Brasil: Un país llamado Lula

El mejor candidato posicionado en las encuestas (con un 38 a un 40% de intención de votos), el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) no podrá estar en la papeleta electoral del próximo 7 de octubre.

Por Jaime Ensignia, sociólogo*

Si tuviéramos que parafrasear a Marx y Engels, podríamos acotar: un fantasma recorre Brasil: el fantasma de Lula. Todas las fuerzas de la vieja oligarquía brasileña, de importantes sectores financieros y empresariales, de una mayoría parlamentaria decadente, de las Fuerzas Armadas, del sistema judicial –en buena parte extremadamente politizado- y, de los grandes medios de comunicación, se han unido en una santa cruzada para impedir que Lula sea candidato presidencial. Y, lo consiguieron.

Jaime Ensignia

El mejor candidato posicionado en las encuestas (con un 38 a un 40% de intención de votos), el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) no podrá estar en la papeleta electoral del próximo 7 de octubre. De todos modos, sea cual fuese el resultado de estas elecciones y el futuro del ex presidente, el fantasma Lula seguirá recorriendo ese inmenso país continente llamado Brasil

Esta santa cruzada en contra de Lula tiene un antecedente previo y, fue el Impeachment de la presidenta Dilma Rouseff el 31 de agosto del 2016, por muchos catalogados como un Golpe de Estado blando. El objetivo de ese entonces de sacar a Rousseff de la presidencia no era tan solo ella, sino que impedir que el ex presidente Lula pudiese nuevamente ser candidato presidencial y, junto a ello, sacar del mapa político al PT. La destitución de la presidenta Rousseff reflejó una profunda fractura en el sistema político parlamentario, en el debilitamiento de los partidos políticos (históricamente frágiles, especialmente desde el retorno a la democracia y, siempre muy atomizados), en la judicialización de la política y finalmente, en la sociedad brasileña, la cual ha tendido a polarizarse en esta coyuntura presidencial.

Luis Maira, ex ministro de Planificación en el gobierno de Frei Ruiz Tagle, ex Embajador de Chile en México y Argentina y uno de los expertos internacionales de mayor renombre en América Latina nos entrega una visión de la actual situación en Brasil: “El telón de fondo, y en alguna medida la causa de esta situación, es una crisis estructural que ha afectado al régimen político brasileño desde la aprobación de la Constitución Política de 1988, al final de una dictadura que duró 21 años. En esa Constitución se favoreció una estructura múltiple de partidos políticos y se estableció un sistema de configuración territorial de los distritos electorales que fragmentaban el poder y hacía casi imposible a las mayores fuerzas políticas disponer de un respaldo suficiente en el congreso” (ver: Luis Maira: Fundamentos de nuestra defensa de la democracia brasileña y de Lula: en www.theclinic.cl , 27 de julio 2018).

Lula, hasta las encuestas recientes, el candidato mejor posicionado para estas elecciones presidenciales, fue condenado a 12 años y un mes por corrupción pasiva en el marco de la causa Lava Jato y desde el 7 de abril de este año está preso por orden del juez Sergio Moro. Se lo acusa de haber recibido un departamento en el balnearios paulista de Guarujá en carácter de soborno por parte de la constructora OAS. Lula y sus abogados denuncian falta de pruebas y persecución política (ver más al respecto, en los artículos de: www.nodal.am).

El especialista en temas internacionales y de defensa, Augusto Varas califica esta situación y lo que enfrenta el ex presidente Lula, del siguiente modo: “Brasil vive una profunda crisis política –deliberación castrense incluida- lo que arroja serias dudas sobre la imparcialidad y justicia de los juicios que enfrenta el ex Presidente. Las instituciones que en esa democracia deben decidir si hay delito o no muestran severas debilidades”…”En este contexto de serias debilidades de las instituciones democráticas, del estado de derecho, de la subordinación militar, y de una prensa unilateralizada y una derecha violentista, la demanda por un juicio justo e imparcial para el ex Presidente Lula es un deber de todo y cada uno de quienes luchamos por la recuperación de la democracia en nuestro país” (ver: www.elmostrador.cl Augusto Varas: El Apoyo a Lula, 22 de julio 2018).

