Tiempo, tiempos y temporal
Por Victoria Uranga
Aquí y ahora. Escucho la letra de la música de Jarabe de Palo que dice: “el tiempo es una palabra que empieza y que se acaba, que se bebe y se termina que corre despacio y que pasa deprisa…”. Desde la mirada de la ciencia, el tiempo es una magnitud, algo concreto con valores positivos o negativos, pero el tiempo no es estático sino dinámico y fruto también de nuestra libertad de sentir. Einstein nos mostró el tiempo relativo y flexible, que varía en función de quién y bajo qué circunstancia se mida. Tal vez Picasso lo sabía cuando dijo: “lleva tiempo ser joven”.
Tiempo de encuentros. El cierre del semestre académico lo terminé conversando con un querido estudiante. El contexto era curioso, la motivación inicial fue su mal desempeño en el examen, pero el fondo era hablar de su exceso de confianza y motivación variante. Dicen que los profesores de hoy debemos ser algo así como Tinelli con contenidos, suena coherente con la cultura del deseo y la entretención, pero exagerado cuando recordamos que muchos buenos procesos de enseñanza y aprendizaje tienen muy poca parafernalia, pero sí de tiempos de calidad. Me contó que había hecho un perfil al Swuami Ekananda, a quién primera vez lo entrevistaban. ¿Los medios de comunicación no tienen tiempo y espacio para un maestro de yoga y su filosofía de vida?
Tiempos de espera. Mucho, mucho más que los clásicos nueve meses son los que han esperado una pareja de amigos para poder adoptar a un niño(a). Tiempo de preparación y amor profundo. Ya viene, no será un bebé del bicentenario, desde la ansiedad y la alegría descontamos los días para festejar la llegada desde una guatita amiga.
Tiempos libres. Las vacaciones de invierno marcan un ritmo vertiginoso en algunos(as) adultos como yo. Tiempos sin colegio, despiertan mi ansiedad de los miles de otros mundos posibles en los cuales crecer y pasarlo bien junto a mis hijas. Pero esas posibilidades para ellas, se vuelve una presión significativa para los padres que no tenemos vacaciones. Los medios de comunicación muestran toneladas de posibilidades, demasiadas para los siempre atochados fines de semana. Talleres de invierno, paseos diversos e intensivos en manualidades y deportes, van armando un abanico de programas que nunca son suficientes para ellas y que hacen casi explotar mi maltratado colon. Mi opción ante la televisión niñera.
Temporal. Troto desde siempre, mucho antes que los runners se pusieran de moda y, por supuesto, antes de que alguien se imaginara que el ministro Velasco promovería Chile corriendo en el Central Park con un grupo de empresarios. Amo la simpleza de no necesitar de artefactos o acompañantes. Ritual que sólo requiere de zapatillas y el impulso de salir. Por eso cuando, empezó a garugar fue sólo parte del escenario. Qué bueno que los “mentirólogos” se equivoquen con frecuencia, hay sorpresas muy bienvenidas. Cuando la lluvia se desató ya habían pasado varios kilómetros y mi sonrisa no se podía esconder. ¿Cuándo fue la última vez que me empapé de lluvia sin arrancar o sin estar cuidando a alguien? Lo sé, iba en bicicleta y fue el año pasado, pero el tema es que desearía que fueran muchas más. Seguí trotando, seguía lloviendo. No llovía café ni gotas de caramelo, pero era maravilloso. Tal vez es cierto, sólo falta el tiempo a quien no sabe disfrutarlo. ¿Cómo están sus tiempos?
Victoria Uranga Harboe
Directora Cátedra Unesco-UDP
“Medios de comunicación y participación ciudadana”