a costa de cualquier cosa, como la de las reinas de nuestra farándula que proyectan su rating en gramos de silicona.
Los que le bajan el perfil al bullying alegan que siempre existió, que ¡qué tanto!
Detrás del fenómeno, sin pensar en su explosivo crecimiento transversal en el último tiempo, existen varios ¡qué tanto! que acepta la gente de esta copia feliz. Como por ejemplo la exclusión social implícita de algunos grupos de jóvenes hacia otros, y la formación de grupos y subgrupos al interior de escuelas y colegios. El concepto de convivencia responde a la interrelación entre los diferentes miembros de un grupo, en este caso de un establecimiento educacional, y tiene una incidencia significativa en el desarrollo ético, socio-afectivo e intelectual de niños y niñas. Pero esta concepción no se limita a la relación entre individuos, sino que incluye las maneras de interactuar entre los diferentes estamentos que forman una comunidad educativa. A ello se debe que sea una construcción colectiva y es responsabilidad de todos y cada uno de sus miembros y actores educativos sin excepción: profesores, directores, sostenedores o dueños, ministerio y municipalidades, inspectores, padres, apoderados, alumnos y alumnas. Es una construcción colectiva en la misma manera que lo es nuestra sociedad. Y como tal, la escuela forma ciudadanos que absorben no solo aquello que está en el currículum sino formas de relacionarse basadas en las diferencias, en los prejuicios, en la falta de ética más elemental, en el abuso con los más débiles de parte de los más violentos, en la intolerancia hacia los que muestran diferencias de cualquier tipo. Estos pequeños abusadores son incapaces de ponerse en el lugar del otro y agreden todo lo que no se conforma exactamente a sus estándares –ya no se puede hablar de valores. Es un rechazo social prolongado que se manifiesta en maltrato verbal y físico, y en intimidación psicológica –burlas, falsedades, rumores.
¿Qué pasa en nuestras escuelas? ¿Forman los ciudadanos del mañana que queremos? ¿Qué pasa con nuestra sociedad que engendra pequeños matones que cuentan con el aplauso de sus compañeros y se pavonean en Internet? ¿Qué buscan estos niños, poder, o el protagonismo efímero de una aparición en Youtube? ¿Qué buscarán mañana? ¿Qué sociedad construirán?
Sra Benavides,
La felicito por su articulo y la verdad que tengo la impresión de que la sociedad Chilena, por su historia u otros factores psico-sociologicos- culturales, ha desarrollado una cultura del bullyng o maltrato.
Desgraciadamente soy testigo y victima, junto a mi familia, incluyendo a 2 menores de edad, de este fenómeno que esta institucionalizado en algunos Establecimiento educacionales municipalizados, a vista y paciencia del Mineduc.
De que nos sorprendemos, que nuestras escuelas, sean generadoras de niños matones. Si los adultos con autoridad y la responsabilidad política-legal para re-educar a estos y proteger a las victimas, no han creado una institucionalidad efectiva para enfrentar este grave tema de convivencia y relaciones humanas, sino sólo se ha quedado en el diagnóstico. Por ejemplo, el maltrato a los niños y las mujeres. En Chile nos destacamos internacionalmente, hasta donde estoy informado.
Atte