El apoyo internacional con Lula y su causa -de poder ser candidato presidencial en su país- ha sido enorme, partiendo por el mensaje del Papa Francisco enviado a Lula en donde “le pide que rece por mí”, la importante cantidad de políticos, intelectuales, sectores de la cultura, personalidades de la sociedad civil y del movimiento sindical en Chile es inédito, jueces constitucionalistas europeos, particularmente franceses, personalidades de partidos políticos españoles, franceses, presidente y ex presidentes latinoamericanos han estado detrás de esta masiva defensa de la democracia en Brasil y del presidente Lula. Incluso el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha solicitado a las autoridades brasileñas de que Lula pueda ser considerado candidato presidencial.

Todos estos esfuerzos y peticiones internacionales, así como la permanente insistencia de parte de los abogados de Lula, del PT y personalidades políticas brasileñas por solicitar que el ex presidente sea parte de estos comicios electorales, han sido infructuosos. La justicia brasileña través de los diferentes Tribunales, el Supremo Tribunal Federal (STF), el Tribunal Superior Electoral (TSE), anteriormente el Tribunal Regional de IV región de Brasil, han rechazado una y otra vez las apelaciones de Lula. El TSE al anular la candidatura del ex presidente le dio plazo hasta el 11 de septiembre para que el PT nombre el sustituto de Lula en esto comicios presidenciales. El PT en el mes de agosto inscribió la candidatura de Lula a presidente y Fernando Haddad a Vicepresidente. Al ser inhabilitado Lula, el candidato presidencial es Haddad y como vicepresidenta, Manuela D’Avila, militante del Partido Comunista del Brasil (PCB).

Fuera Lula de papeleta presidencial, el segundo que marca mayores preferencia de votos (24%) es el ultranacionalista, defensor de la última dictadura militar en el Brasil (1964-1985), de comentarios machistas, racistas y homófobos, Jair Bolsonaro, el cual constituye un profundo peligro para esta debilitada democracia brasileña. Los otros candidatos que siguen a Bolsonaro en las encuestas son Marina Silva, líder de la coalición ecologista Rede, que marca 11%; Ciro Gomez del Partido Democrático Laborista con un 13%; luego Geraldo Alckmin del Partido Social Demócrata del Brasil (PSDB) con 10% y finalmente Fernando Haddad, del PT y PCdoB con un 9%, este último esperando el trasvasije de la intención de votos de Lula*. “Haddad es Lula”, “Lula es Haddad” son los mensajes con que el PT y el mismo Lula llaman votar por Haddad, y de ese modo pasar a la segunda vuelta y enfrentar exitosamente al candidato de la ultraderecha. El pasado jueves 6 de septiembre, el capitán de reserva del Ejército brasileño, Bolsonaro sufrió un atentado en la ciudad de Minas Gerais. Aún no se saben los motivos que llevaron a este atentado, el cual ha sido repudiado por todos los partidos democráticos del Brasil. Podrá esto constituir un apoyo sustantivo para la candidatura del ultranacionalista Bolsonaro, al parecer no, este hecho no lo elevó en esta encuesta que mencionamos, solo aumentó en dos puntos.

El desenlace de la actual coyuntura electoral del Brasil es de enorme importancia para el conjunto de los países de América Latina y el Caribe. Un país sumido en una constante crisis política, social y por cierto, económica, es un factor de inquietud en la región, puesto que Brasil desempeña un rol protagónico tanto a nivel regional como también global, Brasil es la novena economía del mundo. De todas maneras, estas elecciones –las más inusuales desde el retorno a la democracia- con sus impredecibles resultados, acaparan el interés de la comunidad latinoamericana y mundial.

* Estos son los últimos datos son de la encuesta Datafolha, de principios de semana.

*Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín. Fue director sociopolítico de la Fundación Friedrich Ebert en Chile (1994-2014). Director del Área Internacional de la Fundación Chile 21. Colaborador del Barómetro de Política y Equidad.

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