Los 3 mosqueteros (que eran 4)

blancaEscribe Blanca Lewin

Actriz

Pocas veces me había sentido tan confundida frente a una elección presidencial. Cuando la democracia comenzó a existir en mi vida (nací en dictadura), las respuestas a marcar en la papeleta eran más obvias, más radicales: SI/NO. Aylwin/Büchi. Apruebo/Rechazo.

Lo que ocurrió poco a poco después, era natural que ocurriera. Que se diversificara un poco el debate público, aunque podemos discutir si es que eso realmente pasó. Más bien, empezó a vislumbrarse el descontento, manifestado en alternativas disidentes al sistema oficial. Empezaron a haber “candidatos oficiales” que siempre eran dos, y candidatos alternativos, que no pasaban la primera vuelta.

En primera vuelta siempre voté por la alternativa, y en segunda por el candidato/a concertacionista, más que nada como una manera de hacer subir el porcentaje de esos votantes disidentes, que ponían en el tapete temas de suma importancia, o que yo sentía que lo eran. Desde eliminar el sistema binominal que tenía súper cómodos a los candidatos oficiales, hasta cambiar el sistema económico imperante.

Sin embargo, debo reconocer que siempre confié en que el/la candidata/a de la Concertación ganaría, por lo que no sería un problema marcar la diferencia en primera y apoyarlo en segunda. Pero ahora, no tengo la suficiente confianza en ninguno de los tres “candidatos oficiales”, los que son cubiertos de manera permanente por lo medios oficiales, y francamente no puedo imaginarme un país con ninguno de ellos como presidente. O con Frei sí, porque ya lo fue una vez… y la verdad, no lo recuerdo como el gobierno más feliz en todos estos años.

Es terrible no confiar nada en quien va a ocupar el puesto en La Moneda próximamente, cualquiera de los tres. Por primera vez tengo la sensación de sentirme huérfana, cero representada, me llega a dar miedo. Sé que finalmente la vida no cambiará mucho para nadie, aunque todos vendan la pomada de un gran cambio, un verdadero cambio, un nuevo cambio y bla-bla-bla. Eso es lo que me aterra. No creer en lo que me están diciendo. Seguirá todo igual. Y los medios oficiales siguen ignorando las candidaturas alternativas… bueno, LA candidatura alternativa de Arrate, que no arruga, como Navarro.

Exijo inscripción automática y voto voluntario ahora ya. Quiero poder elegir cuándo participar de una elección y cuándo no. Quiero poder hacer valer el no estar de acuerdo con el injusto sistema binominal. Para que de una vez los políticos pongan el interés popular por sobre los propios.

Qué tonto que un presidente bien evaluado no pueda ir a reelección al menos una vez, sobre todo si su período es de unos escasos cuatro años. Podrían desarrollarse proyectos impulsados, cerrarse otros desarrollados. Uno diría en el futuro: “durante tal gobierno se hizo tal cosa”. Hoy esas cosas grandes se reparten entre todos, y cuando queda la escoba, nadie tiene la culpa. Qué absurdo que no se pueda, considerando el nivel de popularidad del que goza actualmente la Presidenta. Una popularidad que ni sueñan los candidatos actuales. Éste era el momento de una reelección, ante la falta de líderes y de candidatos que no den miedo. A mí, por lo menos.

2 Comentarios
  1. Karen dice

    Me dejaste pensando en el último párrafo…tienes toda la razón. Que bueno sería una reelección ahora…

  2. duque dice

    Salud! Me pasa parecido…
    y me quedo pensando en el inicio del último párrafo: «Qué tonto que…» Tantas cosas digo yo…
    Me acordé de Mendozita (el rastrero) que dijo una vez: «…hay gente que piensa que yo soy tonto, y seré tonto, pero no tanto…» No tiene nada que ver pero, ¡tantas cosas tontas!

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El Periodista